ABC de la area docente
ruichioSíntesis15 de Marzo de 2021
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La elaboración de una secuencia didáctica es para organizar situaciones de aprendizaje que se desarrollaran en el trabajo de los estudiantes, es responsabilidad del docente proponer a sus alumnos actividades que permitan establecer un clima de aprendizaje, la teoría de situaciones didácticas pone énfasis en las preguntas e interrogantes que el docente propone al alumno, en la manera como estructuran sus respuestas, estructuración/desestructuración/estructuración.
Mediante múltiples operaciones intelectuales como: hallar relaciones con su entorno, recoger información, elegir, abstraer, explicar, demostrar, deducir entre otras en la gestación de un proceso de aprender, pues el alumno aprende por lo que realiza , por la actividad llevada a cabo, no basta escuchar al profesor o realizar una lectura para generar este complejo proceso.
La estructura de la secuencia se integra con dos elementos que realizan de manera paralela: la secuencia de las actividades para el aprendizaje y su evaluación en estas mismas actividades.
En el aula: aprendizaje y evaluación profundamente implicados, sus dificultades como posibilidad de aprendizaje, la secuencia en los principios del aprendizaje y evaluación: en sus tres dimensiones: diagnostica, formativa y sumativa.
Es importante lograr una visión integral de las evidencias del aprendizaje, no solo aplicar exámenes. La secuencia de aprendizaje y evaluación son elementos que van de la mano. La elaboración de una secuencia didáctica se encuentra inscrita en el proceso de planeación dinámica, donde todos los factores de planeación se afectan entre sí. Su punto de partida es la selección de un contenido, sea expresada en términos de objetivos, finalidades o propósitos de acuerdo a la visión pedagógica-didáctica de cada docente. Como resultado dos líneas simultáneas: que resultado se espera obtener (acciones de evaluación) y las actividades que se pueden proponer para crear un ambiente de aprendizaje para trabajar con los resultados.
La línea de secuencias didácticas esta integrada por tres tipos: apertura, desarrollo y cierre.En la evaluación formativa permite retroalimentar el proceso mediante la observación de los avances, retos y dificultades que presentan los alumnos.
Evaluación sumativa: ofrece evidencias de aprendizaje. En las actividades de apertura, el clima e aprendizaje, si el docente logra trabajar con un problema de la realidad o abriendo una discusión en pequeños grupos sobre una pregunta de interrogantes significativos para los alumnos.
Establecer actividades de apertura en los temas, como un reto para el docente, para él es más fácil pensar en los temas, trabajar con un problema que sea un reto intelectual para los estudiantes, realizar actividades no solo en el salón de clase, la actividad de apertura se desarrolla haciendo entrevistas, buscar información en internet o en los periódicos, pueden ser de manera individual o por pequeños grupos, intercambio entre grupos de trabajo. Los recursos e apoyo pueden ser en alguna aplicación de sus tabletas como Evernote, iTunes entre otros.
Dentro de las Actividades de Desarrollo tiene como finalidad que el estudiante interaccione con una nueva información. Los recursos que el docente puede utilizar son muy variados valiéndose de aplicaciones a las que puedan acceder sus estudiantes, con el apoyo de la TIC es factible ofrecer diferentes accesos de información. El profesor puede realizar exposiciones sobre los principales conceptos, teorías y habilidades, hacer ejercicios rutinarios o de poca significatividad, ejercicios o tareas puedan ser motivaciones para los alumnos. Las evidencias de aprendizaje como: portafolio o proyectos o problemas para vincularlas con la calificación.
Las Actividades de cierre tienen como finalidad lograr integrar tareas realizadas, y permite realizar una síntesis del proceso y del aprendizaje desarrollado, con esto se busca que el estudiante logre reelaborar la estructura conceptual que se tenía al inicio, logrando reorganizar su estructura de pensamiento generando nuevas interrogantes, realizar ejercicios que implique emplear información para realizar ejercicios.
Todas estas actividades de cierre se deben realizar en el salón de clases, exposiciones y diversas formas de intercambio entre los alumnos, estas actividades posibilitan una perspectiva de evaluación para el docente y el estudiante en el sentido formativo y sumativo.
Con esto se puede analizar lo que se viene logrando, así como las deficiencias y dificultades que se encuentran en los alumnos. Ello permite valorar el grado en que los estudiantes pueden avanzar en el curso, así como las dificultades que enfrenta su proceso de aprendizaje (habilidades y conocimientos previos), como el compromiso que asumen con su portafolio de evidencias.
En la línea de evaluación para el aprendizaje se ha desarrollado la evaluación y la forma de materializarla en evidencias, buscando con ello la relación que existe entre ambos.
La evaluación para el aprendizaje es una actividad compleja , se concibe desde el propósito y objetivo de la secuencia , es necesario vincular, las dos líneas de trabajo de manera articulada: la de construcción de secuencias , con la de construcción de evidencias de evaluación cumpliendo una función de evaluación formativa con la evaluación sumativa, partiendo de un problema, caso o proyecto que ayuda a concebir cuales son la evidencias de evaluación que se registran en cada secuencia de aprendizaje. En los casos de no ser posible, el profesor establece finalidades, propósitos, u objetivos sean adecuados para trabajar, tengan claridad de lo que espera que sus estudiantes puedan realizar.
La evaluación final (sumativa) es el resultado de la integración de múltiples evidencias: resolución del problema o caso: presentación de avances parciales; ensayos o ejercicios vinculados con situaciones concretas; incluso exámenes.
Es importante que en la estructura de la evaluación que se vincule estrechamente a los propósitos del curso y se encuentre anclada en las secuencias didácticas. Toda evidencia de evaluación cumple con una función didáctica, sirve para retroalimentar el proceso de aprendizaje que realiza el estudiante. Mientras que el docente analizar las razones por las cuales los estudiantes muestran determinados desempeños para reorientar las acciones realizadas cumpliendo con una función formativa.
entender lo que pasa en el aula cuando el docente se propone enseñar alguna cosa. Esto es, ¿qué comunica la escuela cuando enseña? ¿Qué aprenden los alumnos en su experiencia escolar? Si bien no alcanzaremos a dar respuestas exhaustivas a estas preguntas, nos proponemos introducir algunas ideas que puedan ser útiles para pensar estas cuestiones. La educación y las actividades de enseñanza implican poner en práctica un cierto tipo de comunicación. Este diálogo que hemos transcripto permite pensar la actividad educativa como un fenómeno comunicacional. En cierta medida, hemos hablado de este asunto en el capítulo 1, cuando planteamos que la transmisión educacional no comienza cuando el docente empieza a hablar sino que este acto está precedido por un complejo proceso social de construcción.
¿de qué hablamos cuando nos comunicamos en las actividades de enseñanza y de aprendizaje? ¿Qué informaciones están presentes? ¿Podemos entender la comunicación educacional sólo a partir de los contenidos a enseñar?
estas preguntas nos llevan a plantear algunas cuestiones centrales de las que trata este capítulo: a) la complejidad de la comunicación y de los mensajes escolares, b) la relativa independencia que hay entre lo que se enseña y lo que se aprende y c) los factores y las características específicas que definen la comunicación educativa. Comenzaremos por la primera de las cuestiones. La complejidad del mensaje educativo: siempre se comunica (y se aprende) más de una cosa a la vez La acción de educar es un fenómeno comunicativo. Se trata de transmitir un mensaje a los niños, de acercarles informaciones, de brindarles ideas acerca del orden y del funcionamiento de las cosas. Los docentes -como los norteamericanos del diálogo- se comunican con los alumnos para presentarles temas y asuntos, explicarles el manejo de determinados instrumentos, enseñarles lo correcto y lo que no lo es.
Así, cuando se habla de la comunicación, tendemos a pensar en el movimiento de un mensaje (información) desde un emisor hacia un receptor a través de un canal de transmisión. Aplicado al estudio de la enseñanza, parecería claro que el docente es la fuente del mensaje y el alumno el destinatario. Optimizar la comunicación educativa y asegurar que el mensaje sea bien recibido implicaría, simplemente, disminuir los ruidos en la comunicación. Esto presenta, sin embargo, varios problemas: El primer problema es que la comunicación educativa, más que una díada docente-alumno en la que el primero transmite cosas al segundo, es una compleja red donde todos son -al mismo tiempo- emisores y receptores. La complejidad real de las redes de comunicación se asemeja bastante poco al difundido esquema de Shannon. El segundo problema es que el fenómeno de la comunicación supone que existen tres procesos: 1) transmitir algún tipo de información en el espacio, 2) almacenar información en el tiempo y 3) procesar y elaborar la in- formación. Se ha tendido, por lo general, a ver la enseñanza como un proceso de transmisión, como si esta transmisión no estuviera condicionada por las formas en que la institución escolar, el docente y los alumnos almacenan y procesan los mensajes.2La tercera cuestión está relacionada con la naturaleza del mensaje: No son contenidos explícitos lo único que se comunica. Al hablar de San Martín, del ecosistema o de la regla de tres también se comunican valores, formas de relacionarse, sentimientos, jerarquías, formas de ordenar las cosas. Además, docentes y alumnos no "hablan" sólo con la palabra, sino también con el cuerpo, con los gestos, con las distancias y con las acciones. Todo mensaje social comunica más de una cosa a la vez y cada vía de comunicación -la palabra, la postura corporal, la distancia, el gesto, etc.- tiene su propio código, su propio lenguaje. Y lo que muchas veces sucede -en una familia o en un aula- es que el mensaje que llega por las distintas vías no siempre es coherente o consistente. Es el ejemplo de la madre que le dice al hijo que lo ama mientras su cuerpo permanece rígido, impasible y distante. La educación está llena de este tipo de paradojas, de estos "dobles mensajes". Ejemplo de este tipo de fenómenos es la enseñanza en forma autoritaria de los valores de la democracia o la práctica de la "lectura autónoma" a partir de normas detalladamente dictadas por el docente. En la transmisión sistemática que se produce en la escuela, los mensajes son múltiples, complejos y provienen de diversas fuentes. Como hemos planteado en el capítulo 2, todo "habla", comunica o tiene efectos formativos en la escuela: las palabras del docente, la distancia de los bancos, la decoración de las paredes, los horarios, el tipo de comunicación que se promueve entre enseñantes y aprendices. En las comunicaciones escolares se transmiten mensajes cuyo contenido es explícito y deliberado (los contenidos que el docente se propone enseñar). Pero hay otros componentes del mensaje, por lo general menos explícitos, que definen la relación entre los que se comunican. Son los meta-mensajes, los "mensajes que transmite el mensaje". Y lo que sucede con la hija en el diálogo imaginado por Bateson, también acontece entre docentes y alumnos: ¿qué es lo que estamos diciendo en verdad? Como lo demostró Sigmund Freud hace casi cien años, no somos conscientes de gran parte de nosotros mismos ni de cierta porción de lo que comunicamos. Como los franceses referidos por Bateson, a menudo nos decimos cosas sin saberlo. El docente, para ser considerado como tal, debe aprender a comunicar cosas a sus alumnos. Pero no es menos cierto que quien se dedica a trabajar con personas y grupos debe también saber meta-comunicar, esto es, debe aprender a comunicarse acerca de la comunicación. El desarrollo de la metacomunicación en el aula es tan importante como la comunicación misma, puesto que es lo que nos permite dar cuenta del estado de la comunicación, de las percepciones y los sentimientos de los que participan en ella. En buena medida, la enseñanza y el aprendizaje son algo parecido a una comedia de enredos o equivocaciones, en la que gran parte del tiempo uno está tratando de entender qué es lo que el otro quiere decir mientras intenta decir lo que quiere decir realmente. Y, en el medio de estos enredos, está el currículum. Como una pareja que necesita hablar sobre "lo que nos pasa", docentes y alumnos.
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