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CLIMATERIO Y MENOPAUSIA

carolmana24 de Febrero de 2014

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INTRODUCCION

Según los datos del Censo 2002, Chile se encuentra en una transición demográfica: la población está envejeciendo, el índice de vejez femenina ha evolucionado desde un 26,1% el año 1992 a un 36% en el año 2002, reafirmando el concepto de una “feminización de la vejez”. Por otro lado, es importante considerar que el 26% de la población femenina (más de 2 millones de mujeres) se encuentra entre los 40 y 64 años. Estos cambios demográficos se traducen inevitablemente en una transición epidemiológica, lo que obliga a los profesionales de la salud a enfrentar de manera diferente esta población y, especialmente, en lo que respecta a la entrega del cuidado. Se debe tener presente que esta etapa afecta considerablemente la calidad de vida de las mujeres en su contexto familiar, social y laboral.

El propósito de este estudio es contribuir al conocimiento del tema a través de una visión actualizada del periodo del climaterio y menopausia, para incentivar a las enfermeras y enfermeras-matronas a otorgar un cuidado integral a estas mujeres, centrado en el tratamiento no farmacológico, que constituye una forma de contribuir a la promoción de la salud y al tratamiento de los cuadros menos severos.

La presente revisión bibliográfica describe las características generales del periodo, cambios que ocurren y aspectos a educar en las mujeres durante esta etapa, con el propósito de entregar una visión actualizada y lineamientos para planificar cuidados específicos. Las estrategias educativas planteadas se presentan organizadas en etapas, según la problemática de la mujer en este periodo.

CARACTERISTICAS GENERALES DEL PERIODO

El climaterio es una etapa de transición en la vida de la mujer, caracterizada por cambios físicos, psicológicos y sociales (Li et al., 2000). Los cambios físicos se producen por una deficiencia en los niveles de estrógenos, y afectan a cada mujer de manera diferente (Blümel et al., 2000).

La menopausia es un hito biológico, que separa la vida de la mujer en dos grandes etapas: la reproductiva y la no reproductiva, dado que producto del cese de la función ovárica, se pierde la fertilidad (Bastías y Sanhueza, 2004). La edad promedio de la menopausia en Chile, según estudios, es de 49 años (Blümel et al., 2000).

La transición a la menopausia es actualmente conocida como perimenopausia (Bastías y Sanhueza, 2004; La Valleur, 2002; Schapira et al., 2004), la que comprende unos pocos años antes del cese de la menstruación hasta un año después de ésta (Li et al., 2000). En esta etapa las mujeres experimentan una gama de síntomas, producidos por la declinación hormonal (Li et al., 2000), tales como bochornos, cambios de humor, sentimientos depresivos, sudoraciones involuntarias, perturbaciones al dormir, disminución de la libido y malestar sexual (Lyndaker & Hulton, 2004). Dichos cambios se pueden agrupar en cambios físicos, destacando las alteraciones vasomotoras, psicológicos y en la sexualidad (Bastías y Sanhueza, 2004; La Valleur, 2002).

La edad de la mujer es uno de los factores descrito como determinante en la manifestación de síntomas climatéricos y en como la mujer vive esta etapa. Casi la mitad de las mujeres mayores de 50 años tienen síntomas climatéricos moderados o severos. Los síntomas de este grupo etario son: sudoración, bochorno y problemas para dormir. En cambio, en las mujeres menores de 50 años, los síntomas más frecuentes son: depresión, problemas para dormir y disminución del deseo sexual (Jokinen et al., 2003; Li et al., 2000). Es importante destacar que en el segundo grupo de mujeres, puesto que están en plena etapa de actividad y realización, se encuentra la mayor cantidad de problemas de autoestima y síntomas depresivos, los cuales impactan significativamente en su calidad de vida (Bastías y Sanhueza, 2004; Lyndaker & Hulton, 2004). Este fenómeno podría explicarse por la búsqueda de una nueva definición del rol de mujer (Ekström & Hovelius, 2000).

El nivel educacional y socioeconómico son otros factores que influyen en la vivencia de síntomas climatéricos. Las mujeres con bajo nivel educacional y/o socioeconómico tienen síntomas climatéricos más severos que las mujeres con nivel educacional mayor (Brzyski et al., 2001). Lo anterior podría estar explicado porque las mujeres de menor nivel educacional tienen menos acceso a la información sobre esta etapa y, además, tienen menos posibilidades económicas para acceder a un tratamiento farmacológico (Jokinen et al., 2003).

La enfermera y enfermera-matrona debe tener en consideración estas variables (edad, nivel socioeconómico y nivel educacional) al momento de planificar la educación a este grupo de mujeres, principalmente, en lo referente a la elección del grupo de mujeres de edades similares y de la selección de los contenidos educativos atingentes a sus necesidades.

CAMBIOS DURANTE EL PERIODO

Manifestaciones en el ciclo menstrual

Durante la perimenopausia, uno de los síntomas más comunes es el cambio en las características del ciclo menstrual (La Valleur, 2002). Según algunos estudios, más del 90% de las mujeres presenta alteraciones menstruales y sólo un 12% de ellas presenta una repentina amenorrea (Li et al., 2000). Los cambios generalmente empiezan con polimenorrea, lo que significa una cantidad de ciclos más frecuentes, luego aparece una oligomenorrea, lo que indica ciclos de más de 35 días y finalmente se presenta la amenorrea, señalando el cese definitivo de la menstruación (La Valleur, 2002).

Manifestaciones psicológicas

El nerviosismo y la ansiedad, síntomas depresivos o tristeza, impaciencia, irritabilidad, angustia y la sensación de sentirse sola son las manifestaciones psicológicas más frecuentes (Li et al., 2000; Lyndaker & Hulton, 2004), siendo importante considerar, que estos síntomas no se encuentran únicamente asociados a la carencia de estrógenos (Jokinen et al., 2003; Illanes et al., 2002). La perturbación en el dormir es uno de los mayores problemas de las mujeres perimenopáusicas, siendo su etiología aún poco clara, provocando en la mujer fatiga, incapacidad de concentrarse, cambios de humor y alterando considerablemente su calidad de vida (La Valleur, 2002).

Manifestaciones vasomotoras

Uno de los síntomas clásicamente asociados a este periodo son las manifestaciones vasomotoras (Ekström & Hovelius, 2000). Investigaciones chilenas reportan que los bochornos son la expresión climatérica más referida por las mujeres (Bastías y Sanhueza, 2004). Más del 85% de las mujeres perimenopáusicas presenta bochornos o sudoraciones nocturnas; de este grupo, el 10% persiste a pesar de recibir tratamiento (La Valleur, 2002).

Mientras que para algunas mujeres los bochornos no representan un problema durante el climaterio, porque son de poca duración y ocurren infrecuentemente (Li et al., 2000), para otro grupo los síntomas climatéricos y principalmente los vasomotores influyen negativamente en la calidad de vida. La experiencia de las mujeres climatéricas sintomáticas y la causa de severidad de los síntomas han sido poco estudiadas (Jokinen et al., 2003).

Manifestaciones en la sexualidad

La sexualidad es un aspecto importante en la calidad de vida del ser humano, es el resultado de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales, que en conjunto influyen en la función sexual de las mujeres (Bernhard, 2002; Gracia et al., 2004; Blümel et al., 2002).

La sexualidad se deteriora significativamente en las mujeres durante el climaterio (Blümel et al., 2002). Las alteraciones más frecuentes son la disminución del deseo sexual, trastornos de la excitación, dispareunia y la incapacidad de alcanzar el orgasmo (Bastías & Sanhueza, 2004; Gracia et al., 2004; Jokinen et al., 2003; La Valleur, 2002; Li et al., 2000). Se estima que más de la mitad de las mujeres presenta disfunciones sexuales, lo que aumentaría con la edad (Castelo-Branco et al., 2003).

La disminución de estrógenos produce una disminución de la lubricación vaginal, alteraciones en la dinámica del piso pélvico, cambios en la contextura corporal y alteraciones del ánimo, lo cual se puede traducir en una disminución de la autoestima y del deseo sexual (Blümel et al., 2002; Castelo-Branco et al., 2003). Por otro lado, coincidentemente con la disminución de la libido, se observa una declinación de los andrógenos circulantes en la edad reproductiva tardía, siendo las mujeres que presentan variaciones en los niveles de testosterona las que más reportan disminución de la libido (Gracia et al., 2004; La Valleur, 2002).

La libido es compleja de evaluar, ya que depende del estado psicológico de la mujer, las expectativas de sus encuentros sexuales y de la relación con su pareja, entre otros factores. Según algunos autores, la disminución de la libido es el problema más común en las mujeres climatéricas (Jokinen et al., 2003). Se ha observado que factores predictores de disminución de la libido son la sequedad vaginal y tener niños menores de 18 años viviendo en casa, lo que confirma que la noción de sexualidad femenina está altamente ligada a factores psicosociales (Gracia et al., 2004).

La actividad sexual disminuye con la edad (Blümel et al., 2002; Castelo-Branco et al., 2003), se describe que las mujeres de mayor edad evitan tener relaciones sexuales (Li et al., 2000) y el porcentaje de mujeres sexualmente activas disminuye a la mitad entre los 40 y 60 años. Este fenómeno puede explicarse por las disfunciones sexuales en la mujer, impotencia de la pareja, abstinencia por enfermedad de uno o ambos, entre otros factores (Blümel, Castelo-Branco, Cancelo, Romero, Aprikian, & Sarrá,

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