Aji Dulce
manaure4 de Agosto de 2013
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA DE LOS LLANOS
NUCLEO CALABOZO
PRODUCCIÓN Y SIEMBRA DEL CULTIVO DE AJÍ (CAPSICUM ANNUU) COMO ALTERNATIVA DE ALIMENTACIÓN EN EL RASTRO, CALABOZO ESTADO GUÁRICO
Integrantes:
Bustamante Carlos
V-20.907.203
Landaeta Paulino
V-
Paredes Ever
V-24.321.809
Sayago Ángel
Calabozo, agosto de 2013
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION UNIVERSITARIA
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA DE LOS LLANOS
NUCLEO CALABOZO
PRODUCCIÓN Y SIEMBRA DEL CULTIVO DE AJÍ (CAPSICUM ANNUU) COMO ALTERNATIVA ALIMENTACIÓN EN EL RASTRO, CALABOZO ESTADO GUÁRICO
Integrantes: Bustamante Carlos
Landaeta Paulino
Paredes Ever
Sayago Ángel
Tutor:
Año:
RESUMEN
El proyecto persigue establecer la producción del cultivo de ají dulce (Capsicum annuum) empleando prácticas agroecológicas en la Comunidad Rural “El Rastro”, Estado Guárico, con el óptimo aprovechamiento de los recursos naturales, humano y mantenerlo como una propuesta agroecológica, sustentable y socioeconómica. A realizarse en la comunidad antes mencionada y en la estación El Rastro, en una superficie aproximada de 400 m2. La implementación del mismo traería consigo innumerables beneficios a la comunidad, entre ellos, destacaríamos el trabajo en equipo, el intercambio de saberes entre la comunidad y los estudiantes del IUTLL a cargo del desarrollar el cultivo. Además, se busca que la comunidad logre autoabastecerse con este rubro y asimismo, en la obtención de ingresos propios. Esta producción de ají mediante prácticas de origen orgánico sería de grandes alcances, puesto que cada vez son más los consumidores que se preocupan por cuidado de la salud y la protección del medio ambiente y la soberanía agroalimentaria que el pais requiere, convirtiendo al mercado de alimentos orgánicos en un proceso dinámico y atractivo. Es realmente factible y sustentable en el tiempo la implementación de este cultivo debido a que en la comunidad existe suficiente terreno y el agua necesarios para su desarrollo con los miembros del grupo familiar del sector en cuestión.
INTRODUCCIÓN
Sin duda alguna, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Esto pone a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas. Defiende los intereses de, e incluye a, las futuras generaciones. Nos ofrece una estrategia para resistir y desmantelar el comercio libre y corporativo y el régimen alimentario actual, y para encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y de pesca para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras locales.
Obviamente, la soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, y coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica. De igual manera, la soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición. En este mismo orden de ideas, la soberanía alimentaria garantiza que los derechos de acceso y a la gestión de nuestra tierra, de nuestros territorios, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producimos los alimentos.
La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones. En la actualidad la mano del hombre está destruyendo notablemente la tierra; por múltiples factores entre ellos, la contaminación ambiental, es una de las problemáticas más graves que se debe enfrentar, puesto que es una realidad que está afectando directamente a todos los seres vivos incluyendo vegetales y animales. En efecto, minimizar el aspecto negativo del impacto está en manos de la acción humana, tomando conciencia y buscando soluciones que beneficien el ambiente, ya que esto afecta a millares de seres queridos y que hacer emerger nuevas formas de contradicciones sociales, es por ello que la lucha es restaurar la tierra como medio de ambiente humano, es hoy una cuestión de supervivencia. Siguiendo este mismo orden de ideas, la importancia se enmarca, por ejemplo, a nivel local, la soberanía alimentaria favorece el mantenimiento de una agricultura de proximidad destinada prioritariamente a abastecer los mercados regionales y nacionales. Los cultivos alimenticios y la agricultura familiar de pequeña escala deben favorecerse, a causa de su mayor eficacia económica, social y medioambiental, comparada a la agricultura industrial y las plantaciones de gran escala donde trabajan de numerosos asalariados. El lugar y el papel de las mujeres son privilegiados.
De tal manera, siguiendo las palabras de Travieso (2009), cuando señala que para garantizar la soberanía alimentaria, es necesario que haya una promoción y recuperación de las prácticas y tecnologías tradicionales, que aseguren la conservación de la biodiversidad y la protección de la producción local y nacional. También es importante garantizar el acceso al agua, la tierra, los recursos genéticos y los mercados justos y equitativos con el apoyo gubernamental y de la sociedad en su conjunto. En efecto, la alimentación es un derecho humano básico.
De allí pues, todos y cada uno deben tener acceso a alimentos sanos, nutritivos y culturalmente apropiados, en cantidad y calidad suficiente para llevar una vida sana y completa. Cada país debe declarar el derecho de acceder a estos y garantizar el desarrollo del sector que los produce -los productores agropecuarios- con el objetivo de asegurar este derecho fundamental. La soberanía alimentaria incluye:
1. Priorizar la producción agrícola local para alimentar a la población, el acceso de todos a la tierra, al agua, a las semillas y al crédito.
2. El derecho de los campesinos a producir alimentos y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que quieren consumir y, como y quien se lo produce.
3. El derecho de los Países a protegerse de las importaciones agrícolas y alimentarias que no cumplan condiciones mínimas. La participación de los pueblos en la definición de la política agraria.
4. El reconocimiento de los derechos de las campesinas que desempeñan un papel esencial en la producción agrícola y en la alimentación. La soberanía alimentaria incluye un comercio internacional justo.
La soberanía alimentaria no está en contra de los intercambios, sino de la prioridad dada a las exportaciones: permite garantizar a los pueblos la seguridad alimentaria, a la vez que intercambian con otras regiones unas producciones específicas que constituyen la diversidad de nuestro planeta. Hace falta, dotar los intercambios de un marco que:
1. Priorice la producción local, regional frente a la exportación.
2. Autorice a los Países/Uniones a protegerse contra las importaciones a precios demasiado bajos.
3. Permita unas ayudas públicas a los campesinos, siempre que no sirvan directa o indirectamente a exportar a precios bajos.
4. Garantice la estabilidad de los precios agrícolas a escala internacional mediante unos acuerdos internacionales de control de la producción.
Las políticas agrícolas deben apoyar una agricultura campesina sostenible en el Norte y en el Sur. Para poner en marcha la soberanía alimentaria, países del Norte y del Sur deben poder apoyar a su agricultura para garantizar el derecho a la alimentación de sus poblaciones, preservar el medio ambiente, desarrollar una agricultura sostenible y protegerse contra el dumping. Deben también ser capaces de apoyar su agricultura para cumplir otros intereses públicos que pueden ser diferentes en función de los países y sus tradiciones culturales.
De allí pues, son muchos los esfuerzos que el gobierno venezolano está aplicando herramientas que satisfagan esas necesidades que los pueblos requieren, es decir, el estado venezolano a partir de la redefinición y rediseño de sus políticas agroalimentarias ha colocado o mejor dicho le ha dado su grado de importancia de acuerdo al aporte en nutrientes y calorías a los productos y sub-productos agrícolas, pecuarios, avícolas, entre otros ese posicionamiento dentro del mercado local, regional, nacional e internacional; además, de ser un producto de fácil acceso en los mercados pues el mismo se puede producir desde pequeñas unidades de producción como en grandes extensiones, lo cual, significa una garantía para el repago y pago de las deudas que se contraigan en relación a impulsar este tipo de producción de pollos de engorde local, sino también
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