Ciclo Y Rotación Del Capital
merjul1722 de Abril de 2014
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CICLO Y ROTACIÓN DEL CAPITAL
Desde que comenzamos el estudio de la mercancía hasta el proceso de acumulación del capital, nos encontramos en el plano de análisis correspondiente a la esfera de la producción. Con el estudio de este tema pasamos a la esfera de la circulación del capital.
En esta actividad estudiaremos, en primer lugar las formas que adopta y desarrolla el capital en su movimiento, sus funciones y las transformaciones que tienen lugar y en segundo lugar, estudiaremos el ciclo del capital en su repetición, en el tiempo. Analizaremos el movimiento del capital, desde el punto de vista de su valor y su valor de uso y en la unidad de ambos aspectos.
El proceso cíclico del capital se desarrolla en tres fases, tres formas, tres funciones y tres transformaciones.
Primera fase: El capitalista aparece en el mercado de mercancías y en el mercado de trabajo como comprador; su dinero se invierte en mercancías; recorre el acto de circulación D – M.
Segunda fase: Consumo productivo por el capitalista de las mercancías compradas. Aquél actúa como productor capitalista de mercancías; su capital recorre el proceso de producción. El resultado es: una mercancía de valor superior al de los elementos que la producen.
Tercera fase: El capitalista retorna al mercado como vendedor, sus mercancías se convierten en dinero; recorren el acto de circulación M – D. Por tanto, la fórmula que expresa el ciclo del capital–dinero es:
D – M... P... M' – D'.
Los puntos indican la interrupción del proceso de producción y M' y D' representan M y D incrementados por la plusvalía.
Así el proceso cíclico del capital se desarrolla en tres fases, adoptando en cada una de ellas una forma diferente y desempeñando determinadas funciones en cada una de ellas.
Las tres formas que adopta el capital en su movimiento son:
D --- capital dinero. Aquí el valor capital reviste la forma dinero. Se presenta como modalidad de capital no por su función de medio de pago sino porque la fuerza de trabajo se halla separada de los medios de producción.
Capital productivo ....... P....... Aquí el valor capital reviste la forma de medios de producción y fuerza de trabajo reunidos en un proceso de producción. Los medios de producción solo se convierten en capital productivo en el momento en que se les incorpora la fuerza de trabajo.
Capital mercancías – M – Aquí el valor capital reviste la forma de mercancias.
“La mercancía se convierte en capital mercancías como modalidad funcional del valor del capital ya valorizado que brota directamente del propio proceso de producción”
El capital en su movimiento cíclico, adopta estas tres formas pero atraviesa a su vez tres fases en las que realiza diversas funciones.
Primera fase: D – M (Tomado de El capital T. II pp. 28 - 36)
Constituye una operación de compra – venta de mercancías. El dinero funciona como tal al servir como medida de valor y medio de pago. Ambas mercancías se encuentran en la órbita de la circulación.
D – M representa la inversión de una suma de dinero en una suma de mercancías: para el comprador, la conversión de su dinero en mercancías, para el vendedor, la conversión de sus mercancías en dinero. Lo que hace que esta operación, que forma parte de la circulación general de mercancías represente al mismo tiempo una etapa funcionalmente determinada del ciclo independiente de un capital individual, no es la forma de la operación, sino su contenido material, el carácter específico de uso de las mercancías que pasan a ocupar el lugar del dinero.
Estas mercancías son, de una parte, medios de producción, de otra fuerza de trabajo; es decir, los factores materiales y personales de la producción de mercancías, cuyo carácter específico tiene que corresponder, naturalmente, a la clase de artículos que se trata de producir. Si llamamos a la fuerza de trabajo T y a los medios de producción, Mp, tendremos que la suma de mercancías que se compra,
M = T + Mp, o, expresado más concisamente,
T
D – M <
Mp
O lo que es lo mismo la suma de dinero D se divide en dos partes: una de ellas se destina a comprar fuerza de trabajo, la otra a comprar medios de producción. Estas dos series de compradores actúan en dos mercados completamente distintos: una, en el mercado de mercancías y otra en el mercado de trabajo.
El comprador no dispone solamente de los medios de producción y de la fuerza de trabajo para producir un artículo útil, sino que dispone, además, de un caudal de fuerza de trabajo, de una cantidad de trabajo mayor de la que necesita para reponer el valor de la fuerza de trabajo, y al mismo tiempo de los medios de producción indispensables para realizar o materializar esta suma de trabajo: dispone, por tanto, de los factores necesarios para producir artículos de un valor superior al de sus elementos de producción, o sea, una masa de mercancías que encierran una plusvalía. El valor desembolsado por él en forma de dinero reviste ahora, por tanto, una forma natural que le permite realizarse como valor preñado de plusvalía (en forma de mercancías). Dicho en otros términos, aparece en el estado o bajo la forma de capital productivo, de capital dotado de la propiedad de crear valor y plusvalía. Al capital que adopta esta forma lo llamamos P.
El valor de P es = valor de T + Mp, = D invertido en T y Mp. D representa el mismo valor–capital que P, aunque bajo una modalidad distinta, a saber: la de valor–capital en dinero o en forma de dinero, la de capital–dinero.
Por tanto, la operación de la circulación general de mercancías que empleamos en la fórmula
T
D – M <
Mp
o, empleando la forma general, D – M, suma de compras de mercancías es, al mismo tiempo, como fase del proceso cíclico independiente del capital, la transformación del valor del capital de su forma–dinero en su forma productiva o, más concisamente, la conversión del capital–dinero en capital productivo. Por consiguiente, en la fase del ciclo que ahora estamos examinando, el dinero aparece como primer exponente del valor del capital y, por tanto, el capital–dinero como la forma en que el capital se desembolsa.
La fuerza de trabajo, aunque comprada de antemano, sólo se paga después de emplearse. Cuando los medios de producción no existen en el mercado ya dispuesto para ser aplicados, sino que hay que encargarlos, el dinero funciona también, en la forma D – Mp, como medio de pago.) Esta propiedad no proviene del hecho de que el capital–dinero sea capital, sino del hecho de ser dinero.
El valor del capital en forma de dinero sólo puede desempeñar las funciones propias del dinero; exclusivamente éstas. Lo que convierte a estas funciones del dinero en funciones de capital es el papel concreto que desempeñen en el proceso del capital y también, por tanto, la concatenación de la fase en que aparecen con las demás fases de su ciclo. Así, por ejemplo, en el caso a que nos estamos refiriendo, el dinero se invierte en mercancías cuya combinación constituye la forma natural del capital productivo y que, por tanto, encierra ya de un modo latente, es decir, en cuanto a la posibilidad, el resultado del proceso capitalista de producción.
Una parte del dinero que en la fórmula
T
D – M <
Mp
realiza la función de capital–dinero pasa a desempeñar, al efectuarse esta misma circulación, una función en la que su carácter de capital desaparece, quedando en pie su carácter de dinero. La circulación del capital–dinero D se descompone en D – Mp y D – T, en compra de medios de producción y compra de fuerza de trabajo.
Mediante la transformación del capital–dinero en capital productivo, el capitalista obtiene la combinación de los factores materiales y personales de la producción, en la medida en que estos factores consisten en mercancías. Para que el dinero pueda convertirse por vez primera en capital productivo o funcionar por vez primera como capital–dinero para su poseedor, tiene que empezar por comprar los medios de producción, los edificios en que se ha de trabajar, la maquinaria, etc., antes de comprar la fuerza de trabajo; pues tan pronto como ésta se halla a su disposición, necesita disponer de los medios de producción adecuados, para poder emplearla como fuerza de trabajo.
Así se plantea la cosa, en lo tocante al capitalista. En lo que atañe al obrero, su fuerza de trabajo sólo puede empezar a funcionar productivamente a partir del momento en que, al ser vendida, se la pone en contacto con los medios de producción. Por tanto, antes de su venta existe separada de los medios de producción, de las condiciones materiales necesarias para su empleo. En este estado de separación, no se la puede emplear ni directamente para la producción de valores de uso destinados a su poseedor ni para la producción de mercancías de cuya venta puede vivir éste. Pero, tan pronto como, al ser vendida, entra
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