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CONCEPTUALIZACIÓN DE LOS VALORES


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2012  •  Tesis  •  1.266 Palabras (6 Páginas)  •  1.141 Visitas

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CONCEPTUALIZACIÓN DE LOS VALORES

En diversos escenarios de la vida ciudadana, en los medios de comunicación social y en los entornos relacionados con las ciencias de la educación, se habla de los valores, de la crisis de valores y de la sociedad sin valores. Esta situación, en términos de Cortina A. (1993) se plantea acompañada de ciertas debilidades, puesto que se alude a los valores sobre la base de que todos saben lo que son valores y todos comparten el mismo concepto de valores. Pero no se define que es un valor, a que valores se alude, si son éticos, estéticos, económicos, etc. Por esta razón, se hace necesario definir y redefinir lo que se entiende por valores. Y, en tal sentido, se analizan diferentes tendencias axiológicas.

En opinión de Cortina (1997) pareciere que los valores están de moda actualmente, se habla, se escribe y se teoriza acerca de ellos. No obstante, el punto NO es que los valores estén de moda, sino que los valores SON actualidad. La moda es fugaz y efímera, mientras que la actualidad de los valores se refiere a ellos como un elemento constitutivo de nuestra realidad personal, están en nuestro día a día, son inaplazables e insustituibles, y el hecho de que estén sobre el tapete, no obedece a una moda fugaz, sino más bien a que existen especiales circunstancias que influyen en su puesta de relieve. Esta opinión justifica nuestra postura ante los valores y contribuye al intento de incluir el estudio como un valor primordial para el alumno.

En el análisis critico e integrador de las posiciones de Habermas y Foucault sobre su debate de ética y valores, J. Cano de Pablo (2000) parte de la base de que las raíces de la ética (la moral) y los valores provienen de la situación en que se encuentra el ser humano, en la medida en que vive en sociedad.

Pudiésemos definir la palabra ética –siguiendo a Cano (2000)– como derivada del griego ethos (“comportamiento” o “costumbre”) acorde a determinadas pautas de conducta en la sociedad. Puesto que, en latín, costumbre es “mores”, de la que deriva la palabra “moral”, algunos autores hablan de ética y moral como equivalentes semánticos y, en cierta manera lo son, puesto que ambas ofrecen un contenido normativo que se desarrolla en el hombre y en la sociedad. Así, cuando juzgamos un hecho, una conducta, desde el punto de vista de la ética o la moral, decimos que es bueno o que es malo.

Por otra parte, el concepto de axiología, como palabra derivada de la unión de los vocablos griegos “axios” ("lo que es valioso o estimable" y logos, "ciencia") adquiere en nuestra semántica usual el significado de la “teoría del valor” o de lo “que se considera valioso”, puesto que se considera que el valor tiene una gran carga subjetiva y relativizadora, por lo que su más precisa conceptualización indica que valor NO sólo es lo más valioso en si mismo, sino LO QUE SE CONSIDERA MÁS VALIOSO.

El tema de la axiología, pues, son los valores y esta ciencia no sólo considera valores positivos, sino también valores negativos o contravalores. El método de la axiología es el análisis que permite encontrar los principios que deciden o permiten decidir fundamentadamente si algo es o no valioso: es decir, emitir un juicio, pero analizando los principios que permiten considerarlo valioso.

Según Berger (2001) la axiología, o teoría del valor, está dividida en dos partes: la ética, que estudia lo malo y lo bueno del comportamiento humano (el ETHOS) y la estética, que estudia la percepción de esta maldad o bondad en términos de su apariencia ante la mirada humana, asociada a los vocablos respectivos de fealdad o belleza. Interpretamos que para este autor hay identificación parcial, pero sustancial, entre lo que él denomina ética y lo que es la axiología para otros autores.

Berger (2001) analiza la concepción del campo de la axiología desde diversas perspectivas epistemológicas, concluyendo que para los idealistas, la bondad se encuentra en el ideal –la perfección– pero ésta sólo existe en el terreno de lo inmaterial y nunca se puede encontrar en el mundo real. Por esto, solamente se puede hablar de aproximaciones a lo que sería una situación axiológica deseable en la realidad, puesto que la norma, el ideal, es inalcanzable.

Del mismo modo, analizando los valores desde el punto de vista de la escuela naturalista, concluye que, para los naturalistas, la base de los valores es lo natural: la naturaleza se identifica con el bien y sólo se puede lograr la bondad estando en armonía con la naturaleza. Las desviaciones de una situación axiológica deseable irían hacia el exceso o el déficit de lo que naturalmente es bueno.

Para el pragmatismo, la visión de la axiología implica la noción previa de que las cosas en si son neutrales. Entonces, los juicios valorativos de bondad NO irán asociados a la acción, sino a los resultados de la misma. Los existencialistas, según Berger (2001) basan la axiología en que cada individuo tiene sus propios valores, no por que él los haya creado, sino porque ha decidido adoptarlos como tales o no. En este caso, el sujeto es responsable por su propia toma de decisiones.

Otra vía de análisis de los valores es la desarrollada por Witgenstein (en Berger, 2001) dentro de su concepción filosófica del análisis lógico. Según ella, el campo axiológico proviene de un proceso de conocimiento previo, cuyas vías son la lógica y la experiencia. Deriva de aquí nuestro interés en educar en valores, de una manera vivencial y no puramente academicista.

Como ya se ha visto, una preocupación de los estudiosos del comportamiento humano ha sido el determinar si una conducta es o no buena. Siguiendo a Cano de Pablo (2000) esto se ha hecho por dos vías alternativas de análisis. La primera implica que la conducta puede ser juzgada como buena intrínsecamente y la segunda refiere que una conducta puede ser considerada como buena de acuerdo a su grado de ajuste con un patrón específico.

En el primer caso encontramos una conducta que es “absolutamente” buena, es decir “deseable en si misma”, juzgada por criterios internos; en el segundo caso, la deseabilidad de la conducta se evalúa por criterios externos. En el primer caso, según Cano (2000) estaríamos hablando de la ÉTICA propiamente dicha y, en el segundo, de la AXIOLOGÍA.

Siguiendo el razonamiento de Cano (2000) la ética proporciona la normativa general a una sociedad, en tanto que la axiología otorga el contenido normativo a un sistema. La relación entre sistema y sociedad se da de tal modo que la sociedad es la que soporta al sistema o a los sistemas y subsistemas (económico, político, cultural, etcétera).

Hasta ahora se han considerado en este texto la discriminación conceptual entre la ética y los valores, desde el punto de vista de la sociedad, considerada ésta como un todo envolvente que incluye sistemas y subsistemas. Puesto que los valores, si bien son “productos sociales”, atañen directamente al hombre y su espacio vivencial, a continuación se plantean otros puntos de vista que consideran la percepción humana de los valores.

En primer lugar, se mencionan las relaciones subjetividad-objetividad en la percepción de los valores. En tal sentido, Ramos (2000) plantea que el mundo de los valores presenta una dificultad conceptual, puesto que en él se confronta la objetividad con la subjetividad, es decir, existe una suerte de controversia entre los valores admitidos por la sociedad y cómo los percibe cada sujeto.

Como ejemplo ilustrativo pudiésemos analizar, de acuerdo a Ramos (2000) que el valor SALUD, no tiene el mismo valor para el sujeto sano como para el enfermo

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