Combatir La Obesidad

COMBATIR LA OBESIDAD

Antes de empezar con el tema les describiré que es la obesidad, la obesidad se describe como la presencia excesiva de grasa corporal, lo que significa un riesgo para la salud. Ésta representa un grave problema de salud. Si se mantiene la tendencia actual, en EEUU pronto superará al tabaquismo como causa principal de muerte prematura, reducción de la calidad de vida y sobrecostes en la atención sanitaria. Un tercio de adultos estadounidenses son obesos y otro tercio tienen sobrepeso; toda persona obesa tiene sobrepeso, pero no toda persona con sobrepeso es obesa, esto se calcula gracias al IMC (índice de masa corporal), se calcula dividiendo el peso con lo que medimos en m2. Cuando el IMC está entre 19 y 15 tenemos el peso ideal, entre 25 y 30 sobrepeso y de 30 en adelante obesidad. En Colombia 1 de cada 2 adultos es obeso y en niños 1 de 6.

¿Por qué resulta tan difícil deshacerse de los kilos que sobran y no recuperarlos? La fórmula básica para perder peso es sencilla y conocida por todos: “consumir menos calorías de las que se gastan” Si fuera así de fácil, en EEUU la obesidad no sería el primer problema de salud relacionado con el estilo de vida; es muy difícil adelgazar cuando a tu alrededor hay anuncios publicitarios que te incitan a consumir alimentos con poco valor nutritivo. La ciencia ha utilizado sus mejores armas para resolver el problema, pero no han encontrado solución a largo plazo.

Seguramente muchos nos preguntamos cómo es la manera en que “ese gustico” que nos dimos termina haciendo que aumentemos radicalmente de peso, como bien sabemos, el hipotálamo y el tronco encefálico son los encargados de la regulación del hambre y la saciedad, en otras palabras, es el recordatorio al antojo que tenemo. Muchas veces nuestro organismo excede en comer alimentos ricos en carbohidratos y lípidos que no son usadas debido al sedentarismo, haciendo que las grasas se acumulen de manera exagerada y cuando éstas superan sus límites nos daremos cuenta que padecemos de una enfermedad llamada obesidad. Al ingerir alimentos como las hamburguesas, tacos, etc, se están ingiriendo carbohidratos de manera excesiva que el cuerpo transformará en ácidos grasos, estos ácidos grasos son transportados en pequeñas partículas llamadas quilomitrones y cuando llegan a unas células llamadas adipocitos, estos quilomitrones son transformados en triglicéridos, estos adipocitos harán que los triglicéridos sirvan de combustible de tal manera que estos los guardan para cuando sea necesario. Cuando nuestro cuerpo almacena demasiados ácidos grasos, algunas hormonas como el glucagón y la epinefrina se hacen presentes, siendo la hormona insulina su ayudadora, la función de la hormona insulina es que se realicen la formación de ácidos grasos o lipogénesis, esto ayuda a que los ácidos grasos sirvan de energía. La acumulación de ácidos grasos puede ser dañinas para nuestro cuerpo, por lo cual existe otro proceso que las desintegra, llamado lipólisis. Al aumentar la hormona insulina, la lipólisis no se lleva a cabo porque ésta le prohíbe a la lipasa que realice su función, ésta se encarga de desintegrar las grasas, si la lipasa no funciona, la formación de ácidos grasos será excesiva.

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Siempre hemos pensado que solo existía un tipo de grasa, la que se acumula en la barriga y en las caderas, esa que nunca conseguimos eliminar. Sin embargo, las investigaciones científicas modernas han demostrado que, en realidad, existen dos tipos diferentes de grasa: la grasa blanca y la grasa parda. Estas dos grasas son muy diferentes entre sí, y la manera en la que interactúan podría ser la clave definitiva para acabar con la obesidad. La grasa blanca es la que está presente en mayores cantidades en nuestro cuerpo. Aunque se la define como “blanca”, en realidad es de color amarillo apagado. La grasa blanca almacena los triglicéridos presentes en la sangre y los transforma en energía de reserva. Esta energía se libera lentamente en la sangre a un ritmo constante, según las necesidades calóricas del momento. Durante la actividad deportiva, cuando aumenta la demanda de energía, la grasa blanca libera una gran cantidad de calorías, reduciendo su volumen. Sin embargo, cuando los triglicéridos consumidos a través de la alimentación superan la cantidad que el organismo necesita, la grasa blanca no es capaz de dejar de acumular energía y empieza a depositarse en el organismo de manera rápida e incontrolada. Cuando los depósitos de grasa blanca son excesivos, las células de su interior empiezan a comportarse de manera extraña, aumentando la producción de sustancias perjudiciales para la salud.

La grasa parda apenas está presente en nuestro organismo. Sin embargo, es abundante en los recién nacidos que, al crecer, la sustituyen por grasa blanca. A diferencia de las células de grasa blanca, las de grasa parda no están formadas por una única gota de lípido central, sino que contienen en su interior cientos de microgotas. Ésta también almacena los triglicéridos, pero tiene un mecanismo de

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