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"CONOCIMIENTO, OPINIÓN Y VERDAD".


Enviado por   •  18 de Junio de 2014  •  2.374 Palabras (10 Páginas)  •  619 Visitas

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CONOCIMIENTO (PEIRCE)

Para comenzar vamos a citar las cuatro máximas, premisas de razonamiento, o puntos de partida de la teoría del conocimiento de Peirce:

“No tenemos un poder de introspección inmediato o directo, sino que, todo conocimiento del mundo interno se deriva, mediante razonamiento hipotético de nuestro conocimiento de hechos externos. No tenemos un poder de intuición inmediato o directo, sino que toda cognición viene determinada lógicamente, por cogniciones previas. No tenemos poder de pensar sin signos.

No tenemos concepción de lo absolutamente incognoscible, por ejemplo del noúmeno”.

Estas cuatro máximas o incapacidades de nuestro conocimiento determinarán el conocimiento como creencia, o el conocimiento como proceso, basado a su vez en la ley de la mente.

La meta a la que aspira el razonamiento humano es la búsqueda de creencias estables y verdaderas.

La creencia, tal como la entiende Peirce, tiene su raíz como procedimiento en la duda de Descartes, en el método reflexivo de Kant y en una versión trascendental del empirismo de Hume que el propio pragmatismo propició. En este sentido Peirce da un nuevo enfoque totalmente original a la génesis de las propias creencias.

Para Peirce, resulta difícil delimitar o diferenciar, al menos desde el planteamiento moderno, entre el método científico, la lógica y las categorías del entendimiento. En la misma medida que todas estas formas de argumentación son partes de un mismo proceso común a todas ellas, tienden a confundirse. En Descartes, Hume, Kant y Peirce la creencia es posterior a la duda y se presenta con tres rasgos: como conocimiento, como procedimiento y como actitud humana; En los tres casos la duda se concibe desde tres puntos de vista distintos complementarios como son: la lógica, el método científico, y la ética, entendida esta última como una costumbre o forma de vida, sin establecer una rígida separación discontinua entre ellas.

El conocimiento como creencia está sujeto a las sensaciones que experimentamos al observar el mundo que nos rodea. De ahí que la máxima pragmática sea el conocimiento de algo según los hábitos que genera mediante su comprobación a través de los efectos sensibles que produce. “Nuestra idea de cualquier cosa es nuestra idea de sus efectos sensibles; y si nos figuramos que tenemos cualquiera otra nos engañamos, y confundimos una mera sensación que acompaña al pensamiento como una parte del pensamiento mismo”.

Este conocimiento a través de los hábitos, atendiendo a los efectos sensibles, no es un proceso simple. Requiere a su vez la participación de toda una potencia mental, llamada imaginación. Así que para Peirce lo que pone en marcha el conocimiento como creencia no es sólo una sensación externa, sino esa sensación ligada a un proceso de hábitos que genera nuestra imaginación. A su vez la imaginación mediatiza nuestras propias sensaciones externas en forma de anticipaciones imaginativas.

Una situación imaginada nos lleva a idear una línea de acción determinada; tal situación contribuye a la formación de hábitos que llevan a actuar realmente de la manera imaginada cuando llega la ocasión apropiada. Esta línea de acción motivada por la imaginación, produce un hábito. Este hábito, a su vez determina tanto lo que anticipamos imaginariamente como lo que después hacemos de hecho. Y a este hábito generalizado, que mediatiza la propia experiencia, Peirce lo denomina creencia.

- Resumiendo, las características del conocimiento como creencia son:

1) El origen del conocimiento como creencia se encuentra en una especie de hábito-vago de experiencia o racionalidad inconsciente. Lo que implica que un conocimiento de este tipo puede ser al mismo tiempo verdadero y falso, acertado y erróneo, dado que lo propio de la creencia es admitir un cierto grado de indeterminación en algunos aspectos, mientras que en otros puede no estarlo.

2) Muchas de nuestras creencias se fundamentan en una clase de instinto, como algo innato y natural que precisamente por ser instintivo no permite enjuiciar ese peculiar tipo de indeterminación que es esencial a la creencia. Se distingue así lo que en ella hay de seguro o de inseguro, de verdadero o falso, pero sin saber exactamente las razones o causas de ello. “Peirce sugiere que algunas de nuestras creencias son el resultado de un tipo de argumento instintivo-inductivo”.

Peirce cree que tenemos una especie de habilidad natural o talento para imaginar teorías correctas, distinguiéndolas de las que no tienen ninguna posibilidad de ser verdaderas. Sin esta capacidad nunca habríamos podido descubrir las creencias válidas o simplemente verosímiles que hasta ahora nos han permitido vivir felizmente, a pesar de estar mezcladas con otras que no son seguras.

3) El conocimiento como creencia es de naturaleza hipotética, lo que significa que el instinto natural del conocimiento como creencia es también hipotético. Es decir, establece a modo de tentativa, una separación entre lo válido y lo verosímil por un lado, y entre lo verdadero y lo falso por otro, sin garantizar un juicio definitivo al respecto.

Una vez que las hipótesis son confirmadas por la experiencia, pasan a ser, en un segundo momento, puestas en duda por el método científico, sin otorgarle precipitadamente una validez definitiva. Y es que toda hipótesis puede ser falseada en favor de la verdad del método científico.

4) El conocimiento como creencia pertenece a un tipo de conocimiento de carácter hipotético sin poderle otorgar una validez más allá de lo que permite su comprobación en la experiencia. Para Peirce las creencias hoy día indudables se podrían volver dudables mañana.

Además el conocimiento instintivo se modifica con el tiempo sin poder garantizar la aparente seguridad de sus aciertos, si la experiencia nos obliga a ello.

5) El conocimiento como creencia da lugar a los hábitos de acción. Y la acción, puede ser definida en gran parte como una cuestión de instinto que inevitablemente se deja llevar por sus creencias, aunque desde un primer momento se reconozca, que pueden estar equivocadas.

El hábito creencia

Un hábito, al igual que una idea germinal en arte, inicia su andadura siendo vago e impreciso, pero se va haciendo más preciso, general y completo en la medida que es configurado por nuestra imaginación.” Un hábito es esta especialización de la mente por la que una idea general consigue el poder de producir reacciones” . De esta manera se origina el pensamiento, un pensamiento que no se traduce en ningún argumento en concreto, sino en una disposición para creer tal o cual pensamiento, siempre que a su vez haga posible el propio proceso de conocimiento. La esencia de la creencia

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