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Colombiano de contabilidad de la educación


Enviado por   •  11 de Julio de 2015  •  Informes  •  1.171 Palabras (5 Páginas)  •  167 Visitas

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El presente

¿Qué pudiéramos decir sobre la educación contable colombiana? ¿Cómo es la educación contable hoy en Colombia? Yo me uno en esta materia a un pedagogo que no es colombiano, Reynaldo Suárez, muy conocido. El sostiene que la educación en América y en especial en América Latina está padeciendo siete pecados capitales, que él enumera y que yo voy a citar, pues de una manera u otra se dan en nuestro contexto.

El primer pecado, según el licenciado Suárez, es la domesticación. Estamos haciendo una docencia para amaestrar - ustedes, los que me conocen, saben que yo uso un lenguaje extremadamente directo -. Una docencia para socializar diría yo, una docencia para hacer contadores iguales a los que ya hay, contadores que se metan en el molde de la contabilidad que tenemos, en la visión académica conceptual que tenemos y esos son los que consideramos buenos. El que pretenda sostener ideas distintas de repente no logra superar el estado universitario.

Hemos incurrido también en el pecado de la repetición. A lo largo de muchos años trasmitimos los mismos conocimientos; no es raro encontrar en los pasillos de la universidad a un estudiante que dice: yo me fotocopié los apuntes del año pasado, que además son los mismos que estudió mi papá.

Hemos caído en la teorización. Nos ponemos a hablar de conceptos, de construcciones, de categorías y, de repente, no hemos sido capaces de reflexionar si eso tiene utilidad en la práctica. Esto se debe a que la universidad colombiana muchas veces no está embadurnada de realidad.

En cuarto lugar, estamos padeciendo de un academicismo exagerado. Creemos que todo el proceso de aprendizaje está circunscrito a la universidad; eso es falso. La universidad es un lugar más, con unas peculiaridades en que se pueden aprender cosas, pero, como bien debe quedar claro de lo que les han expuesto antes, por la vía de la experiencia, en el entorno, hay otras lecciones que aprender.

Nuestra educación, lamentablemente, se ha burocratizado. Es una educación llena de trámites, de papeles para conseguir una tiza, para conseguir un salón. Puede uno verse necesitado de cumplir todo un rito para conseguir una cosa elemental. ¡Dígase lo que hay que hacer en ciertas universidades para comprar un libro o editar una revista en temas de contabilidad!

Nuestra educación ha caído en la improvisación, porque nuestra educación está basada en el profesor de cátedra, en el profesor golondrina -se le llama así porque llega a la universidad a dictar clase y se va-; perfectamente puede no conocer su universidad. Allá no le pagan bien, se enseña por amor al arte. No es de extrañar que nuestros profesores vayan pensando cuál es el examen que van a poner mientras que apresuradamente suben las escaleras de la universidad. Ahora los trancones se han vuelto unos aliados tremendos para preparar clases.

Finalmente, nuestra educación se está elitizando de una manera muy preocupante. Esa elitización se está traduciendo en los sistemas de selección con que nosotros admitimos estudiantes y en los criterios con que egresamos los estudiantes.

Debo dejar en claro que estos pecados capitales, traídos ex profeso de un autor no colombiano, son comunes para la educación universitaria en Colombia, no sólo en el terreno de la contaduría y son comunes, como él lo sostiene, a varias universidades en América Latina, pero son realidades nuestras y sobre éstas hay que reflexionar.

La problemática universitaria

Nosotros tenemos muchas facultades

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