CRONICA

Crónica de un amor inesperado amor

Esa mañana me levante feliz e igual que siempre, nunca pensé que ese día conocería a alguien cambiaría radicalmente mi vida; seguí mi rutina diaria, mi madre me despertó, me organice para ir a estudiar y salimos todos de casa como acostumbrábamos hacerlo. Al llegar a mi colegio ingrese al salón de clases me senté en la silla de siempre y a mi lado una amiga con la cual hable por largo rato, cuando llego el docente al aula todas nos quedamos calladas e iniciamos la clase de química, al finalizar  esta salimos al descanso después del cual realizaríamos los exámenes finales, durante mi descanso compartí con algunos compañeros, tome mi refrigerio y cuando sonó el timbre me dirigí nuevamente a mi salón.

Al terminar mis exámenes me senté sola fuera del aula, se me acerco un amigo y comenzamos una conversación; mientras hablamos el me conto de un amigo suyo él decía que me observaba por largos ratos desde la distancia, mi amigo se fue y el día continuo como siempre. Hasta las diez de la mañana aproximadamente; me encontraba sentada en unas escalas con mi amiga, en frente mío se encontraba dicho niño con sus amigos los cuales entre burlas le decían “no sea bobo valla salúdela”, él se reía y les respondía “no que pena yo no la conozco” mi amiga y yo desde lejos alcanzábamos a oír todo y solo nos reíamos de todo lo que ellos decían, en cierto momento me pare para acomodarme mi uniforme, en ese mismo instante  el niño se dirigió hacia mí, yo me senté de nuevo, cuando el llego hasta donde me encontraba con mi amiga me dijo: “hola, mucho gusto mi nombre es Anderson” yo sonreí y le respondí: “ hola, el mío es Luisa” se le presento de igual forma a mi amiga y ella le dijo: “ es cierto que a usted le gusta Luisa”, el inmediatamente se sonrojo, se despidió y se fue, en ese instante la risa nos invadió por la gran timidez de aquel muchacho, el día termino con gran normalidad al terminar la jornada académica llegue a casa me quite el uniforme, almorcé, realice mis tareas y estudie para los exámenes del día siguiente. En la noche llegaron mis padres a casa, comimos juntos en la mesa y cada uno se fue a su habitación y se  acostó a dormir.

Al día siguiente comenzó de nuevo mi rutina escolar, con la diferencia de que entre Anderson y yo no  paraban las constantes miradas, jamás había notado que él siempre estaba sentado en frente del lugar donde me sentaba yo en el colegio, era primera vez que lo veía; los días transcurrían pero ninguno de los dos se atrevía a saludarse o hablarse, solo habían miradas entre ambos; yo en ese momento tenía una relación con alguien y el también. Cierto día yo termine la relación que tenía con esa otra persona, al día siguiente Anderson se atrevió a volverme a hablar, esta vez conversamos por largo rato, no ingresamos a clases y la química comenzó a surgir entre ambos, él me decía que llevaba varios meses observando como yo llegaba al colegio me sentaba con mi amiga comenzaba clases, sentándose enfrente del sitio que yo compartía con mis compañeros en descanso, esperando que llegara y solo observándome; después de este día llegue a casa con la ilusión de volverlo a ver y seguir hablando con él y aunque el tuviera pareja me comenzó a enamorar.

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