La Democracizacion Del Conocimiento De La Fotografia

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO CON LA FOTOGRAFIA

Hace diez años, la fotografía empezaba a despertar a lo digital. Nos comprábamos cámaras de 2 megapíxeles, que por aquel entonces eran el gran avance tecnológico, sólo para probar la novedad.

En las escuelas e institutos se seguía estudiando la fotografía de manera tradicional. Salíamos a practicar a la calle con los viejos equipos réflex digitales de los profesores, y se procesaban los rollos en un cuarto de escobas reconvertido a laboratorio que siempre apestaba a líquido de revelar.

Aquellos que ya tenían pasión por la fotografía, se compraban su equipo para revelar en casa; ampliadora, luces, papel, cubetas, líquidos… el revelado analógico era un proceso costoso, incómodo, que requería de gran precisión y un espacio propio para ello. Aunque también era mágico; ver aparecer lentamente las imágenes bajo la luz roja era una sensación indescriptible.

Pero el futuro se hizo presente a velocidad vertiginosa, y nos arrancó de las manos la ampliadora, la botella de acético y la ternura de lo hecho a mano.

Pero el futuro se hizo presente a velocidad vertiginosa, y nos arrancó de las manos la ampliadora, la botella de acético y la ternura de lo hecho a mano.

Durante un breve lapso la cosa digital empezó a convivir con lo analógico, que acabó, al poco tiempo, relegado al uso profesional, para después prácticamente desaparecer, gracias al bajo coste de la fotografía digital y los rápidos avances en la calidad de las imágenes.

Por aquel entonces, las redes sociales y las grandes webs de fotografía amateur no estaban más que en la mente de algún visionario, y nuestra experiencia social de la fotografía seguía como siempre había sido, aunque con ligeros cambios; enseñábamos las fotos de las vacaciones a la familia en el monitor del ordenador, y si nos sobraba algo de dinero, encargábamos copias en papel de las mejores fotos.

La fotografía digital aún estaba en pañales, pero sus pasos eran firmes. En poco tiempo lo analógico se convirtió en marginal, y los profesionales empezaron a usar cámaras digitales y a buscarse la vida, para aprender a procesar de forma informática todo lo que hasta entonces habían hecho con ampliadoras y líquidos.

Y entonces llegó el escándalo. Internet.

Y entonces llegó el escándalo. Internet.

Cuando Internet se popularizó para el gran público, también empezó a hacerlo la fotografía, por dos grandes caminos que han ido indefectiblemente unidos; la exposición pública y la adquisición de conocimientos.

Por un lado, los fotógrafos, tanto profesionales como aficionados, aprendieron a manejarse con los programas informáticos de diseño y retoque. Aunque no era posible retocar las fotografías con todas las opciones que hoy tenemos, con el tiempo estos programas se convirtieron en necesarios, y, con las funcionalidades y opciones que se iban incorporando en las nuevas versiones, en imprescindibles.

Después de mucho tiempo de cambio, por fin podíamos conseguir exactamente el efecto deseado utilizando el retoque informático. Procesos fotográficos analógicos que se veían imposibles, empezaron a no serlo gracias a las nuevas posibilidades.

A la par que el desarrollo de los programas, también florecían los tutoriales. Cualquiera, sin salir de casa, sin haber pisado jamás un laboratorio fotográfico y sin tener el más mínimo conocimiento teórico, podía conseguir grandes fuegos artificiales simplemente copiando lo que otros enseñaban.

Es la gran diferencia entre la fotografía analógica y la digital: no es necesaria la teoría a la hora de hacer y procesar buenas fotos.

Lo digital hace que la fotografía sea más accesible, más económica, y en el ya vasto Internet se genera una nueva necesidad: la exposición.

En Internet todo se enseña al mundo. Enseñamos nuestras vidas, nuestras costumbres, lo que escribimos, hacemos y sentimos. Cómo no íbamos a enseñar nuestras fotos?

Y con este panorama nace Flickr, que, aún con sus fallos, sigue siendo la

...