AJEDREZ EN LA ESCUELA

“AJEDREZ EN LA ESCUELA”

Instituciones involucradas: IPEM Nº 25. BIBLIOTECA POPULAR J. B. ALBERDI

Receptores: comunidad educativa de Villa Rossi

Coordinadoras: profesoras Romina Aimar, Paola Albaredo, Soledad Balestrelli y Mónica Pérez.

Expectativas de logro a mediano y largo plazo:

o Lograr que los alumnos se comprometan con el proyecto.

o Incentivar la práctica del ajedrez

o Desarrollar rutinas de juego de creciente complejidad

o Construir un espacio lúdico de aprendizaje e intercambio.

Fundamentación:

La posibilidad que el ajedrez contribuya al desarrollo del pensamiento crítico, es el tema del presente proyecto. La clave, para que tal cosa suceda, es la actuación del profesor de ajedrez, motor desencadenante del modo en que un alumno se apropia del conocimiento. La potencialidad de la disciplina se actualiza a través de su mediación y permite que el aprendiz pueda hacer suya esa práctica, lo que en otros términos significa, tener la oportunidad de poder discutirla y enriquecerla desde la convicción de una certeza fundamental.

Al igual que con otras disciplinas, no hay traslación directa de las virtudes del saber ajedrecístico a su simple exposición, y el mito debe ser reformulado a favor de una intervención, de un acompañamiento, que cree significado y otorgue sentido.

Cuando decimos que un sujeto se apropia de una práctica, queremos decir que ese sujeto ha hecho suya determinada práctica. En el ámbito educativo nuestra exigencia es buscar que el alumno se apropie de un conocimiento. Creemos firmemente en que no basta con que el alumno pueda retener ciertos mecanismos o procedimientos, o peor aún que pueda memorizar ciertos contenidos. Buscamos ofrecer las herramientas para que nuestros alumnos trabajen (operen) sobre la realidad, pero para que esas herramientas sean válidas (funcionen como tales) es necesario que los alumnos hagan suyo el conocimiento, la práctica y los valores que intentamos transmitir.

Breve descripción de la experiencia a desarrollar:

Luego de desarrollar encuentros y prácticas esporádicas decidimos formalizar el trayecto para otorgarle viabilidad y permitirnos crecer.

En esta etapa del proyecto, en el que ya nos vienen acompañando algunos, es que necesitaremos flexibilizar tiempos y espacios a favor de una destreza en pleno perfeccionamiento.

Institucionalmente, utilizaremos un día de la semana, un módulo para ser más exactos, con el fin de ejecutar test psicológicos, tabular datos, reinstalar la práctica del ajedrez, complejizar la misma y generar el espacio para las visitas de un experto, ajeno al IPEM que ya estuvo colaborando con nosotras.

Decidimos que los módulos sean rotativos para afectar grupos diferentes y, de esta manera, interferir

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