CITOLOGIA

La prueba citológica

La prueba citológica o de Papanicolau forma parte del cuidado de la salud de la mujer. Permite detectar de forma temprana la presencia de células atípicas en el cuello del útero que de no tratarse pueden conducir al cáncer. Conocer su importancia y realizarla con periodicidad evitará trastornos en la salud de la mujer y favorecerá su calidad de vida.

Por: Vivian Sánchez.

¿Qué es la prueba citológica?¿En qué consiste la prueba?

¿Por qué debe realizarse la prueba citológica?

¿Qué requisitos se deben tener en cuenta para lograr una prueba citológica efectiva?

¿Qué sucede después que se hace la prueba?

¿Cómo interpretar los resultados de la prueba citológica?

¿Qué relación existe entre el cáncer cérvico uterino y las infecciones de transmisión sexual?

¿Qué es la prueba citológica?

La prueba citológica, también llamada coloración o Prueba de Papanicolau, Pap o extensión cervical, es un examen de tamizaje ginecológico que permite apreciar cualquier cambio en la morfología de las células del cuello del útero.

A principios de la década de los ´40, el Doctor George N. Papanicolau identificó células cancerosas en muestras tomadas de la vagina, hecho que revolucionó el campo de la ginecología por su impacto en la reducción de la mortalidad por cáncer cérvico uterino, dolencia de alta incidencia en las mujeres.

¿Cuándo se le debe realizar la prueba citológica?

La prueba citológica es muy importante para las mujeres y forma parte del cuidado de su salud. Se debe realizar a cada 3 años durante la etapa comprendida entre los 25 y los 60 años de edad.

Fuera de este periodo solo se explica si existe algún síntoma que requiera ser evaluado. A las mujeres menores de 25 o mayores de 60 años que presenten alguna alteración del fondo de la vagina o del cuello uterino, se les puede realizar pruebas citológicas adicionales como parte de la atención especializada.

¿En qué consiste la prueba?

La prueba citológica no es dolorosa y tarda solo unos minutos. Puede realizarse en una cita especial para el examen o en consulta para evaluar el estado de salud de la paciente.

Una vez que la mujer se acuesta en posición ginecológica, se coloca el espéculo en la vagina, se abre suavemente para ver el cuello del útero y se toman muestras de células del interior y de los alrededores del cuello con una espátula, un aplicador de madera o un cepillo fino. Las células se extienden en un portaobjetos o lámina de cristal, se fijan y se envían al Laboratorio de Citodiagnóstico para ser procesadas.

La observación y el análisis de los tejidos permiten comprobar el estado de las células. Este examen posibilita alertar sobre anomalías, incluso asintomáticas, en el aparato genital femenino.

¿Por qué debe realizarse la prueba citológica?

La prueba citológica contribuye a mejorar la calidad de vida de la mujer. Este examen diagnostica infecciones, trastornos y cambios morfológicos en células del cuello y cuerpo del útero. Puede alertar sobre una patología tan frecuente en la mujer como el cáncer del cuello uterino, cuya detección temprana facilita el tratamiento y aumenta las oportunidades de curación.

¿Qué requisitos se deben seguir para lograr una prueba citológica efectiva?

Para que el examen cumpla sus objetivos la mujer debe tener en cuenta ciertas recomendaciones como:

No tener relaciones sexuales 24 horas antes de realizar la prueba.

No usar cremas, desodorantes vaginales, óvulos o medicamentos antifúngicos locales durante los 2 días previos al examen.

No debe realizarse durante el periodo menstrual. El mejor momento para hacerla es entre los 10 y 20 días posteriores al inicio de la menstruación.

Obviar cualquiera de los requisitos anteriormente citados puede arrojar resultados inexactos, e incluso, ocultar células atípicas.

¿Qué sucede después que se hace la prueba?

Si existe alguna infección se indica el tratamiento necesario. Si las células presentan alguna anomalía o la muestra resultó inútil, se requiere la realización de nuevas pruebas.

¿Cómo interpretar los resultados de la prueba citológica?

La prueba citológica permite identificar células anormales o infección. Puede diagnosticar agentes como las Tricomonas y las especies de levadura del género Cándida relacionadas con las llamadas Moniliasis.

Una prueba citológica positiva no implica la existencia de cáncer porque las anomalías pueden ser benignas o tratadas a tiempo y no siempre se transforman en cáncer. Esa es una de las ventajas de realizar con sistematicidad este examen.

Si los resultados de la prueba citológica muestran elementos confusos o un cambio menor en las células del cuello, la prueba puede repetirse. Si el cambio es significativo, el médico debe remitir a la paciente a una Consulta de Patología de Cuello para que se realice una colposcopía.

Este sencillo procedimiento permite la observación de la vagina y el cuello con detalle y precisión. Para este examen se cubre el tejido con una solución de ácido acético diluido que torna de color blanco las áreas afectadas y se observa a través de un colposcopio, instrumento parecido a un microscopio que no penetra en el cuerpo.

Puede además tomarse una muestra pequeña de tejido del cuello (biopsia) para que sea examinada en el laboratorio y así poder detectar cualquier célula anormal, antecedente de una posible lesión cancerosa.

¿Por qué puede ser el cuello uterino un blanco del cáncer?

El cuello es la parte inferior y más baja del útero. Se ubica en la pelvis, en la parte superior de la vagina, entre el recto y la vejiga. Durante el parto el cuello del útero se dilata y abre, facilitando la salida del bebé. Es por eso que se conoce como canal de nacimiento.

El útero es un órgano hueco en forma invertida donde se desarrolla el feto en el período

...