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Cómo ser un buen gerente

Chrystyan M. GalavizApuntes5 de Abril de 2017

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Cómo ser un buen gerente

Creado por Oscar Avila, WikiHow Traduction, Estherjosefina

5 métodos:Motivar a tus empleadosFijar objetivosDelegar responsabilidadComunicarse efectivamenteAbraza el igualitarismo

En toda organización grande, existe una jerarquía de manejo que mantiene toda la operación sin problemas. Un buen gerente actúa como facilitador mientras se mezcla con el ambiente y ajusta pequeñas cosas por aquí y por allá para lograr un gran efecto. Ser un buen gerente tiene que ver con liderar calmadamente y ser un ejemplo. Es uno de los trabajos más difíciles que existe, en parte porque tienes que manejar egos y expectativas. Y también es uno de los menores reconocidos. A pesar de ésto, existen varios trucos del oficio que te ayudarán a manejar exitosamente toda tu responsabilidad, con estilo y empuje.

Parte 1 de 5: Motivar a tus empleados

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Motiva a las personas. ¿Por qué están los empleados allí? ¿Qué los mantiene en tu organización y los frena a irse a otro lado? ¿Qué hace que los días buenos sean buenos? ¿Qué los hace mantenerse en la organización después de un día malo o una semana mala? No asumas que es el dinero. La mayoría de las personas no son así de unidimensionales.

  • Recuerda, nuestros valores son lo que nos "marca". Si gestionas respetando los valores de tu equipo, te darán 110 por ciento de su esfuerzo.
  • Pregúntale a los empleados qué tanto les está gustando su trabajo de forma regular. Estimúlalos a ser honestos contigo. Luego toma acciones basadas en lo que te dijeron.
  • Ofrece gratificaciones que tus empleados valorarán. Si la salud es importante para ello,s dales tiempo para ir al gimnasio y ejercitarse. Si su familia es importante, respeta el tiempo que puedan necesitar para enviar a sus hijos a la escuela en la mañana o recogerlos en la tarde.

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Haz que las personas se sientan bien acerca de lo que hacen. El gerente exitoso es excelente para identificar las fortalezas de sus empleados y aplaudirles de vez en cuando. Ésto es porque los buenos gerentes saben que las personas contentas hacen personas productivas. Trata de alabar las fortalezas de tus empleados tanto en público como en privado.

  • En una reunión con tu jefe, por ejemplo, menciona algo que uno de tus trabajadores haya hecho bien. Si tu jefe menciona a ese trabajador del cual has dicho algo bueno, es probable que sientan que los aprecias y que has hecho un esfuerzo para dar una buena palabra sobre ellos. Ese tipo de compromiso no pasa inadvertido.
  • En privado, elogia lo que tus empleados hacen bien. Diles cuando tengas un momento. Hazlo en detalle. Un chat privado, aunque sea corto, puede tener un gran impacto en la moral, resultando en motivación personal.
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Dile a tus empleados cuánto los aprecias de vez en cuando. Sólo ve y dilo. Pídeles para ir a tomar una taza de café y diles lo que aprecias de ellos. Que son trabajadores fuertes, motivan efectivamente a otras personas, son fáciles de entrenar, son disciplinados o avanzan la milla extra, siempre te dan ánimos, etc. No te guardes palabras, simplemente dilas abiertamente. Un empleado que sabe cuánto es apreciado trabajará más fuerte, disfrutará más lo que hace y pasará esa felicidad física a otros empleados.

Parte 2 de 5: Fijar objetivos

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Promete poco y entrega mucho. Esta idea puede aplicarse a diferentes áreas de la vida, pero es un excelente mantra gerencial. ¿Quieres ser el tipo de persona que tiene objetivos ampliamente optimistas que nunca logran o quieres ser el tipo de persona que fija objetivos mesurados y los termina excediendo a pasos agigantados? Aunque ésto tiene que ver con la imagen, la imagen es extremadamente importante.

  • No seas el tipo de persona que nunca apunta a la luna. Mantenerte mesurado en tus metas no significa que siempre debas jugar de manera conservadora o nunca poner objetivos altos. Un gerente que nunca pelea con un peso mayor puede presentarse como falto de ambición. Incluso el jugador de póker conservador sabe que necesita arriesgar de vez en cuando.
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Asegúrate que cada empleado sabe lo que se espera. Tener metas concretas faculta a tus empleados y los mantiene enfocados en el trabajo. Explica explícitamente lo que esperas, cuándo es la fecha límite y qué harás con los resultados.

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Ofrece retroalimentación orientada hacia los objetivos. Proporcionar a tus empleados con opiniones rápidas que se enfocan en su trabajo puede ayudarlos a fomentar la mejoría. Reúnete con equipos pequeños o uno a uno y repasa tus comentarios en detalle.

  • Fija un horario para retroalimentación. Ofrécelo regularmente para que tus empleados sepan cuando esperarlo y puedan hacer espacio en su flujo de trabajo.
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Mantente en los estándares más altos. Todos conocemos el tipo de gerente que constantemente exige a los demás y cuando se trata de sí mismo deja pasar sus fallos. No seas este tipo de gerente. Idealmente, se más duro contigo mismo que con tus empleados. Ésto puede tener un efecto hacia abajo: los empleados ven los tipos de objetivos y estándares que fijas para ti mismo y quieren emularte porque te admiran.

Parte 3 de 5: Delegar responsabilidad

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Delega. Eres un gerente porque eres bueno en lo que haces, pero eso no significa que debes hacer todo por ti mismo. Tu trabajo como gerente es enseñar a otras personas cómo hacer un buen trabajo.

  • Empieza con algo pequeño. Da a otras personas tareas que, si las hacen incorrectamente, puedan arreglarse. Toma la oportunidad de enseñar y facultar a tus empleados. Luego, gradualmente dales tareas con mayor responsabilidad mientras vas conociendo sus fortalezas y debilidades.
  • Aprende a anticipar problemas que puedan tener para poder entrenarlos apropiadamente antes de que empiecen.
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Asigna tareas que hagan mejorar a tus empleados. A medida que tus trabajadores empiezan a tomar más responsabilidad y demostrar que son capaces, dales tareas que expandirán su lista de habilidades y les ayudará a hacer más propio su trabajo. No solamente estás averiguando cuántos empleados puedes manejar, sino que los estás haciendo más valiosos para la empresa.

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Asume la responsabilidad por los errores de tus empleados. Cuando uno de tus subordinados comete un error, no te enseñorees sobre ellos. Asume el error como tuyo, incluso si técnicamente no es tuyo. Lo que estás haciendo es crear una cultura donde tus empleados se sienten cómodos cometiendo errores. Éste es un concepto muy importante:

  • Hacer ésto permite a tus empleados innovar y, al final, aprender y crecer. Los trabajadores que aprenden de sus errores crecerán para convertirse en mejores trabajadores. Aquellos que fallan en cometer errores en primer lugar, usualmente juegan a lo seguro, sin aventurarse en aguas profundas.
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No te lleves el crédito por los logros de tus empleados. Deja que ellos se lleven el crédito por sus propios logros. Ésto los motiva a seguir buscando después del éxito. El gerente exitoso es como un director de orquesta. Dirige la música para que cada elemento suene tan bien como sea posible y resuene con el grupo como un todo. Un gran director liderará con el ejemplo, mezclándose con el ambiente.

  • ¿Qué sucede si eres el tipo de gerente que se "roba" la idea de alguien y la hace como si fuera suya? Envías un mensaje de que sólo te importa tu imagen y que eres lo suficientemente despiadado para sacrificar a alguien más con tal de seguir adelante. No es una gran imagen para presentar y ciertamente no motiva a las personas debajo tuyo para que trabajen más fuerte.
  • Puedes estar pensando... tomar la responsabilidad por los errores de otras personas y no llevarse el crédito por lo que hacen tus empleados, "¿dónde me deja ésto?" Si haces un buen trabajo y eres un gerente efectivo, no debes preocuparse por adornar tus laureles. La gente reconocerá el trabajo que haces. Aún más importante, estarán impresionados porque motivas a tus empleados, sabes cómo ser humilde y mantenerte fuera del camino. Si trabajas duro, obtendrás tus recompensas.
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Reconoce tus propios errores. Cuando las cosas no salen como lo esperabas, reconoce lo que podrías haber hecho diferente y verbaliza esta comprensión a tus empleados. Ésto les muestra que tú también cometes errores y también les muestra cómo deben manejar sus propios errores.

  • Cuando estés haciendo algo correctamente después de haberlo de manera incorrecta en el pasado, déjalo saber a cualquiera que esté viendo. Por ejemplo: "La razón por la que sé presionar este botón es porque ya me pasó cuando apenas empecé y cometí el error de presionar el botón azul, al pensar que 'ésto debe apagar el sistema y resolver el problema' y resultó (de mala manera) que hizo el problema aún peor".

Parte 4 de 5: Comunicarse efectivamente

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Mantén la puerta abierta. Siempre recuérdale a la gente que si tienen alguna pregunta o preocupación, estás listo y dispuesto a escuchar. Mantener un canal de comunicación abierto te hará consciente de los errores rápidamente, para que puedas arreglarlos lo más pronto posible.

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