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ORIGENES DE LA INGENIERIA INDUSTRIAL


Enviado por   •  7 de Marzo de 2013  •  1.363 Palabras (6 Páginas)  •  460 Visitas

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Aspectos básicos, generalidades y alcance

La ingeniería industrial, tal como se le conoce en la industria, comercio y gobiernos de todo el mundo, tal vez sea la más amplia de todas las funciones de la administración moderna. Quizá las personas que se dedican al estudio de tiempos se consideren a sí mismas ingenieros industriales, así como los planificadores de procesos, los analistas de sistemas de fabricación o las personas que determinan las tarifas de pago. Sin duda que todas ellas desempeñan actividades que caen dentro del amplio campo de acción de las actividades que generalmente se consideran parte de las funciones de la ingeniería industrial. De hecho, el campo de acción de las actividades de la ingeniería industrial es tan amplio que un prominente industrial comentó: "La ingeniería industrial consiste en todas las actividades de control de ingeniería y administración que no se pueden designar claramente como funciones de otras ingenierías o de contabilidad".

La verdad es que la ingeniería industrial es como una gran sombrilla que incluye una amplia variedad de tareas establecidas con el propósito de diseñar, establecer y mantener los sistemas administrativos para una eficiente operación. A los ingenieros mecánicos, generalmente se les conoce como personas que diseñan productos mecánicos y que realizan mejoras en los equipos y su formación técnica es acorde con ese fin; igualmente los ingenieros eléctricos diseñan aparatos o sistemas eléctricos y también su formación es acorde con ese propósito. Por otra parte, muchas personas que se llaman a sí mismas ingenieros industriales, tal vez nunca diseñen algo y quizá pasen toda su carrera haciendo estudios de tiempos, estudios de métodos o realizando estudios de distribución de planta de fábricas u oficinas. Aún así, todos ellos están involucrados realizando algunos aspectos del trabajo de la ingeniería industrial y quizá se sienten justificados a usar el título de ingeniero industrial cuando describen su trabajo.

La ambigüedad de lo que constituye la ingeniería industrial probablemente tiene sus raíces en la forma en la que se desarrolló como profesión. Esto, desde luego, se remonta a muchas décadas antes de que se acuñara el nombre de ingeniería industrial en los años de la revolución industrial.

Mucho se ha escrito acerca de los pioneros de la administración, quienes surgieron durante y después de la revolución industrial en Inglaterra y Estados Unidos. Antes de la revolución industrial, los bienes los producían los artesanos en el conocido sistema "casero". En aquellos días la administración de las fábricas no era problema. Sin embargo, a medida que se desarrollaban nuevos aparatos y se descubrían nuevas fuentes de energía se tuvo la necesidad práctica de organizar las fábricas para que pudieran tomar ventajas de las innovaciones. Quizá el primero de todos los pioneros fue sir Richard Arkwright (1732-1792) quien inventó en Inglaterra la hiladora continua de anillo, además creó y estableció lo que probablemente fue el primer sistema de control administrativo para regularizar la producción y el trabajo de los empleados de las fábricas.

Más o menos por la misma época en que Arkwright instalaba su sistema de control, otro inventor británico, James Watt, junto con su socio, Matthew Boulton, estaban organizando una fábrica en el Soho para producir máquinas de vapor. Ellos instituyeron la capacitación técnica para los artesanos que superó por mucho cualquier tipo de capacitación que existiera en esa época y también contribuyeron mucho a normar la administración de las fábricas. Subsecuentemente, sus hijos, James Watt Jr. y Manhew Robinson Boulton, establecieron la primera fábrica completa de máquinas de manufactura en el mundo. Siguiendo el ejemplo de sus padres ellos preplanearon y construyeron una instalación de manufactura integrada que se adelantó con mucho a su época donde, entre otras cosas, instituyeron un sistema de control de costos diseñado para disminuir el desperdicio y mejorar la productividad.

Otro inglés, Charles Babbage (1792-1891), aportó contribuciones significativas a la ciencia de la ingeniería industrial, ya que creó los sistemas analíticos para mejorar las operaciones, que publicó en su libro, The Economy ofMachinery and Manufacturers, el cual se distribuyó ampliamente en Inglaterra, resto de Europa y en Estados Unidos. Los métodos analíticos que Babbage originó fueron lo más avanzado, por décadas, en el campo del aumento de la productividad y tienen alguna semejanza con el trabajo de Frederick W. Taylor, aunque éste lo realizó muy posteriormente.

Aparentemente, el trabajo de estos pioneros británicos fue bastante exitoso, sobre todo cuando se aplicaba en sus propias empresas. Aunque con toda seguridad debe haber existido intercambio de ideas entre los líderes empresariales de esos días, muchos de los cuales eran parientes, no hubo un movimiento generalizado entre otros empresarios para adaptar a sus propios negocios las ideas exitosas de esos pioneros y es por esta razón que la industria manufacturera británica, aunque se le llamaba "el taller del mundo", permaneció en cierta forma tosca y rudimentaria, aunque hacia fines del siglo diecinueve, los mismos métodos primitivos de uso generalizado en Inglaterra estuvieron también de moda en Estados Unidos.

El gran ímpetu por cambiar la forma como se realizaba el trabajo en las fábricas comenzó en Estados Unidos y posteriormente en Europa; lo inició Frederick W. Taylor, quien, con sus exitosos experimentos para mejorar los métodos manuales de manejo de materiales en las fábricas de acero, obtuvo ganancias asombrosas en productividad y sus escritos sobre la materia, presentados ante la American Society of Mechanical Engineers (ASME), llamaron mucho la atención; además tuvieron un gran número de simpatizantes, quienes se basaban en sus enseñanzas. Al mismo tiempo, Taylor se hizo de un gran número de críticos, quienes sentían que su filosofía de cómo debería organizarse y administrarse el trabajo era inhumana. A Taylor se le llegó a conocer como el "Padre de la administración científica" cuando publicó, en 1911, su último libro titulado, The Principles ofScientific Managenteni. Asimismo creó lo que él llamó una fórmula para máximas producciones, en la que establecía que "la máxima producción se obtiene cuando a un trabajador se le asigna una tarea definida para desempeñarla en un tiempo determinado y de una forma definida".

Aunque ha cambiado de alguna forma, la fórmula de Taylor todavía es parte importante de la ingeniería industrial ya que enfatiza que el trabajo debe estar bien organizado y al trabajado se le debe asignar una tarea específica y un método específico a seguir. Desafortunadamente, algunos de los seguidores de Taylor obtenían asombrosas ganancias en productividad simplemente con establecer el sistema de destajo y otros planes de incentivos salariales basados en los estándares de producción. Posteriormente estos esquemas tuvieron resultados desfavorables debido a que algunos ingenieros y gerentes sin escrúpulos recortaron arbitrariamente los estándares de producción o las tarifas por pieza para hacer que el trabajador produjera más por el mismo dinero o menos. El resultado natural fue que los trabajadores se oponían a todos los esfuerzos de la gerencia por cambiar sus estándares de producción, aun cuando hubiera razones legítimas para el cambio. Muchas de las actitudes en los trabajadores que resultaron de esta táctica de “aceleración” todavía continúan en estos días en muchas compañías, especialmente en aquellas con reducción de jornada o con prácticas restrictivas en la mano de obra.

Aunque Taylor reconoció y estudió la importancia de estos métodos, no fue sino hasta que llegaron Frank y Lillian Gilbreth, que se le dio amplio reconocimiento a la importancia del estudio de movimientos. Los Gilbreth aislaron e identificaron los movimientos básicos con que se realizan todas las actividades humanas y los llamaron “therbligs” (Gilbreth escrito al revés) y además establecieron que cada uno de los 18 movimientos elementales, o “therbligs”, se debería lograr en un rango definido de tiempo. Esto apoyaba la idea de Taylor de que se podía establecer un manual de valores universales de tiempo (basado en métodos predeterminados) y que se aplicara en cualquier industria. Por supuesto que esta creencia nunca ha funcionado pero ha llegado a ser muy práctica para algunas clases de trabajo, tales como las operaciones de mantenimiento que son comunes, hasta cierto grado, de unas compañías a otras e inclusive de algunas industrias a otras. Más tarde, los “therbligs”, de Gilbreth, formaron las bases para las investigaciones que últimamente han llevado al desarrollo de medición del tiempo de los métodos (MTM), y que todavía en la actualidad la usan ampliamente los ingenieros industriales.

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