Peligros y amenazas sobre la iglesia
DavidQM71Ensayo4 de Enero de 2022
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Peligros y amenazas sobre la iglesia
Hch 4:29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da á tus siervos que con toda confianza hablen tu palabra;
Oración
Introducción: Buscando una definición
Quiero conversar un poco acerca de algunos eventos ocurridos durante la última semana de nuestro Señor antes de su crucifixión.
Algo de eso conversamos durante la mañana. Él, consciente de las pocas horas que le quedaban, dedica sus últimos 5 días a enseñarnos y advertirnos acerca de asuntos que sin duda debe haber encontrado prioritarios. He elegido dos de ellos:
- Parábola de la fiesta de bodas
Esta parábola se narra en Mateo 22: 1- 14, y ocurre después de la entrada triunfal y del episodio con la higuera estéril.
Se nos describe el cielo como una hermosa fiesta de bodas, en el vers. 2 de mateo 22 se nos dice que “El reino de los cielos es semejante á un hombre rey, que hizo bodas á su hijo”. Ya en el Antiguo Testamento, Isaías utilizó la figura de un banquete para profetizar sobre la era mesiánica, cuando dice (Isaías 25:6) “Sobre este monte, el SEÑOR Todopoderoso preparará para todos los pueblos un banquete de manjares especiales, un banquete de vinos añejos, de manjares especiales y de selectos vinos añejos”. Del mismo modo, el libro de Apocalipsis describe una boda futura del Cordero de Dios (Apocalipsis 19:7) “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado”.
Vers 3 y 4 “Y envió sus siervos para que llamasen los llamados á las bodas; mas no quisieron venir. Volvió á enviar otros siervos, diciendo: Decid á los llamados: He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos, y todo está prevenido: venid á las bodas”. ¡Que maravillosa paciencia de ese rey! ¡Con cuanta preocupación e insistencia busca a los que ama! Los invita a las bodas, luego envía sus siervos llamando sinceramente a los invitados a que vengan, y cuando éstos muestran que no quieren venir, envía otros siervos, dándoles orden de presentar un llamado aún más urgente y conmovedor: ahora todas las cosas están listas, y la comida no será escasa: ¡los toros ya han sido matados al igual que el ganado engordado!... Describamos ahora lo que nos ofrece nuestro rey:
- Is 53:4-6 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
- Mt 11:28 Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.
- Rm 5:1- 2 JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo: Por el cual también tenemos entrada por la fe á esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
- Rm 8:1 AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús...
- 1Jn 3:1-2 MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce á él. Muy amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él apareciere, seremos semejantes á él, porque le veremos como él es.
“He aquí, mi comida he aparejado; mis toros y animales engordados son muertos, y todo está prevenido: venid á las bodas”
Vers 5- 6 Mas ellos no se cuidaron, y se fueron, uno á su labranza, y otro á sus negocios; Y otros, tomando á sus siervos, los afrentaron y los mataron.
¡Qué indiferencia! Cómo podían desatender un llamado, una invitación tan preciosa. Mostraban mucho más interés en las cosas terrenales que en las celestiales, en lo material que en lo espiritual, en la agricultura y en los negocios que en la invitación a aceptar la salvación plena y gratuita para cuerpo y alma por toda la eternidad.
Vers 7- 10 Y el rey, oyendo esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó á aquellos homicidas, y puso fuego á su ciudad. Entonces dice á sus siervos: Las bodas á la verdad están aparejadas; mas los que eran llamados no eran dignos. Id pues á las salidas de los caminos, y llamad á las bodas á cuantos hallareis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron á todos los que hallaron, juntamente malos y buenos: y las bodas fueron llenas de convidados.
El rey ordena “Llámenlos a todos” y los siervos “juntaron á todos los que hallaron”. La palabra griega para todos “πᾶς pás” significa “todo, cualquiera, cada uno”. Eso somos nosotros “cualquiera”, y recuerdo la cita de 1Co 1:26- 30 “Porque mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles – cualquiera - ; Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es: Para que ninguna carne se jacte en su presencia. Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención”.
Vers 11 y 12 “Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Mas él cerró la boca”. Un dato interesante es que era costumbre en el Cercano Oriente que a una persona que quería entrar en la presencia del rey se le exigía que usara una vestidura que le era enviada por el monarca. Ya Isaías lo describía de la siguiente manera “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, rodeóme de manto de justicia, como á novio me atavió, y como á novia compuesta de sus joyas” (Isaías 61:10) “Mi alma se regocija en Elohim, porque me ha vestido en salvación”. Sin embargo, este hombre intenta participar de la fiesta de bodas vestido con sus propias vestimentas, con sus buenas intenciones, asistencia al templo, membresía de la iglesia, participación en sacramentos (bautismo y santa cena). Pero ya sabemos su destino “Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes”.
La primera gran amenaza es que en nuestras iglesias hay muchos no salvados. Disfrutan de un ambiente sano y de la comunión con salvados, se visten de religiosidad sin nunca haber entregado su vida a Cristo…
Hace un tiempo leí la siguiente historia: Un grupo de 4 alpinistas y tres guías trabajaron arduamente para alcanzar la cumbre de un gran monte. Muy emocionados, disfrutaron de un panorama muy espectacular. Se quedaron allí durante una hora, disfrutando del lugar y de la vista tan hermosa.
De allí el grupo se organizó para iniciar el descenso. Todos se unieron con unas cuerdas. Primero iba uno de los guías, luego tres alpinistas, seguidos por otro guía. Después seguía el otro alpinista y al final el último guía. Con mucho cuidado iniciaron su descenso por el precipicio aterrador. Eran momentos muy tensos mientras se ayudaban el uno al otro a buscar puntos donde afirmar los pies.
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