Biotecnología: El Jinete Apocalíptico Del Hambre

INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE ECONOMIA

PROFESORES:

SALVADOR COBO

JUAN CARLOS

PROTOCOLO DE INVESTIGACION:

LA BIOTECNOLOGÍA: EL JINETE APOCALIPTICO DEL HAMBRE

POR:

ABNER HAMED MARTINEZ HERNANDEZ

FECHA:

05/11/2012

JUSTIFICACIÓN

Podemos ver a la agricultura como cuna de vida y de biodiversidad, ya que encontramos distintos tipos de tierras, de climas, de especies biológicas, hidrografías, ecosistemas y paisajes, “que históricamente se ha expresado en diversidad de frutos y practicas productivas, sustento de una inagotable pluralidad de usos, costumbres y talentos culturales que a su vez transformaron paisajes, ecosistemas y especies mediante una virtuosa integración” (Bartra, 2008: 92), algo que sin duda es reafirmación de la vida misma, procesos productivos naturales para la reproducción de la humanidad, que Marx denomino como el proceso de reproducción social . Sin embargo, este proceso es interrumpido por un fenómeno al principio externo a ellos, la escasez. Con lo cual se rompe este proceso de reproducción, ya que se desconoce la necesidad comunal, así como las capacidades comunales y es entonces que el problema se vuelve interno ya que se da el surgimiento de la propiedad privada, que es cuando se comienza a mercantilizar a los procesos naturales. La primera expresión de esto fue la subordinación del trabajo, donde el que tenía, gobernaba al que no tenia. Este proceso continuó evolucionando hasta llegar a la conformación de la gran industria que por lo general son espacios fríos y grises, ya que es aquí donde la vida humana y natural es transformada en distintas mercancías, es el espacio donde el valor absorbe todo lo positivo y promesas que significa la modernidad, convirtiéndose así en una industria productora, una industria de la muerte (Arizmendi 2001; Bartra, 2008), ya que subsiste absorbiendo la vida de los trabajadores y de la naturaleza, además de la tendencia a la destructividad que encierra dentro de sí.

Esta disyuntiva histórica es la primera razón por la cual me surge la curiosidad de empezar un análisis de la actual situación a nivel mundial, centrando mis ojos en México, teniendo presente en todo momento que no podemos pensar a México fuera del contexto mundial, ya que el actual sistema de producción tiene alcancel mundiales (Arizmendi, 2001). Este interés me llevo a la actual crisis mundial, la cuarta en la historia del capitalismo, en la cual, “tres crisis disimiles pero unificadas se sobreponen o yuxtaponen, una sobre otra interactuando recíprocamente entre sí, para conformar la crisis de mayores alcances y riesgos de la historia social moderna” (Arizmendi, 2010: 88). Estas son:

1) La crisis o el colapso del capitalismo cínico

2) La cuarta gran crisis de la historia del capitalismo moderno

3) La crisis ambiental mundializada

A pesar de que no vamos a profundizar en la tridimensionalidad de la crisis contemporánea, es importante mencionarla para tener presente el escenario actual, debido a que en esta situación los países mas afectados son los subdesarrollados como México, ya que el mercado mundial al encontrarse tan inestable y al ser el regulador actual de la economía es que algunas de las naciones inician una dinámica proteccionista, esta es la reacción de los países desarrollados, lo cual me lleva a preguntarme ¿Por qué los países subdesarrollados aportan una política de libre mercado en un escenario tan adverso como la crisis?, la respuesta es muy clara, ya que el papel que han jugado los países tercermundistas a lo largo de la historia ha sido el de fungir como neutralizadores de las crisis para los países del primer mundo, al ser la bodega de materias primas. (Marini, 1982), además de que los efectos de la crisis por la que atraviesa la economía global se han manifestado en el comportamiento de la balanza comercial agropecuaria y agroalimentaria de México, lo que aumenta los riesgos de una posible inseguridad alimentaria. Esta última se ve reflejada en el incremento en la importación de productos alimenticios (ver grafica 1).

El leer esto me llevo a darme cuenta de la existencia de la dependencia económica-política que existe entre los países de la periferia a los países metropolitanos, además de la dependencia alimentaria que existe en esta relación, ya que como Marini (1982) bien da cuenta hay una ruptura en el ciclo de el capital, al presentarse el escenario en el que lo que produce la periferia no es para su consumo sino mas bien para la exportación, centrándose primordialmente en América Latina, donde es la metrópoli la que decide que consumirá esta región. Por eso me di a la tarea de investigar este proceso de dependencia y buscar aterrizarlo al plano alimentario y como a evolucionó a lo largo de la historia, el cual puede leerse mas claro al tener presente el papel que juega Latinoamérica en el mercado mundial, pero como la zona es muy grande es entonces que concentraremos fuerzas en el caso de México, al ser una de las naciones mas ricas en Biodiversidad, población, territorio, cultura y de más.

En el camino me he encontrado con distintas teorías que podemos retomar para explicar la dependencia alimentaria, una de ellas es la especulación de los precios de los alimentos; otra que nos habla de la escasez de alimentos debido a la crisis ambiental mundializada; una más que da cuenta de la diferencia abismal que existe entre la producción de alimento de la nación y la capacidad que tiene para poder cubrir tal necesidad de todo el pueblo y la última que muestra la producción estratégica de la elaboración de alimentos como forma de hegemonía para el siglo XXI. Estas teorías serán explicadas mas adelante con sus respectivos autores, pero lo menciono porque son las distintas lecturas que tenemos para entender la dependencia alimentaria, a las cuales yo les sumare un actor resultante de esta ultima revolución industrial, la biotecnología (Arizmendi, 2001), la cual desde mi lectura tiene una participación sumamente estratégica en el nuevo control político para este nuevo siglo, ya que se puede predecir que las nuevas guerras para este siglo serán no solo por el agua sino que también por el alimento, o podría darse un rescate social de estos recursos vitales (Vergopoulos, 2011).

La

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