COLELITIASIS
Chinexxx20 de Noviembre de 2013
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COLELITIASIS
3.1) DEFINICIÓN:
Son depósitos de cristales que se forman en la vesícula biliar o en los conductos biliares (vias biliares). Cuando los cálculos y vias biliares se alojan en la vesícula biliar, el proceso se denomina colelitiasis; cuando los cálculos biliares están en los conductos biliares, el proceso se llama coledocolitiasis.
3.2) ETIOLOGÍA:
Las alteraciones en la composición de la bilis son la base de la génesis de la litiasis, y las anomalías en su drenaje son predisponentes importantes facilitadores de los mismos, sobre todo de su multiplicación y crecimiento.
Hay condiciones que hacen más frecuentes los cálculos, como:
- La Vejez.
- La Obesidad.
- La diabetes.
- Dieta occidental.
- La nutrición parenteral.
- Condiciones étnicas.
- Tendencia familiar.
- Multiparidad.
3.3) MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Por lo general, los cálculos biliares no causan ningún síntoma durante un largo período de tiempo; a veces no aparecen jamás, particularmente si se alojan dentro de la vesícula biliar. En raras ocasiones, sin embargo, cálculos biliares de tamaño importante pueden gradualmente lesionar la pared de la vesícula biliar y pueden penetrar en el intestino delgado o grueso, donde acusan una oclusión intestinal denominada oclusión íleo biliar. Es más frecuente que los cálculos biliares pasen desde la vesícula hacia los conductos biliares y, a través de los mismos, lleguen al intestino delgado sin ningún problema; también pueden permanecer en los conductos sin obstruir el flujo de bilis ni causar síntomas.
Cuando los cálculos biliares obstruyen parcial o transitoriamente un conducto biliar se experimenta dolor. Este tiende a aumentar y disminuir de intensidad (dolor cólico) por lo general este dolor aumenta lentamente hasta llegar al ápice y luego decae gradualmente. El dolor puede ser agudo e intermitente, de varias horas de duración, y su ubicación varia. Habitualmente, el dolor se localiza en la parte superior derecha del abdomen, que también puede resultar doloroso al tacto. El dolor puede notarse también en el omóplato. Con frecuencia la persona tiene náuseas y vómitos; si la infección se desarrolla con oclusión del conducto, aparecen fiebre, escalofríos e ictericia. En general, la oclusión es transitoria y no se complica con infecciones. El dolor causado por una oclusión en el conducto puede no distinguirse del dolor causado por una obstrucción de la vesícula biliar.
Una obstrucción persistente que cierre el conducto cístico, causará la inflamación de la vesícula biliar. Los cálculos biliares que obstruyen el conducto pancreático causan la inflamación del páncreas y también dolor, ictericia y posibles infecciones.
En términos generales, se puede prestar atención a los siguientes síntomas:
• Dolor abdominal en el cuadrante superior derecho o en el centro del abdomen superior el cual:
- Puede ser recurrente.
- Puede ser agudo tipo calambre o sordo.
- Puede irradiarse a la espalda o debajo del omóplato derecho.
- Puede empeorar con la ingestión de alimentos grasos.
- Se presenta a pocos minutos de las comidas.
• Ictericia.
• Fiebre.
Los síntomas de indigestión e intolerancia a las comidas grasas a menudo son erróneamente atribuidos a los cálculos biliares. Una persona que experimenta eructos, dilatación del abdomen, una sensación de saciedad y náuseas, es más probable que padezca una úlcera péptica o indigestión, que cálculos biliares. El dolor en la parte superior derecha del abdomen que se presenta después de haber ingerido comidas grasas puede ser causado por cálculos biliares. Pero la indigestión después de las comidas es frecuente y rara vez se debe a la presencia de cálculos biliares.
Manifestaciones adicionales que pueden estar asociados con esta enfermedad:
• Heces color arcilla.
• Náuseas y vómitos.
• Acidez estomacal.
• Gases o flatulencias excesivas.
• Indigestión abdominal.
• Sensación de llenura precoz.
3.4) DIAGNÓSTICO:
Ecografía abdominal.
Radiografía simple de abdomen.
Tomografía.
Estudios radiológicos con contraste que permitan visualizar el tracto biliar.
a. Colecistografía oral.
b. Colangiograma postquirúrgica a través de un tubo en T.
c. Colangiopancreatografía retrograda endoscópica.
La analítica de laboratorio puede demostrar un ligero aumento de la cifra de leucocitos, aumento de bilirrubina, ligero aumento de fosfatasa alcalina y de la amilasa sérica.
3.5) TRATAMIENTO:
La mayoría de los pacientes que tienen cálculos biliares silenciosos en la vesícula no requiere tratamiento. Los afectados de los dolores intermitentes pueden tratar de evitar o reducir el consumo de comidas grasas. De este modo, se puede ayudar a prevenir o reducir el número de episodios dolorosos.
3.5.1. Medico
• reposo en cama durante el ataque agudo de colecistitis o colelitiasis.
• Administración EV de líquidos, sobre todo cuando existan náuseas y vómitos. Mantener el equilibrio hídrico y electrolítico.
• Medicación:
1. analgésicos para aliviar el dolor severo; generalmente se prescribe meperidina (se evita el empleo de sulfato de morfina, ya que contrae el esfínter del conducto biliar común).
2. sedantes, antieméticos, antibióticos y vitamina k.
3. se puede prescribir ácido quenodesoxicólico y ácido urodesoxicólico en pacientes seleccionados, en un intento por disolver los cálculos biliares.
• Dieta pobre en grasas con alto contenido proteico y de carbohidratos, si se tolera.
3.5.2. Quirúrgico
• La técnica quirúrgica que se emplea en el 90% de los pacientes con colecistitis es el colecistectomía.
• Hay dos tipos de procedimientos para la extirpación de la vesícula biliar: la cirugía clásica abierta y cirugía laparoscópica.
En el pasado la colecistectomía abierta era un procedimiento usual para los casos sin complicaciones donde el cirujano hará una incisión de cuatro a seis pulgadas en la parte superior derecha del abdomen. La incisión podrá ser orientada hacia arriba y abajo o sesgada diagonalmente hacia las costillas. La vesícula biliar está localizada por debajo del hígado y debe ser diseccionada y las estructuras que lo rodean, incluyendo los conductos biliares y las arterias.
Mientras el abdomen está abierto el cirujano examinará cuidadosamente otros órganos y estructuras en el área para asegurar que no tenga otros problemas, complicaciones o sangrado. La incisión es cerrada con sutura o grapas y luego cubierta con un vendaje.
Actualmente, la colecistectomía laparoscópica es el tratamiento estándar por excelencia para el tratamiento de los cálculos biliares, se estima que cerca del 80% de colecistectomías se hacen por laparoscopia en la actualidad. Las ventajas de este abordaje son la reducción del dolor postoperatorio y otra mejor y más rápida recuperación, más rápido retorno a la productividad, mejor resultado cosmético, hospitalización más corta y menor costo.
• Otras técnicas incluyen la coledocolitotomía (incisión del conducto biliar común con extracción de cálculos) y la colecistostomía (drenaje de la vesícula biliar). Cuando se evidencia la presencia de cálculos, se exploran la vesícula biliar y las vías biliares. Normalmente se deja en la zona un drenaje de Penrose. Se puede introducir un tubo en T en el conducto que drene al exterior, en un intento para mantenerlo abierto.
• Se puede realizar una manipulación no quirúrgica con extracción o trituración de los cálculos retenidos, bajo control fluoroscópico. Se introduce un catéter y una cesta, a través de la vía que deja el tubo en T que se ha mantenido colocado tras la intervención quirúrgica.
• Puede realizarse una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica para extraer un cálculo en caso de que se localice en el segmento distal del conducto biliar común.
• La litotricia extracorpórea con ondas de choque permiten la fragmentación de los cálculos sin necesidad de cirugía, por lo que constituye una excelente alternativa al tratamiento quirúrgico. Este enfoque fue muy utilizada en la segunda mitad de la década de los 80, ya que algunos estudios encontraron que eliminaba los cálculos en hasta el 60% de los pacientes. No obstante, su aplicación es limitada si existe una gran cantidad de cálculos, si estos son de gran tamaño o ante la presencia de colecistitis aguda o colangitis.
3.6) COMPLICACIONES:
• Colecistitis aguda.
• Colecistitis crónica.
• Colangitis.
• Coledocolitiasis.
• Pancreatitis.
IV. ROL DEL TÉCNICO EN ENFERMERÍA:
VALORACIÓN: Debe ser minuciosa para diferenciar las manifestaciones clínicas de otras patologías con sintomatología similar, como las hepatopatías.
En la historia del paciente deberemos comenzar por el inicio e intensidad de los síntomas, registraremos cualquier intolerancia alimentaria, dolor, anorexia, náuseas, vómitos o flatulencias, resaltando la intensidad del dolor para descartar unas patologías de otras.
Se apoyará en el control de las constantes vitales y se observará la piel, mucosas, heces y orina para valorar la presencia de bilirrubina.
De acuerdo con la valoración,
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