Obediencia

usted nunca verá dentro de la iglesia creyentes que digan que no tienen fe, pero, entre decir “tengo fe” y “¡TENGO FE!” existe una gran diferencia; la misma diferencia que existe cuando apenas dice creer en Dios y cuando cree en Él asumiendo con hechos esa fe.

Existe un largo camino por recorrer entre ambas posiciones. La fe verdadera es aquella que produce resultados, lo que llama la atención de esta Fe es que, está aliada y asociada con la obediencia.

Abraham es el mayor ejemplo de fe, porque obedeció a Dios. Su obediencia probó su Fe y mostró su carácter, esto no sucede en los tiempos actuales, pues muchas personas se sienten fuertes cuando están en la iglesia, incluso, algunas lloran delante del altar, piden perdón a Dios, pero cuando salen de la iglesia, ellas usan la fuerza de la carne, la fuerza de su brazo para intentar vencer, es decir, dentro de la iglesia tienen una actitud, y fuera de ella tienen otra.

El hecho de que usted sea obispo, pastor, esposa de pastor, obrero o miembro de la iglesia, no signi¬ca que viva por la fe, ya que vivir por la Fe, signi¬ca vivir de Obediencia, es decir, creer en Dios ó asistir a la iglesia, no le garantiza su Salvación, lo que garantiza su salvación es obedecer la Palabra de Dios.

“Y aunque siendo Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió y habiendo Sido perfeccionado, se tornó autor de la Salvación eterna para todos los Que le obedecen.” Hebreos 5:8-9

Jesús es Salvador de aquellos que le obedecen, quienes no obedecen, así tengan fe, así sean diezmistas u ofrendantes, nunca serán salvos, cuando se devuelve el diezmo y se da la ofrenda, apenas está marcando el inicio de una relación con Dios, y por ser ¬el, le dará una oportunidad para tener un encuentro con Él.

Muchos insisten en vivir en la desobediencia fuera de la iglesia, cuántas son las personas que andan con la biblia bajo el brazo, la conocen de principio a ¬n, hacen oraciones, etc…, pero son mentiros, viven una vida de libertinaje, promiscuidad y ven cosas impropias en la televisión, todas esas personas obviamente no están obedeciendo al Señor Jesús en quien ellos dicen creer… ¿Cómo ellos serán Salvos?

Quien no obedece, no puede ser salvo.

Recordando el ejemplo del Rico y Lázaro, nos damos cuenta que Lázaro murió y fue al cielo porque él creía en el Dios de Abraham, él vivía una Fe verdadera, eso lo justi¬có y en la hora de su muerte, la justicia de Dios reivindicó su alma y los ángeles fueron a buscarlo, de forma contraria sucedió con el Rico, éste con¬aba en sus riquezas, poder y reputación, el con-aba en su propia justicia y no en la justicia Divina, ¡porque el Reino de Dios es un Reino de Justicia y el reino del in¬erno es de injusticia!

Los que viven en el reino de la injusticia, en el momento en que mueren, el in¬erno los reclama y obligatoriamente van para ese lugar, en ese caso Dios no puede hacer nada para salvarlos, sin embargo, cuando la persona entrega su viva a Dios, así haya vivido en pecado y empieza a obedecer la Palabra de Dios, el Señor Jesús la justi¬ca, el limpia su ¬cha y al morir su alma va para Dios; aunque sea en el último segundo de su vida, sí la persona se arrepintiere, su alma será Salvada del in¬erno.

Jesús dijo:“Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.”(Mateo 21:28-30)

El que hizo la voluntad del padre fue el que reclamó, lo mismo pasa en la iglesia, usted no va a ser salvo por pertenecer a la iglesia, por tener un título de obispo, pastor, esposa, obrero o miembro, tampoco importan los años que tenga en la iglesia, entienda, nada de eso lo hará Salvo, usted será salvo si permanece obedeciendo

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