LA DEPENDENCIA DEL SIGLO XXI
SaraUribe6 de Marzo de 2014
965 Palabras (4 Páginas)282 Visitas
Bienvenidos al siglo XXI, en donde se han logrado grandes avances, descubrimientos y progresos en la tecnología, en donde los dispositivos rápidos, con capacidades de memoria excepcionales, multifuncionales, con estructuras pequeñas, fáciles de transportar y de precios relativamente bajos, acompañado esto con la implementación del Internet, las redes sociales y las diferentes aplicaciones de entretenimiento hacen parte de la vida diaria de gran cantidad de personas, y en donde existen pocos límites para el intercambio masivo de información.
Efectiva e indiscutiblemente el Internet, las redes sociales y otras aplicaciones de diversos entretenimientos son una importante herramienta que facilita nuestras vidas, como interactuar, compartir y comunicarnos con compañeros y amigos, ya sea que se encuentren cerca, en otras ciudades, países o continentes, además de la gran posibilidad de conocer personas nuevas con los mismos intereses; se puede encontrar diferente información para materiales educativos e investigar diversos tipos de temas; Es de gran ayuda para la comunicación con jefes, profesores y grupos de trabajo, además de que ofrece diversos entretenimientos, como descargar, reproducir y escuchar música, videos, leer libros, juegos, e incluso en los dispositivos de uso más personal, podemos descargar agendas y organizar nuestros días, poner recordatorios, apuntes, llevar documentos importantes con nosotros a cualquier lugar que nos desplacemos, realizar video-llamadas gratuitas y muchos beneficios más, que sin duda alguna son creaciones del hombre útiles si son manejadas correctamente.
El problema radica cuando los recursos que nos ofrecen las grandes plataformas de redes sociales e Internet son utilizados de una manera excesiva y cuando dependemos completamente a estos.
Uno de los mejores ejemplos es cuando salimos a cualquier lugar, ya sea en un bar, en la universidad, en el colegio, en la calle, en el bus, en el café, en el gimnasio, en la esquina de la calle en la cual vivimos y hasta en la piscina nos podemos encontrar con ese tipo de personajes que se concentran más en las pantallas de sus dispositivos tecnológicos (comúnmente celulares), que en lo que están haciendo, o se supone que deberían de hacer, dedicándole más cuidado a un aparato sin vida que a sus compañeros que le hablan y se divierten, teniendo más o igual interacción con el ciberespacio que con el mundo real que está lleno de cosas mejores y más hermosas.
Desafortunadamente cuando hablo de “ese tipo de personas”, aquellas que son casi totalmente dependientes de sus celulares y el ciberespacio, me refiero principal y mayormente a los jóvenes y los jóvenes mayores (entre 15 a 25 años de edad), ya que son los consumidores por excelencia de la Internet, redes sociales y aparatos tecnológicos, sin dejar a un lado la evidente muestra de que el grupo de las edades comprendidas entre 12 y 14 años también son usuarios de distintas plataformas del ciberespacio, pero no en gran medida a comparación con los jóvenes.
Datos entregados del Ministerio de Educación en el 2010, afirman que el 80 % de los usuarios de las redes sociales en todo el mundo tienen entre 12 y 30 años, y datos más recientes, del 2012, aseveran que el porcentaje de los jóvenes que usan Internet a diario es del 96%, el 83% de los jóvenes utilizan las redes sociales usualmente y el 40% de estos, revisan las redes sociales más de una vez al día, lo normal es que actualmente, en el 2014, los porcentajes hayan aumentado, gracias a que hoy en día es más fácil ingresar a Internet en casi todos los lugares y hay dispositivos más portátiles.
Además, para el colmo de todo, más de la mitad de los usuarios americanos, en su mayoría entre las edades de 16 y 25 años, lo primero que hacen al despertar es consultar su actividad social, ¿Es correcto y normal preocuparse principalmente por la actividad en
...