Video Juegos

Por ello, expertos en conducta humana alertaron ayer que en ciertas personas la exposición continua avideojuegos violentos puede inhibir la sensibilidad y distorsionar la realidad frente a la ficción. Sin embargo, aclararon que ese factor no es el único elemento que detona un asesinato de esta índole en el que uno de los implicados es hijo de la víctima.

Durante el relato y ante la poca o ninguna emotividad de uno de los adolescentes -ambos de 19 años- acusados por el asesinato de García Rodríguez, los oficiales le preguntaron a Josué Guzmán Morales si sintió miedo. La respuesta fue un contundente no, para de inmediato indicar que al asfixiar, apuñalar y quemar a una mujer de 55 años pensó que estaba jugando el videojuego Grand Theft Auto IV. De esta forma, silenció todas las preguntas de los policías, contó ayer el director del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Aibonito, Cándido Pagán.

"Le preguntamos si había sentido miedo al cometer esos hechos y dijo que no, que él pensaba que estaba jugando ese juego. Es posible que haya aprendido algo del juego. Es un juego bien violento en donde agreden policías, matan gente", dijo el teniente. "Nos da una enseñanza de que algunos jóvenes utilizan estos juegos (para actos delictivos) y deben ser analizados por los padres", agregó Pagán, quien en sus 21 años de carrera policial nunca había visto un caso similar.

Ayer Guzmán Morales y Jonathan García Rodríguez fueron acusados de asesinato en primer grado, Ley de Armas y destrucción de evidencia por la muerte de Sandra García Rodríguez. La mujer, de quien Jonathan era hijo adoptivo, dormía cuando fue atacada por ambos jóvenes, con una almohada impregnada en gasolina. La asfixiaron, la acuchillaron y la quemaron. Su cuerpo fue tirado en Coamo.

La trama de este crimen no forma parte del conocido videojuego Grand Theft Auto, pero las fechorías que narra pudieron dar ideas para este asesinato que ha consternado a los vecinos y amigos de la mujer que era directora de Salud Integral en la Montaña, Inc. en Naranjito.

El juego llegó al mercado en 1997 y tiene más de diez versiones en las que narra la historia o delitos de distintos criminales en varios países. El objetivo es que cada criminal (jugador) cumpla con sus misiones o actos delictivos por los que se obtienen puntos. Su costo oscila entre $ 60 y $ 100 y en el mercado de entretenimiento está clasificado como Mature para jóvenes de 17 años o más.

Su clasificación ha pasado por alto entre algunos padres, al punto de que se han reportado en Estados Unidos casos de adolescentes apresados por cometer delitos inspirados en el videojuego.

El sicólogo clínico y profesor del Departamento de Siquiatría del recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Luis Caraballo, precisó que, aunque no se puede generalizar, este tipo de juego posee un alto contenido de violencia y desensibiliza a todo aquel que le destina horas.

"Es, básicamente, la parte negativa del aprendizaje. De la manera que las personas aprenden de forma más eficiente es cuando practicas una cosa muchas veces. Estar jugando esto por mucho tiempo, por lo menos 3 a 5 horas diarias, lo que aprendes es la destreza de cómo dominar a tu oponente", dijo el sicólogo. "Al estar expuesto por tantas horas, lo que vas a perder es sensibilidad a diferentes escenas. Lo que ves es sangre, matanza, y tenerlo todo el tiempo te hace perder la sensibilidad social".

La siquiatra de niños y adolescentes, Karen Martínez, precisó que este tipo de videojuego tiene mucha demanda sobre todo en la época navideña y "llega a las manos de adolescentes y niños que no tienen la capacidad de entender la realidad

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