¿CUÁLES DEBEN SER LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES DEL MAESTRO MEXICANO?

RESUMEN

Los maestros frente a grupo son los actores fundamentales y agentes decisivos de la calidad educativa. En ellos recae la enseñanza de los contenidos curriculares, la creación de estrategias para el trabajo grupal y la evaluación del aprendizaje de los alumnos.

Además de lo anterior realizan otras actividades que coadyuvan a la formación integral de los alumnos y al funcionamiento de la escuela, participando en la vinculación de la escuela con la comunidad, en especial con los padres de familia.

Una nueva concepción de la profesión docente supone reconocer y ser capaz de articular las teorías pedagógicas y psicológicas, así como los enfoques propuestos, en función de las características de sus alumnos y del contexto, para traducirlas en estrategias que conduzcan a un aprendizaje relevante, pertinente y significativo.

Estos rasgos suponen un maestro que sabe y sabe hacer, que desarrolla de manera permanente y colectiva la reflexión critica sobre su práctica cotidiana, sobre la innovación y la elaboración de material didáctico, sobre sus competencias docentes y la atención de sus alumnos; en consecuencia asume su profesión como un proceso de aprendizaje permanente.

DIAGNÓSTICO/ PROBLEMA

Para educar, para formar ciudadanos, precisamos saber para qué fin los educamos; debemos saber para que vive el hombre, cual es su propósito de existencia y que clase de vida podría alcanzar.

El reto es enorme, si consideramos que el mundo actual y futuro se observa plagado de injusticias, de desigualdades y carente de oportunidades de realización personal. Las expectativas de desarrollo están sujetas cada vez más a la competencia entre los individuos; el egoísmo y el utilitarismo se han instalado como actitud y toma de relación con los demás; la educación misma es descalificada permanentemente por el mercado laboral al ser incapaz de absorber a quienes egresan de las escuelas.

En nuestra sociedad, un sector importante del mundo de los adultos muestra hacia los niños una tendencia a la descalificación, a la minimización de sus capacidades y acciones, debido a la incomprensión de las necesidades e intereses de los pequeños, según su nivel de desarrollo y visión del mundo. No son pocos los docentes que, refugiados en la comunidad de los métodos tradicionales practican formas autoritarias de relación con los alumnos, marcando profundamente esa línea de conducta.

A lo anterior debemos agregar, que en nuestra sociedad es común encontrar decepción, frustración, dificultades y dolor en las relaciones que sostienen padres e hijos. Hay adultos que aceptan esta situación como inevitable y lo que hacen es repetir modelos de relación aprendidos en el hogar de origen.

No debe perderse de vista que para los niños su sociabilidad es una cualidad de extrema importancia. Tienen una sensibilidad especial hacia todo aquello que hace posible la vida con los demás.

Por eso, es importante desarrollar un patrón de relaciones donde se reconozca que todas las personas tienen derechos sin importar su edad y que hay un principio simple que le da a cada uno su lugar.

Por otra parte, sabemos que una de las áreas más descuidadas en nuestro medio es el pasaje de la vida familiar a la vida en la institución escolar. Para muchos niños resulta un verdadero placer, pero para otros resulta una experiencia traumática la separación con respecto a los padres y el lugar que le ha dado cobijo y seguridad: el hogar.

El pasaje de la institución familiar a la escolar representa no solo un cambio de escenario; es la vivencia de un desprendimiento de la matriz social que es el hogar, a la inserción en un escenario desconocido, que por mucho que se le anticipé expone su sensibilidad.

Además de la labor que hagan los padres, el compromiso del docente involucra

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