ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Viacrucis 2013


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  3.299 Palabras (14 Páginas)  •  410 Visitas

Página 1 de 14

Via Crucis

"Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Acto de Contrición: Jesucristo, mi Dios y mi Salvador: yo me arrepiento de corazón de todos los pecados que he cometido, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar. Confío en que me perdonarás mis culpas y me llevarás a la vida eterna, porque eres bueno. Amén.

Ofrecimiento: ¡Dulcísimo Jesús mío, que por mi amor quisiste caminar fatigado y afligido con el pesado madero de la cruz! En memoria y reverencia de lo que por mí padeciste en aquél áspero camino, te ofrezco los pasos que ahora daré, unidos a tus infinitos merecimientos, con la atención de ganar todas las indulgencias que los Romanos Pontífices han concedido a los que hacen con devoción este santo ejercicio. Para este fin te suplico y ruego por el remedio de las graves necesidades encomendadas por los Sumos Pontífices y aplico cuantas indulgencias ganaré por las benditas almas del Purgatorio que fueren de tu agrado y de mi mayor obligación. Dame, Señor, tu divina gracia, para que cuanto en este santo ejercicio medite o rece, sea grato a tus divinos ojos. Así sea.

I ESTACION: JESUS ES CONDENADO A MUERTE

Jesús sigue siendo condenado a morir injustamente. Es el hambriento en un mundo donde hay comida para todos. Es el enfermo que no puede conseguir las medicinas. Es el anciano abandonado y víctima de la soledad. Es el feto destrozado… Y nos seguimos lavando las manos.

Condenas injustas, en medio de la noche. Los poderes cercan al que es la Verdad. Él en la fila de los últimos, de los que no cuentan carga con el dolor de la humanidad, carga con nuestros sufrimientos y dolores, se pone en el lugar del que más padece. Así es el condenado a muerte que viene a dar su vida por nosotros.

Oración: Señor Jesús, al contemplarte víctima de la injusticia, la mentira y el poder, te pedimos que asemejándonos a tu noble corazón, trabajemos cada día por lograr que los más desfavorecidos alcancen la vida junto a Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

II Estación: JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.

Jesús aguanta el peso de los que sufren. Soporta el dolor de los otros condenados por puro amor. Acoge el sufrimiento del Sur, de las mujeres, de los abandonados, de los que no pudieron subsistir porque otros se quedaron con su pan… Jesús suda con su carga, pero la lleva con la dignidad del que nunca nos deja solos en el dolor.

Oración: Señor, danos fuerza y fidelidad para cargar con los dolores de nuestros hermanos. Haznos firmes y decididos para poder soportar el sufrimiento de los que no cuentan. Que su dolor y su tristeza pesen en nuestras vidas. Como Tú, no permitas que abandonemos a los más arrinconados, antes bien, alentados por tu Espíritu, llevemos la suave carga de los sufrientes. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

III Estación: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.

Es tanto el dolor, el peso y el sufrimiento que Jesús cae, se derrumba por momentos. Su humanidad fatigada acaricia el suelo.

Jesús cae. Los pobres caen. Nuestros hermanos caen. Y nosotros seguimos con lo nuestro: con nuestras músicas, nuestros descansos y comodidades, nuestras noticias, nuestros regalos, nuestras compras…, nuestras historias para no ver al que cae. Ciegos vivientes de la monotonía o del consumismo, permitimos que Jesús, que el hermano, que el que nos necesita caiga. Y caen delante de nosotros. ¡El Cielo clama con estas caídas! Y… para colmo, ¡seguimos igual!

Oración: Señor Jesús, por el misterio de tu Cruz, despiértanos continuamente. Danos la sensibilidad del que sabe ponerse en el lugar del otro, del caído, abandonado, tirado en la cuneta de la vida. No permitas que nuestra indiferencia nos haga cómplices de aquellos a los que la historia de la injusticia tira por las calles de nuestro entorno. Te lo pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

IV Estación: Jesús encuentra a su madre

Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.

Una espada atraviesa el corazón a María. La espada del dolor, de la madre que ve padecer a la vida de sus entrañas. María acompaña a su Hijo, en el camino más fuerte que puede tener una madre que es el de contemplar el final de su hijo. No hay dolor más fuerte ni más grande.

Nos unimos al dolor de tantas madres del mundo, que ven morir a sus hijos por el hambre, la droga, las enfermedades…, que ven morir a sus hijos ante la falta de ilusiones y de oportunidades. Madres dolorosas del mundo, corazones partidos por el dolor. Mujeres fuertes que acompañan hasta el final sin pasar facturas. Mujeres libres, sensibles y dolorosas, como María, nuestra Madre.

Oración: Señor Jesús, con María queremos acompañar tu dolor y encontrarnos con el sufrimiento de nuestros hermanos. Que el grito del dolor de los pobres no nos deje indiferentes. Afrontemos la espada del dolor, acompañando la vida que se escapa por las injusticias del mundo y las nuestras propias. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

V Estación: Jesús es ayudado por el Cireneo

Señor, pequé, ten misericordia de mí. Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén.

A Jesús le alivia el peso de los sufrientes una Iglesia que es cirenea, que carga con las historias de las personas que, empujada por el Espíritu, pone con alegría su esfuerzo al servicio de su Señor.

Y, Jesús, en medio de su Pasión sonríe y se alegra de comprobar que la Iglesia samaritana, la Iglesia de los pequeños, la Iglesia que anuncia lo que vive le ayuda en su misión del Calvario.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (19.6 Kb)  
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com