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China, pais en vias de desarrollo


Enviado por   •  9 de Marzo de 2014  •  Trabajos  •  3.859 Palabras (16 Páginas)  •  323 Visitas

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CHINA, PAIS EN VIAS DE DESARROLLO

La República Popular China, es un país sumamente interesante y atractivo, no solamente porque es el país más poblado del mundo y el segundo en extensión territorial, sino porque su cultura milenaria y poseer el titulo de mayor exportador del mundo, lo convierten en la actualidad en la segunda potencia económica y por lo tanto atractivo desde cualquier punto de vista.

Pero, ¿porque si ostenta tantos títulos no es un país desarrollado, sino un país en vías de desarrollo?

La razón es porque todos sus indicadores de desarrollo no se encuentran en el mismo nivel, lo cual se expone a continuación.

En primer término el sistema político de China, es la Constitución. Para los chinos el de ellos es un sistema democrático, porque todo el poder radica en el pueblo. No es una democracia como la que conocemos en nuestros países, pero es la democracia que le ha dado resultado y le ha permitido un crecimiento económico sin parangón en los últimos 30 años. El sistema político chino se basa en la democracia popular de partido único. La política de la República Popular China se apoya en una estructura de poder que comprende tres ámbitos fundamentales: el Partido, el Ejército y el Estado. La jefatura del estado corresponde al Presidente de la República Popular China mientras que el líder del partido es su secretario general y el líder del ejército es el Presidente de la Comisión Militar. En la actualidad, estos tres cargos están ocupados por un mismo hombre, Xi Jinping. Esta tendencia a nombrar a una misma persona para los tres cargos pretende evitar las luchas por el poder que la estructura tripartita ha provocado en el pasado.

China es un Estado nación, aunque de hecho es un país con las proporciones y la diversidad de un gran continente. Tiene tantos habitantes como Europa occidental, Europa del Este, los países árabes, Rusia y Asia Central juntos y presenta las mismas diferencias en el plano del nivel de vida que estas naciones. Son los habitantes de las zonas costeras los que disfrutan de un entorno más moderno e industrializado, ya que tanto en las zonas centro y occidental se dedican más a la agricultura lo que permite que existan zonas donde es posible remontar cien años en el tiempo en una distancia de cien kilómetros. Así también cuenta con más de cincuenta etnias y decenas de lenguas del país. Por lo tanto, China es todo excepto un país homogéneo, de hecho es un conjunto de territorios muy diferentes unos de otros. Por esta razón, su modernización es más compleja, ya que concierne a cinco veces más seres humanos que otros países y se desarrolla cinco veces más rápido, lo que provoca problemas y retos gigantescos.

Por esta razón entre la realidad y lo que se percibe suele haber un gran abismo. Este es sin lugar a dudas el caso de China. Lo menos que se puede decir de este país es que tiene un grave problema de imagen en Occidente. Cuando los medios tradicionales hablan de la situación social en China son todo excepto elogiosos. Los temas favoritos son las catástrofes, desde los accidentes de ferrocarril hasta los edificios que se desmoronan, o incluso todo tipo de escándalos, como las intoxicaciones alimentarias y los accidentes mineros, las asombrosas condiciones de trabajo, los enormes problemas medioambientales, la agitación social, los abortos obligatorios. La información en el mundo capitalista busca lo sensacionalista y con frecuencia se concentra en todo lo negativo.

No se puede negar que en China la agitación social crece rápidamente o, cuanto menos, sus signos. En 2002 hubo aproximadamente 40.000 manifestaciones o conflictos sociales. En 2010 ya hubo 180.000. Las razones de estos conflictos son muy diversas: malas condiciones laborales, contaminación del medio ambiente, corrupción, migrantes internos a los que no se paga o que se les paga con retraso, campesinos que pierden sus tierras o que reciben unas indemnizaciones demasiado escasas, etc. Sin embargo, resulta sorprendente que estas manifestaciones sean generalmente espontáneas y que siempre conciernan a problemas locales, a excepción de los arrebatos de cólera nacionalista contra Japón. En otras palabras, no se dirigen contra las autoridades de Beijing ni atentan contra la legitimidad del Partido Comunista y de la dirección nacional. Con esta agitación en ciertos aspectos China parece asemejarse claramente más a un país desarrollado normal que a un sistema controlado de forma estricta que era hasta principios de la década de 1990.

Con todo, las autoridades todavía reaccionan regularmente de forma exagerada ante la agitación social y las manifestaciones de protesta. Los cambios sociales radicales en el curso de los cincuenta años que precedieron a la llegada de los comunistas al poder y durante el periodo de Mao (el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural) fueron traumatizantes y no se percibieron como un progreso.

Ahora que una cantidad cada vez mayor de empresas está en manos privadas y que la lógica del beneficio también ha conquistado a las empresas públicas, esta situación ya no es controlable. Han estallado conflictos sociales y huelgas al margen del sindicato oficial e incluso en su contra. Es una situación peligrosa. Tanto el Partido como el sindicato oficial lo han comprendido muy bien. En el futuro el sindicato debe adquirir más autonomía y poder defender los intereses de los y las trabajadoras sin injerencias desde arriba. Actualmente se están probando experiencias con elecciones directas de los dirigentes sindicales designados por las y los trabajadores.

Aun cuando su economía mundial en los últimos años ha sufrido de una serie de altibajos, China, parece no haber sido tan afectada, debido a las estrategias y políticas que ha tomado a partir de 2007. La economía china está considerada como una economía socialista, pero en últimos años ha desarrollado una estrategia sistémica e integral, que busca una coherencia entre niveles como: crecimiento, empleo y desarrollo industrial, empleando mecanismos de competencia y de mercado, entre las propias empresas públicas y entre empresas públicas y privadas, en esta relación entre sector público y privado, el gobierno mantiene un control directo de la socio economía china.

Esta estrategia es parte del plan quinquenal XI (2006-2010), el cual tenía como uno de sus objetivos el aumentar el porcentaje de la participación del sector servicios en el PIB, lo que no se pudo realizar a profundidad debido a que el gobierno destino entre los años 2008 y 2009, una gran parte de los fondos a la construcción de infraestructuras, reconstrucción tras el terremoto de 2008 y construcción de viviendas asequibles, así como

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