Antecedentes De Los Impuestos En Mexico
laura24rp28 de Julio de 2011
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INTRODUCCIóN
La obra que aquí presentamos, no es en sí más que una breve recopilación de aproximación a la historia de los impuestos en México.
Este trabajo abarca desde la época prehispánica y finaliza con la consolidación de la Revolución mexicana mediante la expedición de la Constitución de 1917.
Para su elaboración consultamos varias obras, de entre las cuales destacaremos, principalmente, los seis tomos del Lic. Manuel Ruiz Yañez, El problema fiscal en las distintas etapas de nuestra organización política, editados entre los años de 1958 y 1961, asi como las obras de los maestros Emilio Margain Manatu y Ernesto Flores Zavala.
Ciertamente el asunto fiscal en México constituye un tema intrincado y terriblemente complejo, en mucho debido a la casi generalizada carencia de una cultura fiscal en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
En efecto, en el México de ahora no existe, y eso es lo preocupante, una cultura fiscal arraigada en la sociedad. Y mientras esta carencia cultural no sea subsanada, simple y definitivamente jamás se resolverá este asunto.
La solución del problema fiscal en México debe de ser comprendida a largo plazo, incluso a través de generaciones. Es necesario ir incluyendo en los programas educativos primarios, las bases para que los educandos poco a poco vayan comprendiendo la gran importancia que para el pais entero representa la aportación de cada miembro de la sociedad, de acuerdo a sus capacidades, para cubrir los gastos generales de la República.
Estamos profundamente convencidos de que sólo así se irá resolviendo de manera efectiva y sólida tan agudo problema.
Mientras esto no se inicie, no se resolverá el problema fiscal en nuestro país.
Esperamos que la presente obra, proporcione algunos conocimientos, por pocos que estos sean, a las personas interesadas en este asunto.
LA CONTRIBUCION
El concepto de la contribución es tan antiguo como la misma humanidad, puesto que al ser una característica de nuestra especie el desarrollarse en grupo, también lo es la contribución que cada integrante del grupo ha de realizar para mantenerle. Así, desde la época prehistórica, cada integrante de los grupos sociales humanos que se desarrollaron en diferentes puntos del globo terráqueo, contribuía para que el grupo del que formaba parte se mantuviera, ya que el individuo era incapaz de sobrevivir fuera de su grupo social.
A medida que los grupos sociales van desarrollándose inventando y fabricando instrumentos que les facilitasen su sobrevivencia, compartiendo descubrimientos y transformando sus relaciones internas al generarse los primeros atisbos de lo que ahora conocemos como división del trabajo, la contribución va acomodándose a las nuevas circunstancias.
Posteriormente, cuando la solidez de los grupos sociales permite el desarrollo de su propia individualización, la contribución se torna dual, al surgir la necesidad de la contribución comunitaria que cada grupo social debía realizar para mantener al clan, de cara a la contribución que cada integrante de un grupo social determinado debía realizar para mantener la supervivencia de ese grupo. Así, conforme se acentúa el desarrollo de la individualización del grupo social frente a la comunidad de grupos sociales, en la misma proporción se acentúa la diferenciación entre los conceptos de contribución individualizada y contribución comunitaria, debiendo los individuos responder tanto a su grupo social de origen, al igual que a la comunidad de la que su grupo social formaba parte, generándose las primeras manifestaciones de lo que ahora se llama derecho social y derecho público.
Este proceso de desarrollo se generó a lo largo de miles de años, y en su gestación participaron muchas generaciones.
Durante todos esos años, la práctica contributiva constituyó la base de la sobrevivencia de los grupos sociales y, posteriormente, de la comunidad de grupos sociales, ya que uno de los más importantes factores en la evolución de los grupos sociales ha sido la práctica instintiva del apoyo mutuo, sin la cual, los grupos sociales humanos hubiesen sucumbido ante la agresividad y adversidad del medio. Gracias a esa particular cualidad tan arraigada en los grupos humanos, pudieron éstos sobrevivir superando sus deficiencias frente a otras especies del reino animal cuyos individuos pueden considerarse físicamente superiores.
Seguramente no todos los grupos sociales humanos desarrollaron a un mismo nivel este instinto, lo que trajo como resultado su aniquilamiento, porque hay que hacer hincapié en que el apoyo mutuo, en tanto factor de la evolución, no se refiere tanto a la especie en sí sino a su manifestación, misma que en el caso de la especie humana se presenta bajo la organización grupal, por lo que el apoyo mutuo debe ser entendido como el instinto de protección que se genera dentro del grupo social, y no dentro de la especie en sí. De aquí que los individuos se sintieran instintivamente comprometidos con los integrantes de su grupo social, mas no con los integrantes de otro grupo humano, al que podían ver incluso como enemigo. El individuo contribuía con su grupo social mas no con la especie humana, categoría ésta por completo ininteligible para los seres humanos de los tiempos prehistóricos.
Más tarde, cuando la solidez de las comunidades de grupos sociales permite el desarrollo del criterio de la individualización de los integrantes de cada grupo social, se genera una profunda transformación en las relaciones entre los individuos y su grupo social de origen; entre los individuos y la comunidad de grupos sociales de referencia; entre el grupo social y los demás grupos sociales; y, finalmente, el grupo social y la comunidad de grupos sociales, surgiendo los cimientos de lo que ahora se llama derecho privado, derecho social y derecho público.
Así, conforme las relaciones entre los grupos sociales se vuelven mas complejas, la práctica contributiva, incapaz de abarcar la cada vez más enredada realidad social, favorece el surgimiento y desarrollo del criterio tributario, mismo que no la va a desplazar, sino que tenderá a enfrentar las nuevas situaciones generadas por las transformaciones producidas en el enrejado social. El criterio de la contribución se mantendrá y continuará desarrollándose junto al de la tributación.
LA TRIBUTACION
Conforme se va desarrollando la transición del clan a la tribu, y empieza a estructurarse la organización de la fuerza social, el proceso de individualización de los integrantes de los grupos sociales genera la aparición de nuevos grupos sociales cuyo rasgo determinante ya no será la consanguinidad sino la labor que realizan, comenzando a emerger las diferencias basadas en la habilidad e inteligencia de los integrantes de esos nuevos grupos sociales, apareciendo así los inicios de la jerarquización.
Determinados individuos sobresaldrán y los grupos sociales, reconociéndoles su valía, les aportarán bienes y servicios por la función que realizan, esto es, les honraran tributo, porque éste nace del reconocimiento de la mayoría de los grupos sociales de una comunidad específica, a la importancia otorgada a determinado e individualizado grupo social, o determinados e individualizados sujetos pertenecientes a cierto o ciertos grupos sociales. El tributo es, en su origen, un acto de humildad de los grupos sociales mediante el cual, reconociendo sus limitaciones, agradecen a quien o a quienes consideran más capaces, más hábiles, más inteligentes, por haber podido enfrentar y superar una situación conflictiva que les amenazaba.
En la medida en que estos grupos sociales individualizados a quienes rinde tributo la tribu, consolidan su organización interna, se inicia el proceso de organización de la fuerza social.
Hipotéticamente podemos suponer que esta labor correspondió realizarla a individuos o grupos individualizados destacados en su actividad de dominio ya sobre las inclemencias naturales o bien sobre las amenazas externas que comprometían la existencia de la organización tribal.
En el primer caso podemos ubicar al germen de lo que posteriormente será el grupo sacerdotal, mismo en el que confluirán los conocedores de las facultades benéficas de determinadas plantas, minerales o animales para la tribu; los primigenios literatos cuya función será la estructuración de leyendas en torno a determinado animal, planta o mineral; los primigenios filósofos quienes buscarán explicarse el por qué y el cómo de la existencia de la realidad circundante y de la propia organización tribal, y los primeros maestros, es decir, aquellos que se encargaran de transmitir a las nuevas y escogidas generaciones, los conocimientos adquiridos.
Esta transmisión de conocimientos será hermética y encauzada, en su inicio, a la consanguinidad en línea recta, pero en la medida en que tales grupos sociales individualizados se desarrollan, se incluirá en tal selección un conjunto ritual iniciático capaz de filtrar cualquier error en la designación o aceptación de los nuevos integrantes del grupo en cuestión.
En el segundo caso podemos ubicar al grupo de los cazadores, los cuales por su habilidad en la elaboración y uso de instrumentos de caza, y por enfrentar cotidianamente luchas en las que ciertas cualidades físicas serán determinantes, devendrán en aportadores de alimento y defensores de la tribu. En este caso, también la transmisión de los conocimientos adquiridos se realizará, primero en base a la consanguinidad en línea recta, y posteriormente
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