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Testamento Espiritual


Enviado por   •  10 de Febrero de 2014  •  2.066 Palabras (9 Páginas)  •  234 Visitas

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TESTAMENTO ESPIRITUAL

MONSEÑOR ALFONSO URIBE JARAMILLO

¡Bendito seas Señor!

Hoy 29 de Abril los médicos han confirmado la presencia ya del cáncer en el hígado. Se acerca por tanto el día del encuentro con el Señor que tanto he anhelado y que espero que Él va a concederme por su misericordia infinita. Ahora, al final de mi vida, quiero renovar la entrega que desde niño hice al Señor, pedirle que me colme de su amor, me unja cada día más plenamente con su Santo Espíritu y me dé la fortaleza, la paz, todo lo que Él sabe que necesito en este momento cuando Él ha querido unirme por la enfermedad más a su Hijo.

El valor de la Cruz solamente se conoce un poco cuando se vive y es entonces cuando se aprecia más la fidelidad del Señor en quien se ha puesto la confianza durante la vida, cuando se ha disfrutado de salud. Mi anhelo en este momento es que Él apresure, si es su voluntad santísima el encuentro con Él. El encuentro del hijo con mi Padre celestial que tanto me ha amado; mi encuentro esponsal con Cristo, el Amado de mi vida, el Amado de mi corazón; Y mi encuentro con el Espíritu Santo, el dulce Huésped de mi alma, que tanto amor me ha dado y tantas bendiciones ha derramado sobre mí a lo largo de mi vida.

Anhelo también ese momento maravilloso de la muerte para poder tener el encuentro con María, mi Madre amadísima, a quien amé desde niño, a quien consagré también mi vida y cuyo amor he procurado difundir; el encuentro con todos los hermanos que me han precedido: mis padres, mis hermanos en la carne, mis amigos que han sido tantos; y ese encuentro maravilloso con los Santos que han desempeñado un papel muy importante en mi vida como la Beata Isabel de la Santísima Trinidad, Santa Teresita del Niño Jesús, San José a quien hubiese querido amar más y hacer conocer mejor.

He tenido como lema de mi vida: "In Lauden Sacerdotii Christi" "En Alabanza del Sacerdocio de Cristo". -Lema que ha sido desde el seminario el que he procurado inculcar en muchas personas. Solamente en el cielo conoceremos lo que debemos a este Sacerdocio adorable del Señor a su sacrificio redentor a su acción constante a través de su Espíritu en cada uno de nosotros. Quiero que sobre mi tumba estén siempre grabadas esas palabras "In Lauden Sacerdotii Christi" y que ojalá muchos al leerlos abran los ojos y empiecen a descubrir con la Luz del Espíritu las riquezas infinitas del Sacerdocio de Jesús, le consagren sus vidas y procuren que muchos se consagren de veras a la alabanza del Sacerdocio del Señor sobre todo a través de una entrega sin reservas a Él.

Hacer de la Eucaristía el centro de la vida en todo cristiano debe ser el ideal que busquemos, que consigamos con la gracia del Señor y por el cual entusiasmemos a mucho.

Cuanto debemos a este Sacerdocio adorable. Todas las gracias que hemos recibido en la Iglesia; toda la acción del Divino Espíritu, nuestro santificador de toda riqueza sacramental y eclesial; todo es fruto de ese sacrificio redentor de Jesús. Con Sangre hemos sido purificados de nuestros pecados, gozamos de su intercesión constante por nosotros en el cielo, tenemos la gracia de alimentarnos diariamente con su Cuerpo y con su Sangre adorable.

¿Cómo es posible que si se descubre la grandeza del Sacerdocio de Cristo no se viva con una entrega total y limpia el ministerio? ¿Cómo es posible que no se busque diariamente la santidad si se ha descubierto esa Santidad en Jesús, sumo y eterno Sacerdote, el Santo, el Impoluto, el Santificador Esposo, el Esposo adorable? Cuando a través de nuestro ministerio descubrimos el amor esponsal de Jesús creemos en él y lo vamos experimentando, la vida todos los días va llenando de luz, se va cristificando; cada día nos vamos asemejando más a este Pontífice Divino y su amor esponsal nos animará a darnos totalmente a Él, a darle lo que nos pida en todos los momentos de nuestra existencia.

He insistido muchas veces en unas palabras que escuche hace ya muchos años, porque me impresionaron: "Nada tan importante como ver claramente siquiera una vez en la vida". Feliz aquel que llegue a ver con claridad lo que es el Sacerdocio de Jesús, sus riquezas y también sus exigencias. Esa es la gran necesidad de la Iglesia bajo la luz del Espíritu Santo, crecer todos los días en el conocimiento de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote; descubrir todos los días también su Amor sacerdotal y pedir la gracia de corresponder a Él con el nuestro. Amor sacerdotal sin reservas, que no sea compartido con nadie, que este únicamente dedicado a la extensión del Reino.

Ese Jesús se convierte en el centro de la vida, que baja de la mente al corazón y allí mora de forma que su presencia amorosa sea experimentada de una manera cada vez más intensa.

Este es un programa que ojalá deseemos sinceramente y al cual nos entreguemos con una gran generosidad para conseguir que verdaderamente Jesús sea el Señor de nuestras vidas. Que todos lo consideremos, como Pablo, "Basura, frente a este conocimiento adorable del Señor".

Para mí ha sido una gracia haber conocido un poco en estos últimos tiempos la acción y la Persona del Espíritu Santo. Descubrir en parte los tesoros de esta renovación espiritual que es como la llamó Pablo VI " el don maravilloso del Espíritu a la Iglesia en esta época". Él dijo con razón que "para un mundo cada vez más secularizado, nada tan necesario como esta renovación que el Espíritu del Señor esta realizando en los ambientes y medios más diversos". Esas palabras las he ido comprobando a medida que he visitado países: que he tenido encuentros con señores obispos, con sacerdotes, religiosas y laicos.

He llegado a una conclusión: la gran necesidad que tiene sobre todo el Sacerdote es la de pedir y recibir un Pentecostés personal, qué cambie su vida como cambió la de los Apóstoles y los llene de amor a Cristo, amor a la Iglesia, la llene de ese amor a la oración que es uno de sus grandes regalos y sin la cual es imposible estrechar la unión con el Señor para adquirir la Santidad. Si a mí se me pregunta cuál es una de las causas principales de esta situación tan

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