Impulsores

Introducción.

Para conocer más acerca de la educación actual debemos adentrarnos en los movimientos que sucedieron en el pasado y que lograron los derechos, reformas y calendarios que hasta hoy nos rigen. Recordemos que tenemos que tener claro el pasado para poder fincar un presente y obtener un buen futuro. El presente documento se elaboró considerando solo uno de los más importantes para las circunstancias laborales de los maestros, los movimientos magisteriales y sindicales. Pero me enfoco en el Sindicato de la sección 38, perteneciente a Coahuila.

Alguna vez nos hemos preguntado, ¿Cómo inicio este movimiento tan representativo?, ¿Quiénes fueron los principales impulsores?, ¿Cuáles fueron los primeros beneficios y problemas que enfrentaron con este movimiento?¿Cuáles son las principales prestaciones u oportunidades hacia los maestros?, ¿cómo fue que las consiguieron? Todas estas preguntas tienen una respuesta a continuación.

Debemos tener presente, todos y cada uno de los acontecimientos por los que tuvo que pasar el maestro en la sociedad, y así darnos cuenta que si contamos con privilegios en la actualidad fue porque en algún momento los exigieron, como recompensa a un trabajo tan dedicado como lo es la docencia. Y conocer los abusos a los que un maestro era expuesto ante el gobierno, la situación de un profesor de antes no era la misma que uno de estos tiempos, tenían que sufrir necesidades dentro como fuera del aula.

Se les presentaran fuentes que comprueban las carencias que existían en ese tiempo y todos los atropellos que pasaron los docentes, y no solo ellos, también se vio afectada la comunidad obrera, ferrocarrileros y profesionistas. Al no recibir su sueldo y las prestaciones justas.

Desarrollo.

El movimiento magisterial inicio en 1958 en el mes de abril, fue un movimiento nacional, a causa de las inconformidades de los maestros, obreros y ferrocarrileros entre otros profesionistas, hacia el gobierno. Se desbordó ese descontento, pues los maestros de primaria invadieron el Zócalo. La respuesta de las autoridades no se hizo esperar, habiendo varios muertos y decenas de heridos. Lejos de resolver el movimiento, la política de intolerancia gubernista le dio un nuevo sesgo.

Pues a pesar de que ya existía la SEP (Secretaría de Educación Pública), esta institución solo amparaba la escuela y las necesidades de esta, es decir que se encargaba de expedir libros de texto, ,materiales y que las instalaciones estuviesen trabajando adecuadamente. Más no se preocupaba de las necesidades de los maestros.

El gobierno por falta de fondos empezó a retrasar el pago de la mayoría de los profesores, además no les daban la misma importancia a los maestros no titulados. Recordemos que años mas tarde el único requisito para ser docente era saber escribir y leer; no era necesario tener un titulo. Y con el paso del tiempo esos maestros no tenían el mismo valor ante los profesores, que si estaban titulados. Fue sin duda una gran inconformidad ante muchos.

En el mes de abril de 1958 el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) salió de nuevo a las calles; pues ya en 1956 el Frente Sindical Magisterial encabezado por Othón Salazar había organizado la lucha de la sección novena del SNTE con el fin de pedir mejoras salariales. Contagiados por la lucha de otros sindicatos, como el de los telegrafistas, el de los ferrocarrileros y el de los médicos. Es así que en pleno periodo electoral, los maestros de primaria emplazaron a la Secretaría de Educación Pública el 14% de aumento salarial o en su defecto, irse a la huelga.

Después de confiar en el ideario cardenista y todas las propuestas innovadoras para la educación, más sin embargo, nunca llegó la continuación del cardenismo, pues el sistema de educación pública se deterioró bastante y el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines congeló su salario, pidiendo compresión y paciencia a un magisterio que engrosaba los índices de pauperización y pobreza nacional. Pues en estas propuestas apoyaba a las instituciones educativas y los alumnos, con material e instalaciones. Pero no se enfocaba en las necesidades de los maestros, no recompensaban la labor de los maestros a pesar de todas las carencias que estos tenían, pues muchos de ellos, laboraban en zonas rurales y que no tenían las mismas oportunidades. Además de que muchos de ellos no tenían su titulo que avalara que eran docentes y por ello tenían una fuerte distinción ante el gobierno.

Era lo que muchos llamaban maestros no de titulo, sino de vocación.

En esa fecha tuvo verificativo una reunión de maestros democráticos con Luis Ortiz Monasterio, director de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, para tratar de liberar a profesores presos en Oaxaca y Chiapas, obtener audiencias con autoridades de la Secretaría de Programación y Presupuesto y la SEP, y realizar gestiones ante el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE para definir la situación de las secciones del DF. Por el momento, no hubo respuesta.

El 5 de marzo, la CNTE acordó en su asamblea nacional efectuar un paro nacional el 7 de marzo en demanda del 100 por ciento de incremento salarial y democracia sindical. En un documento señalaba:

El día 6 ocurrió uno de los fenómenos de mayor relieve en el ascenso magisterial de 1989: el apoyo de los directores e inspectores a la lucha de los trabajadores, y, es más, su incorporación a la misma; en una carta a Manuel Bartlett indicaban con toda precisión:

1. Los directivos de escuelas secundarias generales, diurnas y para trabajadores y jefes de enseñanza del DF otorgamos nuestro más absoluto y total apoyo a las justas demandas de incremento salarial del 100% y democratización sindical que públicamente han planteado nuestros compañeros maestros.

2. Que los directores de escuelas secundarias no aceptamos convertirnos en represores

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