Pensamiento economico peruano
allirojas29 de Noviembre de 2012
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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO
PENSAMIENTO ECONOMICO PERUANO
INTRODUCCION
La construcción de la historia del pensamiento económico es ante todo una labor de selección, interpretación y recreación. Ahora bien, lo deseable sería que el proceso de elaboración de esta historia fuera abordado desde una óptica imparcial, es decir, sin proponerse ningún interés especial, ningún propósito especial fuera de los de ampliar el horizonte cognoscitivo de la ciencia económica, en particular y de la ciencia humana, en general. No obstante la gran importancia que reviste este postulado, su validez no va más allá de la de enunciar el principio de una "justa" investigación
En la realidad, la orientación final de toda investigación, cualquiera que sea su objeto de estudio, guarda una profunda e inalterable relación con la idea que de ese objeto de estudio se haya formado previamente. Y esta idea, obviamente, acaba señalando lo que se considera como lo verdaderamente importante y pertinente en ese objeto de estudio. Así, entonces, la relación entre lo previamente dado y el objetivo propuesto determina, por una parte, una selección del material investigado, asimilando lo relevante y desechando lo superfluo y, por otra parte, la forma cómo se lo interpreta, teniendo en cuenta, desde luego, el contexto conceptual desde el cual es abordada la investigación.
De acuerdo con lo anteriormente expresado, ¿se puede concluir entonces que la historia del pensamiento económico es una historia realizada a partir de postulados puramente subjetivos, en donde imperan
las predilecciones, los prejuicios e intereses de quien la escribe?. Aparentemente, sí. No obstante lo anterior, el surgimiento de una determinada corriente de pensamiento económico no es fortuito, casual, sino que obedece a la conjunción de toda una serie de factores (económicos, políticos, ideológicos, etc.) que una vez descubiertos permiten y facilitan la adecuada sistematización de las ideas "económicas", con lo cual, la aparente subjetividad del investigador queda limitada en sus alcances. Con respecto a esta cuestión se han identificado tres factores básicos que permiten y facilitan esta sistematización. Veamos a continuación cada uno de ellos.
En primer lugar, la estructura económica existente en un determinado momento y las mutaciones que sufre a través del tiempo y el espacio son los factores que despliegan una mayor influencia en la orientación de cualquier corriente del pensamiento económico. Indudablemente, los cuerpos discursivos construidos por los pensadores de la economía de diferentes épocas y lugares difieren sustancialmente unos de otros en la forma, el contenido y los alcances de sus planteamientos; unos son justificatorios, otros son conciliatorios y otros más son críticos del statu quo imperante en el momento en que fueron construidos. No obstante lo anterior, la mayoría de ellos tiene como común denominador su afán por aprehender e interpretar con una mayor "exactitud" la compleja realidad que les dio origen. Ahora bien, no siempre es plenamente detectable el hilo conductor que une lo económico y la orientación final
de las ideas económicas, debido a que también existe una multiplicidad de factores "inmateriales" (ideas, valores, etc.) que en algunas ocasiones ejercen una influencia mucho más fuerte que lo puramente económico y que, en último término, acaban señalando los alcances y la dirección final de estas.
En segundo lugar, en el proceso de estructuración del pensamiento económico se puede identificar la pervivencia de una serie de ideas fundamentales (valor, trabajo, capital, excedente, etc.) alrededor de las cuales giran los postulados básicos de los diversos sistemas económicos hasta ahora construidos. Desde este punto de vista se puede afirmar que todo investigador, especialmente en el área de las ciencias sociales, inicia la elaboración de su "propio" sistema conceptual a partir de un determinado contexto teórico no importando que los elementos que le dieron origen ya no se encuentren plenamente vigentes; lo verdaderamente importante aquí es que la teoría tomada como punto de partida conserve aún gran parte de su validez interna, permitiendo de esta manera que sus principios teóricos básicos puedan ser incorporados, después de un proceso de recreación, en el nuevo sistema conceptual.
En tercer lugar, se encuentra la influencia ejercida por la teoría y la práctica política. En muchas ocasiones los pensadores de la economía han sido también políticos, filósofos sociales o han desempeñado importantes cargos en las diferentes instancias del Estado coadyuvando de esta manera, con su trabajo teórico-práctico, a la definición y orientación de la
política económica. Por esta razón, en muchas teorías económicas es claramente perceptible el influjo de la situación política que les dio origen.
Es de hacer notar que estos tres factores no tienen un orden preciso de aparición, más bien todos actúan en estrecha interrelación e interdependencia; en consecuencia, la labor de construcción de la historia del pensamiento económico debe estar encaminada a seleccionar lo más relevante de estos factores para descubrir lo que permanece, es decir, los fundamentos o hilos conductores que permiten la estructuración de una determinada teoría, especialmente en el campo de la ciencia económica.
En el siguiente trabajo analizaremos el pensamiento económico desde el punto de vista de los 3 personajes más influyente en la reflexión de la sociedad peruana, los cuales son José Carlos Mariátegui, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y Víctor Raúl Haya de la Torre.
APORTES DE JOSE CARLOS MAREATEGUI
José Carlos Mariátegui La Chira; nació en Moquegua, 14 de junio de 1894 y murió en Lima, 16 de abril de 1930; fue un escritor, sociólogo y político socialista peruano. Su obra más conocida es 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.
Mariátegui elaboró todo un pensamiento marxista acorde al proceso historia del Perú. Y con ellos con convirtió en una de las voces marxistas en América latina.
Para Mariátegui los procesos históricos habrían llevado al Perú, a partir de su dominación colonial e inserción en el mercado mundial en calidad de simple proveedor de guano y salitre, a poseer una formación
económico social de carácter "híbrido", en donde coexisten en un mismo espacio y tiempo tres modos de producción, a saber: comunismo incaico, que pese a todo habría sobrevivido al colonialismo; feudalismo, herencia funesta de la dominación colonial que dificultaría el desarrollo del capitalismo peruano, o llevaría a su circunscripción a las costas del país en calidad de dependiente
Si bien es cierto Mariátegui expreso desde sus inicios tener un pensamiento marxista, no solo se limito a la recepción de elemento de corte marxista, antes bien, su formación personal fue abierta a múltiples corrientes y formulaciones, por lo cual pudo hacer una lectura no ortodoxa del marxismo que le permitió considerar la especificidad de la realidad peruana. De esta concepción abierta del mismo se deriva la cuestión del socialismo en el Perú y del sujeto revolucionario que debía llevar a cabo la transformación de esa realidad, pues Mariátegui, siguiendo la arenga clásica del marxismo sobre la necesidad de interpretar la realidad, para después transformarla, reconocía de éste su calidad de marco y punto de partida para investigar, conocer, explicar, interpretar y cambiar una realidad histórica concreta, desde dentro de ella misma; en lugar de ceñirse a la aplicación del aparato conceptual marxista como una plantilla clasificatoria y nominadora, adobada de retórica ideológica, sobre una realidad social determinada de este modo, según la caracterización que Mariátegui hace de la formación económico social peruana, donde coexistirían tres modos de producción,
el sujeto revolucionario del marxismo clásico no se hallaría presente (esto es, la clase obrera), no obstante, ello no hace a Mariátegui concluir por la imposibilidad de una acción clasista y autónoma de la clase obrera: en las condiciones en que se encuentra, ésta puede generar un proyecto revolucionario en el cual juegue el papel protagónico y debe actuar conforme a él, sin esperar a que las condiciones materiales para su realización estén dadas, más bien debe crearlas. Igualmente, no habría en el Perú una clase social burguesa que liderara el proceso de implantación y consolidación del capitalismo -paso previo a la instauración del socialismo, según los planteamientos marxistas ortodoxos y etapistas- ya que en la sociedad peruana quedarían graves resabios de la etapa colonial, expresados en la pervivencia de estructuras de carácter feudal y, con ello, en la existencia de latifundios y prácticas de servidumbre y gamonalismo, los cuales están ligados a los problemas del indio y de la tierra (que dan título a dos de los siete ensayos mariateguianos). Como afirma el propio autor: "El problema agrario se presenta, ante todo, como el problema de la liquidación de la feudalidad en el Perú. Esta liquidación debía haber sido realizada ya por el régimen demo-burgués formalmente establecido por la revolución de la independencia. Pero en el Perú no hemos tenido en cien años de república, una verdadera clase burguesa, una verdadera clase capitalista. La antigua clase feudal -camuflada o disfrazada de burguesía republicana- ha conservado sus posiciones.
Así,
en línea con su concepción abierta
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