Varios.
alekei5Informe15 de Diciembre de 2012
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Como ya he dicho en otra ocasion, a mi tan solo me interesaban de Mexico, la cultura maya y teotihuacan. Pero tengo algunas amistades por aquel país y en concreto tres en Tabasco que me han explicado algo de la geografia de su region, lo del poema de Carlos Pellicer y me han ayudado en todo el escrito. Por eso este trabajo sobre los olmecas de lo dedico a mis amigas Violeta y Lupita de Villahermosa y Marina de Cardenas.
La gran cultura olmeca fue la primera en formarse en territorio mesoamericano, se ubicó en la zona costera del Golfo de México, aproximadamente hacia el 1800 a.c., cuando nace la que hoy es considerada “la cultura madre” del México antiguo, cuyos orígenes y aspectos peculiares constituyen hoy un enigma.
El término nahuatl “olmeca” significa “olli y mecatl” o habitante del país del hule. Aún no se sabe como se llamaban a sí mismos.
Se cree que S. Lorenzo (Veracruz) fue el primero en florecer hacía el 1200 a.c. y tras una violenta destrucción siguió el nacimiento de La Venta (Tabasco) 800-400 a.c., esa si fue una autentica ciudad.
La cultura olmeca se extinguió superada o absorbida por otros pueblos, como los zapotecas en Oaxaca y después los mayas.
En la época prehispánica se tenía a la región como la imagen del paraíso, lugar de abundancia y fertilidad. La presencia del mar, así como de los ríos, lagunas, manglares y frecuentes lluvias, la definían como lugar que simbolizaba el origen y renovación de la vida.
El área central de lo que fue la cultura olmeca se ubica en la parte sur del estado de Veracruz y el noroeste del colindante estado de Tabasco, desde las montañas de los Tuxlas hasta la Chontalpa.
El nombre de Tabasco significa “tlalli” tierra y “paltic”, cosa mojada o humedad, por lo tanto es tierra mojada. Se divide en cuatro regiones naturales, al sur la Sierra, en la parte central el Centro (donde esta su capital Villahermosa), en la parte oriental los Ríos (donde desembocan los ríos Usumacinta y Grijalva) y en la parte occidental la Chontalpa (cuya principal ciudad es Cárdenas y además donde se ubica la ciudad olmeca más importante: La Venta).
El poeta tabasquense Carlos Pellicer Cámara compuso unos lindos versos a su tierra y entre otras cosas decía: Soy más agua que tierra y más fuego que cielo. Navega en mi sangre lo más antiguo de México.
Tanto el Usumacinta como el Grijalva nacen en el altiplano guatemalteco. El primero corre en dirección norte y pasa por una de las zonas más importante de la cultura maya. El segundo va en dirección oeste y después de dar un brusco giro hacia la derecha busca las zonas bajas y muy cerca de la desembocadura se une al Usumacinta.
EL CORAZON DEL MUNDO OLMECA
Las excavaciones arqueológicas son difíciles y costosas. No pocas obras maestras de la estatuaria o de la cinceladura de los primeros hombres civilizados de México se encuentran hundidas bajo la vegetación. La Venta (Tabasco) situada, según el estado actual de nuestros conocimientos, en el límite oriental de esta zona, ha sido el primer gran sitio estudiado científica aunque incompletamente. Su nombre se asocia, más que ningún otro, a la civilización olmeca. Su principal monumento es único en México. Es allí donde la civilización olmeca se nos revela con toda su fascinante originalidad.
Este monumento es el llamado “la pirámide”. En realidad eso parecía, pero cuando se desbrozó, no era una pirámide como las demás. Sin plataformas en la cumbre, sin escaleras para subir, ni rampas. La cumbre no era puntiaguda, pero tampoco era totalmente plana para albergar un templo. De momento parece ser que tampoco se edificó sobre otro edificio anterior, como hacían los mayas. Además no es muy grande, si se compara con otras, como la del Sol de Teotihuacan que tiene más de 8 veces más masa. No obstante es única en el mundo porque tiene unos diez profundos surcos a todo lo largo de ella. Todo ello le da apariencia de cono volcánico.
A unos 100 km. de allí se encuentran los volcanes de los Tuxlas y es en esas montañas de donde sacaron los bloques de basalto para esculpir los altares o las cabezas colosales. Hay quien piensa que los antiguos olmecas bajaron de esas montañas y se instalaron en las tierras bajas, donde construyeron esa pirámide que se asemeja a un volcán (es una hipótesis).
Al norte de esta pirámide hay un rectángulo de unos 2.000 metros cuadrados, delimitado por columnas de basalto de forma de prisma y mas al norte de una plataforma (en mal estado de conservación) que parece que tiene gradas. Los monumentos, estelas y tumbas están cuidadosamente planificados.
Al sur de la pirámide no esta totalmente explorado, aunque se ha descubierto una cabeza enorme. En cambio la zona al norte esta mejor conocida, había trabajos de desmonte y algunas enormes fosas para las ofrendas masivas. En esas tumbas se echaban una piedras semipreciosas llamadas serpentinas (en forma de losas), arcilla de color y recubiertas de tierra. Además se han descubierto tres mosaicos con bloques de serpentinas. El motivo es la cabeza de un jaguar. Estos mosaicos están enterrados desde el mismo momento de haberlos hecho.
La única hipótesis de lo que significan esas sepulturas es que se trataba de ofrendas a los dioses de la tierra.
Otra cuestión es el origen de estos materiales. Las piedras volcánicas solo pueden provenir de los Tuxlas, de allí cerca también el basalto, en cuanto a la serpentina y rocas duras los yacimientos más cercanos están bastante lejos. Resulta pasmoso que se hayan dado tanto trabajo en buscar, transportar, dar forma y enterrar tan enormes cantidades de piedras pesadas.
Los olmecas fueron los iniciadores de una práctica que luego se llevó a cabo en Mesoamérica, especialmente los mayas, como era la de enterrar objetos preciosos en las cercanías de los monumentos. Más que el número de ofrendas encontradas, lo que sorprende es la alta calidad artística de esas estatuillas, además representan personas sin distinción de sexo, de pie y con las piernas ligeramente flexionadas. La cabeza deformada por ligaduras de los cráneos durante la infancia, además de voluminosas en relación con el cuerpo.
Hay varias hipótesis sobre lo que representan al estar rodeando y escuchando a alguien que no aparece. Una es que están celebrando un rito, pero lo más lógico es que estén conmemorando un consejo y tomando decisiones muy importantes.
Características del arte en La Venta son los altares, las estelas y las cabezas colosales.
En realidad el término altar esta mal empleado. En la mayoría de los altares se pueden ver personajes como saliendo de nichos y muchos de ellos llevan en los brazos bebes. En la medida en que lo permite la erosión se pueden ver en ellas una multitud de detalles; peinados elaborados, collares, pectorales, sombreros, cinturones, faldas, taparrabos, etc. Y con figuras con rasgos físicos olmecas: nariz convexa y labios delgados.
Dos características de las famosas cabezas se imponen a la observación: en primer lugar, no se trata de seres más o menos míticos, dotados de rasgos felinos o enmascarados, sino de estatuas realistas. En segundo lugar, esas cabezas, son a la vez muy semejantes unas a otras y muy individualizadas. Sus similitudes son evidentes: mismos rostros anchos con mejillas llenas, protuberancias carnosas en el arranque de la nariz, ojos almendra. La nariz es maciza, labios carnosos, boca arqueada, las comisuras de los labios estiradas hacia abajo. Esas cabezas suelen tener un tocado de cascos. Las proporciones generales son idénticas y es probable que correspondan a un mismo canon único, lo que mueve a pensar que fueron esculpidas en un periodo de tiempo breve, sobre los dos siglos. No obstante, al examinarlas más de cerca, se ve que cada una de ellas tiene particularidades individuales. Además los cascos y los aretes son distintos.
Se llega a la conclusión de que son retratos, los de personajes lo bastantes poderosos y venerados para que se haya aceptado hacer inmensos esfuerzos para tallar esos enormes bloques, transportarlos y esculpirlos.
No obstante por la isla fluvial (río Tonala) de la Venta se encuentran cerca de 90 esculturas. Entre las que más llama la atención hay una a la que se le llama “la abuelita”, al norte de la pirámide, con 1,42 m. de altura y representa a una figura femenina, arrodillada y que tiene entre sus manos un recipiente rectangular. El rostro muy ancho y su boca con apariencia de felino.
Varias de las estatuas representan personajes sentados, con las piernas cruzadas y sosteniendo en sus manos una barra, otras con los brazos colgando o apoyados en los tobillos. Una de las piezas está con la cabeza echada hacia atrás y su rostro mirando hacia arriba con rasgos de jaguar.
Otro de los objetos es un bajorrelieve, muy bien conservado, es de basalto y de color gris claro, representa a un personaje humano sentado, con las piernas extendidas, rodeados por una gigantesca serpiente cascabel y su cabeza encuadrada por las fauces de un jaguar. En la mano derecha un objeto cuadrado cogido por un asa. En cuanto a la serpiente domina toda la escena, sus anillos característicos de la cola, sus fauces abiertas y sus ojos rematados por una protuberancia alargada. Esta serpiente es muy parecida a todas las que aparece, más tarde, en el arte mesoamericano. Quizás tenga el honor de ser la primera serpiente emplumada.
Si la isla de la Venta se distingue por el número y calidad de las esculturas,
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