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10 De Mayo


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  1.372 Palabras (6 Páginas)  •  220 Visitas

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DISCURSO PARA EL DIEZ DE MAYO

Desde que el ser humano abre sus ojos a la vida encuentra cerca de él una persona que le sonríe, una persona que lo acaricia y que trata de adivinar sus deseos para complacerlos, que trata de adivinar sus necesidades para satisfacerlas, que se priva del alimento para nutrirlo, que lo envuelve en el amor y en la ternura y lo defiende de todos los peligros, dedicando su vida a mantener esa otra vida frágil y necesitada de todos los auxilios porque por sí misma, no podría sobrevivir.

Esa persona la encontramos desde el principio de todos los tiempos, inclinada sobre la cuna que es para ella la más valiosa de todos los tesoros del mundo, más amada que lo más amable, más bella que todas las bellezas. No importa que la cuna sea tosca o pobre, no importa que el ser que en ella esté no puede ni siquiera comprender, mucho menos pagar todos los beneficios que recibe.

Así ha sido siempre desde los albores de la humanidad, si no fuera por esa vieja y bella historia constantemente repetida, la humanidad no existiría. No hubieran existido héroes, ni sabios, ni santos, ni artistas, porque el ser humano al llegar al mundo está completamente imposibilitado de proporcionarse lo que necesita para sobrevivir. Un niño abandonado muere pronto, víctima del hambre o de las

inclemencias del tiempo. La humanidad existe gracias a esas personas que velan cerca de las cunas, que han nutrido a sus hijos, no sólo con el alimento, sino también con la sonrisa, con la caricia, con el cuidado.

Esta figura noble, esa figura santa, que como un ángel tutelar encontramos siempre al lado de las cunas, tiene el nombre más puro que puede dar la voz humana, se llama Madre. Por esa santidad que no persigue más que el bien, por esa pureza de intención que no busca una recompensa, por esa gloria que consiste en dar su vida y su gozo como precio del gozo y de la vida de un ser tan impotente, que no puede al principio comprender los beneficios que recibe, los hombres han usado la palabra madre para darla a la tierra que nos sustenta y que después nos cobija en su seno. La han usado para nombrar la naturaleza, que todo nos brinda y que todo nos proporciona, para bien de nuestro cuerpo y de nuestro espíritu.

Pensemos un poco en los remostos tiempos en que la humanidad comenzaba a vivir, cuando no existía la civilización, cuando el hombre estaba todavía en estado salvaje. Entonces las habitaciones eran las cavernas abiertas en los costados de las montañas, por las manos del hombre o por los elementos. En aquellas oquedades inhospitalarias, en las que no se conocían más

comodidades que los lechos de hojas secas o de pieles de animales, veremos a las parejas humanas cuidando de sus hijos. el padre salía al campo en busca de alimentos, que se proporcionaba por medio de la caza, mientras la madre permanecía en la cueva cuidando de sus hijos y protegiéndolos. Ella era la que aderezaba los alimentos, ella la que aseaba el hogar, y ella era sobre todo la que atendía a los hijos. Tenía que cuidar de su sustento, de su comodidad y su seguridad. Cuántas veces estando el padre ausente, asomaría a la entrada de la cueva la cabeza espantosa de una fiera hambrienta, dispuesta a devorar a los pequeños, entonces la madre los protegía, y cuántas veces habrá pagado con su vida la defensa de sus hijos, pero ni entonces ni ahora las madres abandonan a sus hijos en el peligro y es un hecho que todos habremos observado que es la hembra la que más bravamente defiende a sus hijuelos.

La humanidad se ha ido desarrollando desde aquellos remotos tiempos; la civilización ha proporcionado a los hogares habitaciones cómodas y más seguras, las habitaciones estén pobre o ricamente amuebladas pero cerca de las cunas, muy cerca, como si quisieran darle a los hijos todo el calor de sus vidas, con los ojos fijos en los ojos tiernos de las criaturas como si quisieran penetrar sus

pensamientos,

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