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El desarrollo y la competitividad del estado

kakutaMonografía10 de Septiembre de 2013

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CONTENIDOS

5.1 INTRODUCCION

5.2 OBJECTIVOS

5.3 OBJECTIVO GENEREAL

5.4 OBECTIVO ESPECÍFICO

5.5 JUSTIFICACION

5.6 CONTENIDO

5.7 CONCLUSIONES

5.8 BIBLIOGRAFIA

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se realizó con base a la información obtenida e investigada a cerca de la situación económica, social y educativa, entre otras, de Colombia y sus repercusiones en el desarrollo y estado competitivo de la misma.

Se encuentra a continuación un análisis de los sectores productivos, educativos y empresariales del país con una serie de aportes que, a nuestro parecer, serán de gran ayuda para lograr que Colombia se desarrolle de una manera más completa, adecuada y satisfactoria tanto para su situación como para sus habitantes y lograr así su posicionamiento dentro de los países competitivos del mundo.

Cada sector fue analizado separadamente y los aportes se hicieron de acuerdo a una consideración personal de la información obtenida y de la situación que revela el país, el análisis se realizó de esta forma debido a que se tuvo en cuenta que un país no puede lograr ser competitivo en todos sus aspectos pero si en algunos, sino en la mayoría, de ellos, así que se procuró hacer el mejor esfuerzo para lograr desarrollar el objetivo competitivo de cada uno de los sectores que suponemos ayudan al desarrollo de nuestro País.

OBJECTIVO

 Aprender mucho más de nuestro país con cada uno de sus atributos.

 Dejar claro que Colombia no es un país pobre, si no muy rico en muchos factores.

 Dejar un mensaje para que juntos emprendamos en el desarrollo de nuestro país.

OBJECTIVO GEERAL

 Descubrir la competitividad de nuestro país comparándolo con otros países

OBJECTIVO ESPECÍFICO

 Analizar el sistema económico del país

 . Comparar el crecimiento económico con otros países centroamericanos

 Determinar la diferencia entre el “éxito” de otros países versus el estancamiento de nuestro país

 Aportar opinión personal en relación a la competitividad económica.

JUSTIFICACION

Esta trabajo pretende subsanar los problemas informativos y generar conocimientos que permitan evaluar el impacto de los factores que inciden en la competitividad de los países y Colombia; para fomentar un mejor desempeño en la pequeña y mediana empresa de colombianas, y al mismo tiempo, una propuesta de desarrollo que genere con ello un cambio significativo, aprovechando los resultados tangibles que se han logrado en el contexto de nuestro país en materia de competitividad y desarrollo.

El pensamiento clásico: Adam Smith y David Ricardo

La defensa del libre comercio internacional por parte de Adam Smith representa un ataque decisivo y directo sobre la práctica mercantilista del proteccionismo comercial como medio para acumular la mayor cantidad posible de metales preciosos.

Para la concepción mercantilista, los metales preciosos representan el fundamento de la riqueza nacional: mientras más metales preciosos pueda acumular un país, más rico y más próspero será.

En consecuencia, las políticas mercantilistas se dirigían a aumentar las existencias de metales preciosos a través de altos aranceles a las importaciones y de estímulos al desarrollo de las industrias que producían para exportar a fin de conseguir una balanza comercial superavitaria. No obstante, con semejantes medidas de política comercial lo que los países mercantilistas ganaban otros lo perdían.

Por el contrario, para Adam Smith la ganancia no se genera en la esfera de la circulación (o sea, en el comercio) ni los metales preciosos representan el fundamento de la riqueza nacional que llevaba a los países mercantilistas a adoptar políticas comerciales ventajosas a fin de aumentar las existencias de oro y de plata.

Para Adam Smith, la ganancia o el beneficio se genera en la esfera de la producción y el fundamento de la riqueza nacional es el trabajo que puede alcanzar su máxima expresión (o productividad) si el mercado se expande más allá de ciertos límites. Que el trabajo es la fuente de la riqueza nacional, lo establece Adam Smith de la siguiente manera:

“El trabajo anual de cada nación es el fondo que en principio la provee de todas las cosas necesarias y convenientes para la vida, y que anualmente consume el país. Dicho fondo se integra siempre, o con el producto inmediato del trabajo, o con lo que mediante dicho producto se compra de otras naciones”.

“De acuerdo con ello, como este producto o lo que con él se adquiere, guarda una proporción mayor o menor con el número de quienes lo consumen, la nación estará mejor o peor surtida de las cosas necesarias y convenientes apetecidas”.

“Ahora bien, esta proporción se regula en toda nación por dos circunstancias diferentes: la primera, por la aptitud, destreza y sensatez con que generalmente se ejercita el trabajo, y la segunda, por la proporción entre el número de los empleados en una labor útil y aquellos que no lo están. La abundancia o escasez de esa provisión depende más, al parecer, de la primera que de la segunda de dichas condiciones”.

En consecuencia, en materia de políticas públicas, y en contraposición a los mercantilistas, la recomendación más urgente de Adam Smith es la libertad de comercio interior e internacional, recomendación que proviene de uno de los hechos más notables y característicos de la Revolución Industrial: la división del trabajo, que tanto llamó su atención y que en La Riqueza de las Naciones ejemplifica mediante la fabricación de alfileres:

“Un obrero estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto hace la punta, un quinto obrero está ocupado en limar el extremo donde se va a colocar la cabeza: a su vez la confección de la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas: fijarla es un trabajo especial, esmaltar los alfileres, otro, y todavía es un oficio distinto colocarlos en el papel.

Para Adam Smith, lo anterior es cierto tanto al interior de cada país (libertad de comercio interior) como entre países (libertad de comercio internacional): así como la libertad de comercio interior permite a los ciudadanos de un país especializarse en distintos ramos de actividad llevando a un aumento del producto nacional, la libertad de comercio internacional permite a cada país especializarse en la producción de aquellos bienes en los cuales tiene ventajas absolutas llevando a un aumento del producto mundial Es más, para Adam Smith hay una relación directa entre el tamaño del mercado, o el área de intercambio, y las oportunidades de especialización, o de división del trabajo: a mayor tamaño del mercado, mayor especialización y, en consecuencia, mayor productividad del trabajo. De esa manera, la división del trabajo se halla limitada por el tamaño del mercado y por esa razón argumenta en favor de un área de libre comercio lo más grande posible:

“Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la amplitud de esta división se halla limitada por la extensión de aquella facultad o, dicho en otras palabras, por la extensión del mercado. Cuando este es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero a una ocupación, por falta de capacidad para cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en exceso del propio consumo, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros”.

“Existen ciertas actividades económicas, aun de la clase ínfima, que no pueden sostenerse como no sea en poblaciones grandes. Un mozo de cuerda, por ejemplo, no podrá encontrar medios de vida ni empleo sino en ellas. La aldea constituye para él un campo muy limitado, y aun en una población, provista de un mercado corriente, es insuficiente para proporcionarle una ocupación constante”.

Por tanto, el libre comercio internacional expande el mercado, amplía la división del trabajo, acrecienta la especialización de todos y cada uno de los países en aquellos sectores de actividad en los que son más eficientes y de esa manera hace posible un aumento de la productividad laboral que conduce al bienestar mundial vía aumentos de la producción y disminución de los precios y es que para Adam Smith:

“Siempre será máxima constante de cualquier prudente padre de familia no hacer en casa lo que cuesta más caro que comprarlo. El sastre, por esta razón, no hace zapatos para sí y para su familia, sino que los compra del zapatero; éste no cose sus vestidos, sino que los encomienda al sastre; el labrador no hace en su casa ni lo uno ni lo otro, pero da trabajo a esos artesanos. Interesa a todos emplear su industria siguiendo el camino que les proporciona más ventajas, comprando con una parte del producto de la propia, o con su precio, que es lo mismo, lo que la industria de otros produce y ellos necesitan”.

Y lo que es cierto para el sastre (que compra sus zapatos al zapatero), el zapatero (que compra su traje al sastre) y el labrador (que vende alimentos al sastre y al zapatero a cambio del producto de ambos artesanos) es igualmente cierto y aplicable en el

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