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BARTOLOMEO, VLADIMIR, BALTASAR Y LA LUZ BRILLATE


Enviado por   •  1 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  1.856 Palabras (8 Páginas)  •  208 Visitas

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BARTOLOMEO, VLADIMIR, BALTASAR Y LA LUZ BRILLATE.

Había una vez un grupo de tres hermanos, el más grande de edad pero de madurez el más chico puesto que era muy flojo, necio y cada vez que tenía la oportunidad hacia bromas pesadas a sus hermanos se llamaba Bartolomeo de 28 años, el de en medio inteligente, trabajador y capaz era Vladimir de 27 años él siempre ayudaba a su padre con el trabajo, cuidaba bien del ganado, por las noches siempre leía libros pues le encantaba llenarse de conocimientos y por último el más pequeño e inocente Baltasar de 20 años él era un muchacho trabajador y muy feliz siempre tenía una alegría radiante que dejaba a todos una sonrisa cualquier problema para él tenía solución y no era más que una prueba en su vida.   Ninguno se había desposado y vivían los tres en una hacienda no muy reconocida a lo lejos de un pueblo llamado Valladolid, su trabajo era producir en su viñedo, cuidar del ganado, cosechar verduras y la venta de vino. Un día los tres hermanos estaban trabajando en el campo como todos los días, Bartolomeo estaba arando la tierra y volteó  hacia las montañas imaginando ser rico y tener un viñedo solo para él, cuando vio una brillante luz que parpadeaba, venía detrás de las montañas y corrió a decirle a los demás  – “¡Hermanos está es pues una gran oportunidad! ¿Y si en esa luz se resguardan grandes tesoros? Vallamos a averiguar que es.”

–“Cierto, desdé aquí la puedo ver puede que sea una mina de oro, se imaginan los tres podríamos ser grandes millonarios y reconocidos por todo el pueblo de Valladolid así ayudaríamos los pobres indigentes, ¡vamos!”–  contestó Baltasar.

Vladimir no estaba nada convencido de ir a perseguir una luz insignificante pero sabía que si les decía que no fueran comenzarían a decirle barbaridades y no lo obedecerían, pues no tuvo más remedio que acompañar a sus testarudos hermanos. Abriéndose paso entre los matorrales para ir a ver que era ese brillante destello que se veía muy a lo lejos, cuando más se acercaban más se escuchaban ruidos extraños como si fueran personas pasando por su camino y voces que les decían que no fueran. Vladimir temeroso les dijo a sus hermanos:

– “¿Por qué mejor no regresamos a casa? Yo creo que esto no es algo bueno hermanos míos, comienza a caer el sol y llevamos horas caminando pero la luz se aleja, en parte el ganado lo hemos abandonado y nuestro amado padre se preocupará por nosotros”.- Bartolomeo riendo le contestó:

– “¿Acaso tienes miedo hermano? Eres un cobarde ármate de valor por primera vez y continúa, si no puedes regresa a casa tú solo Vladimir porqué Baltasar y yo seguiremos”. – Baltasar preocupado por su hermano contesto: –“Vladimir ruego porque te quedes con nosotros pues si regresar tu solo la noche caerá y con peligros te encontrarás, mejor hay que quedarnos juntos así nos protegeremos los unos a los otros.”–

El sol se escondió y la caminata los tenía muy agotados no habían descansado en ningún momento pero cada vez que avanzaban parecía que la brillante luz se alejaba más, después de varias hora de caminar y caminar ya estaban cerca muy cerca, vieron que está provenía del fondo de una pequeña casa abandonada en lo alto de la montaña.

Bartolomeo orgulloso dijo: – “Hemos llegado mis hermanos, es hora de averiguar qué es lo que hay en esa casa, vamos entremos.” –

Pero ninguno de ellos se animó a dar un paso hacia la casa y se miraron entre sí. Vladimir  dijo: – “¡Oh vamos!, el valiente que deseaba venir hacia acá debe de ser el primero en entrar y averiguar que es no creo que exista en él algún miedo.” – A lo que solo se ganó por respuesta una mirada de desprecio por parte de Bartolomeo y en vista de que nadie se animaba a entrar Baltasar les dijo: – “Les pido que pongamos pie delante de la puerta los tres, contamos hasta 5 y entramos de todos una vez mis hermanos?” –

Bartolomeo contestó: – “Me parece una magnífica idea, entremos todos así ninguno se queda y ninguno se expone.”– Los tres se colocaron enfrente de la gran puerta y cuando todo estaba listo Bartolomeo dio un fuerte golpe, está se abrió bruscamente exponiendo la brillante luz frente a sus ojos y azotándolos con una ráfaga de aire a los tres. La luz brillo a su máxima potencia y los hermanos comenzaron a gritar puesto que la luz era demasiado fuerte y lastimaba sus ojos de pronto, la luz se apagó por completo dejando todo en una inmensa oscuridad. Vladimir furioso y asustado les dijo a sus hermanos: – “¿Alguien de ustedes puede ver?” –“¡No!, mis ojos ¡¿qué les ha pasado?! ¡Es tu culpa Bartolomeo! – Exclamó Baltasar con dolor pasando la palma de su mano por su rostro. –“No teman pues no nos ha pasado nada es la luz quien se ha apagado al parecer”– Replicó Bartolomeo.

–“Miren está parpadeando debemos acercarnos” – les dijo Baltasar. –“Mejor vámonos hermanos, ¿dónde está la puerta?” –Contestó Vladimir. –“No comiences Vladimir que bastante lejos hemos llegado, la puerta ha desaparecido y la luz está allí acerquémonos” –Replicó Bartolomeo.

–“Tiene razón Bartolomeo, hagámosle caso Vladimir”–Dijo Baltasar.

 Los tres hermanos comenzaron a acercarse guiándose por la luz que parpadeaba en el fondo, y cuando estaban todos frente a ella todo comenzó a encenderse y la casa en la que habían entrado ya no era la misma, en cambio era un enorme palacio con candelabros de oro y ventanales enormes de fina madera con cortinas color oro en sus costados, el piso era mármol brillante todo cubierto  monedas de oro , un enorme piano decoraba la majestuosa sala junto con jarrones gigantes de fina porcelana y enfrente de ellos unas grandes escaleras color blanco que guiaban a las demás habitaciones del palacio. Los hermanos estaban más que sorprendidos y con la boca en el piso miraban todo lo que había a su alrededor sin poder creerlo, nada parecía real. Vladimir fue el primero en decir palabra: –“Hermanos míos lo que tengo ante mí ¿es real?, será que nuestros ojos están delirando, ¿Cómo podría ser esto posible?” –“Al parecer lo es Vladimir, ¿pero ahora que hacemos? ¡¿Hay alguien aquí?! –preguntó Baltasar sin obtener respuesta alguna. –

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