Cohen Dorothy

“Aspectos del desarrollo de niños de cinco años, incluido su estilo de aprender”

Los cinco años constituyen el principio del fin. Los cinco años son el fin del bebé, época que a los padres les resulta a la vez satisfactoria y perturbadora: satisfactoria porque ya se puede razonar con un niño de cinco años; perturbadora porque los niños de cinco son impredecibles.

La manera en que se siga desarrollando el infante dependerá en sumo grado del papel que tengan sus padres en su vida.

A esta edad el niño sufre algunos pequeños pero grandes cambios en su vida, ya que ya no es el niño que dependía en su totalidad del padre, sino que ahora es él quien toma decisiones acerca de su propia vida, tiene su propia manera de pensar, gustos y preferencias, y los padres creen que mediante este comportamiento tan “civilizado” del niño podrán tener una plática o acuerdos los cuales el niño entienda, respete y ejecute a la perfección, sin embargo para el niño esta edad lo único que trae consigo es el poder y fuerza que él puede demostrar tener, así como su manera independiente de llevar su vida, decidir que ropa ponerse, con que zapatos, que comer, y con quien jugar o no.

Un modo en cómo se nota la grandeza que un niño de cinco años ha adquirido en su desarrollo es por la manera en cómo se expresa, las palabras que utiliza y el momento en el que las utiliza, característica que hace pensar a los padres que es una persona con la cual pueda entablar un dialogo en el cual lleguen a acuerdos y a razonamientos complejos aun para los niños.

Los niños a la edad de cinco años logran ser mas autónomos e intentan sustituir sus pies y manos por palabras nuevas en su léxico, adquiridas mediante diversas situaciones que se le han ido planteando en el transcurso de su desarrollo, logrando con esto la comprensión de ideas y la reflexión de tales, logrando así entablar en platicas con sus compañeros, buscando sobrepasar cada uno de los retos que se va poniendo el mismo en el transcurso de los juegos y actividades dentro de la escuela como en la vida cotidiana, se va poniendo el solo obstáculos los cuales sobre pasan la gravedad de los movimientos que ya controla, logrando con esto dar a conocer a sus compañeros ser apto para lograr cualquier tipo de movimiento físico brusco en el cual él se dé a conocer como mas fuerte o mejor, ganando con esto un lugar en el circulo social del grupo de compañeros y de niños más grandes y fuertes de la escuela.

Las niñas a menudo son un poco más dóciles que los niños al aceptar las restricciones de la vida social.

A los niños les gusta realizar y construir cosas. Son activos; a menudo inquietos y ruidosos.

En esta etapa, muchos padres inadvertidamente privan a sus hijos de auténticos sentimientos de eficiencia e importancia, porque sus normas inmediatas no coinciden con el crecimiento y el aprendizaje de los niños.

Los niños avanzan mediante infinitas variaciones de error en temas supuestamente ya comprendidos, y cometen más errores por simple ignorancia de lo que se habría creído posible.

La conducta contradictoria es común a los cinco años.

Una de las contradicciones en el desarrollo es: la presión actual por hacer que se lea y escriba en el jardín de niños es un ejemplo oportuno; está mucho más relacionada con la preocupación de los padres por el ingreso en la universidad, 12 años después, que con la necesidad de los niños de cinco años, con su estilo de aprender o hasta con la realidad de la entrada en la universidad.

Los niños hablan con mayor libertad que antes a los adultos, consecuencia de la progresiva eliminación del miedo en la moderna relación entre adulto y niño.

Los niños de cinco años aun están sujetos al estilo

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