Salvación

La salvación es un regalo que Dios nos otorga sin merecerlo movido únicamente por su Amor manifestado hacia nosotros. Por lo mismo, es que el hombre no puede hacer nada por obtenerla, ni siquiera hacer buenas obras o tener mucha fe garantizan la salvación. No obstante, muchas iglesias han olvidado que ésta es un don divino y pretenden colocar la redención como un premio que se le otorga al que más cree o al que mejor se porta. Por otro lado, no hay entre los cristianos una definición única acerca de lo que está significa, e incluso dentro de las ramas evangélicas adquiere muchas posibles interpretaciones. De ahí que este trabajo tenga como principal objetivo aportar a la iglesia _ principalmente a la evangélica_ una mayor claridad acerca de su definición y de cómo está se obtiene.

Hay varias cosas que respaldan que se es salvo mediante el Amor, como por ejemplo el hecho de que en él se resume la ley- que es aquella que guía a conducirse en las buenas obras- y a los profetas_ base de la fe (Mateo 22:37-40). Varias partes de la Biblia, además, señalan que Dios envió a su Hijo al mundo movido por su gran afecto (Romanos 5:8; Juan 3:16) y otras muestran que el hombre es incompetente de lograr alcanzarla por si sólo, por mucho que lo desee (Romanos 9:16-18 es un ejemplo).

En otro punto, los que señalan que se es redimido por fe y/o por obra tienen razón en un punto, estas son participes del proceso, mas pasan por alto que quién da la fe es Dios mismo por medio de su Espíritu Santo y que el Amor hacia los demás produce el bien obrar _ siendo vacío incluso esto último, si no es el primero quién lo motiva_. Es decir, tanto la fe como las obras son solo sus derivados más importantes. Por lo tanto, decir que ella se da por medio de éstos es como decir que la vida humana se origina cuando el bebé nace, pasando por alto los demás procesos que ya han estado operando para que esto pueda producirse.

No faltará quiénes al oír esto me dirá, “pero la Biblia misma señala que la vida eterna se obtiene por medio de la fe”, podrán incluso llegar a mostrarme citas que según ellos respaldan su postura como Efesios 2:8 o Romanos 3:18. Sin embargo, lo que ellos estarían ignorando es un versículo clave que aclara su error, 1Corintios 13: 2 que señala que la fe sin Amor no sirve de nada. Otra cosa que pasan por alto es que grandes hombres de fe_ a la vista humana_ se irán al infierno, sin servirle de nada la fe ni las obras que estos en vida hicieron, por cuanto Dios los “desconocerá” (Mateo 7: 22-23).

Otros podrán decir que las obras y el cumplimiento de la ley aseguran le camino a la santidad, asimismo éstos están cometiendo un error, pese a poder respaldar su postura con versículos bíblicos como Mateo 25: 31-46 o Romanos 4:2. Esto puesto que Jesús mismo reconvino en variadas ocasiones a los fariseos, hombres de intachable actuar, por su falta de Amor hacia los demás. Ejemplo de esto además es aquel joven rico que de niño guardo celosamente de todos los mandamientos anhelando de esta forma alcanzar el rescate de su alma, pero que por cuánto no amó a su prójimo más que a todas las cosas, sino que prefirió sus riquezas no siguió a Cristo el dador de la Vida. Hacen caso omiso además a lo dicho por Pablo de que esta no se da por obras para que nadie se gloríe de mérito alguno.

Hay quienes también apoyarán mi postura, pero creyendo que el nivel que se tenga de éste no importa, sino que habiendo estará bien. Esto no es para nada una verdad, ya que Dios por medio de Juan reconviene a la Iglesia de Efeso acerca de la perdida de su Primer Amor, amonestándole de la posibilidad de perder su redención si no volvía a éste. Esto no es para nada fácil ya que supone una lucha continúa con uno mismo, dónde solo el que la da hasta el final logra ser salvo, y dónde el que se rinda en el camino se apartará

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