Como Leer
yuriko289312 de Octubre de 2014
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TEXTOS DE APOPYO PEDAGOGICO A LAS Y LOS ESTUDIANTES
Capítulo 5.
¿COMO LEER? GUIA PARA PREPARAR UN RESUMEN-COMENTARIO CRÍTICO.
(1988)
(Este texto es una versión de la exposición que hice a mis alumnas y alumnos del primer año de Antropología en San Marcos, en mayo de 1988, para presentar las 24 lecturas del curso "Antropología General").
1. Punto de partida.
De lo que vamos a tratar hoy es de formular una pregunta, de fundarla y tratar de responderla. ¿Cómo leer? El punto de partida es sencillo: uno de los graves problemas de la educación primaria y secundaria del país -pública y privada en general- es el memorismo, lo que en el lenguaje popular conocemos como "paporreteo". El costo de esta educación de repetición se paga en la universidad con las graves dificultades que se encuentran al emprender la lectura de textos de gran complejidad. En mi práctica docente he ido descubriendo que muchos de los estudiantes universitarios atraviesan serios problemas debido a no saber leer. Cuando hablo de dificultades para leer me refiero a obstáculos para la comprensión. Naturalmente todos saben leer. Algunos seguramente muy bien, con el ritmo, el tono de voz y las pausas adecuadas. Comprender alude a la capacidad de tomar una lectura y saber qué quiere decir. Si vamos a trabajar con 24 lecturas obligatorias y admitimos que ustedes tienen una formación memorista, el éxito del curso no estará asegurado si es que no aprenden a leer y tratar los textos del modo más adecuado. Por lo tanto, les propongo una metodología de trabajo para leer y comprender los textos que, además, les será útil a lo largo de todos sus estudios universitarios. Para ustedes se tratará de un arma, de un instrumento, de un conjunto de recursos técnicos para leer bien, para tomar de los textos las ideas principales y para construir otras tantas a partir de la lectura crítica. Ustedes tendrán mucho que leer y deben saber cómo hacerlo. Se inventó la escritura hace más de 5,000 años y en todo este tiempo el razonamiento científico es, un razonamiento escrito. Se escribe dentro de una evolución tecnológica constante. Balzac escribió miles de páginas con una pluma y ahora se puede escribir una novela en una computadora. En el camino han quedado la máquina de escribir y las viejas plumas. Del papiro ya ni nos acordamos. La revolución tecnológica va puliendo y mejorando nuestros instrumentos para poder escribir. Pero leemos con los mismos ojos de siempre. Al texto escrito le está sucediendo la imagen, con la televisión y el cine. Por otro lado, en cada disciplina hay mucho que leer y es imposible que alguien -individualmente- pueda leer todo.
Como no es posible que ustedes lean todo, si cada uno leyera un texto cada diez días e hiciera un buen resumen y comentario crítico y lo entregase en cinco copias a cinco compañeros, cada uno y cada una tendrían acceso a seis textos. Si cada uno lee solamente un texto en diez días requerirá de sesenta para leer los seis textos. Si se trabaja individualmente para un grupo, para un equipo colectivo de seis miembros, es posible multiplicar la capacidad de lectura y de conocimiento. Para que cada miembro de un equipo de trabajo entienda el trabajo de los otros es indispensable ponerse de acuerdo sobre las reglas de juego que permitan a una persona disponer el trabajo de los otros como si cada uno lo hubiera hecho. Es decir, si no se realiza un trabajo serio no es posible utilizar el de los demás, puesto que para tener acceso a un trabajo serio de otros importa entregar un trabajo serio. De las reglas de juego para hacer este tipo de trabajo trata la clase de hoy.
Un profesor debe haber hecho un examen de la literatura en su disciplina y por razones que son suyas ofrece unas lecturas y no otras a sus estudiantes. Desde el comienzo existe un comportamiento mínimo de arbitrariedad en la selección. El punto de partida es, por lo tanto, la elección de una alternativa.
Toda lectura tiene una finalidad, y por ella comienza la técnica del trabajo. Cuando uno de ustedes se enferma y sabe que va a pasar tres días con una gripe, consigue una novela y la lee para informarse y distraerse. No la lee para estudiar o para formarse en una disciplina cualquiera. Hay, por lo tanto, dos niveles de lectura. En el más elemental se trata de una lectura de distracción. Alguien que no tiene relación alguna con la antropología lee a Arguedas porque quiere estar informado. Su lectura no será suficiente para elaborar una tesis universitaria o para que ofrezca una conferencia sobre Arguedas. Simplemente lee porque le gusta, porque quiere.
Otra, y muy diferente, es la lectura de formación. Ésta, supone un largo esfuerzo por tratar de entender lo que la lectura transmite para recoger un conjunto de proposiciones que se conservan en la memoria y para elaborar un comentario. No se trata pues, de la superficial lectura de un periódico, de una novela, de un cuento, sino de un texto universitario, de una tesis, de un estudio científico. Repito: cada lectura tiene una finalidad, responde a un objetivo preciso. El primer punto será definir ¿para qué leemos ese texto?, ¿qué es lo que vamos a buscar en él? La respuesta a estas preguntas permite mostrar el carácter y la razón del curso por la que ustedes deben leer un paquete de veinticuatro lecturas formadas por una treintena de textos diferentes.
El curso se llama 'Antropología General" y responde a la necesidad de ofrecer a los estudiantes una introducción general a lo que es la antropología; es decir, un panorama de lo que es, de cuándo se formó, cómo se formó, con qué corrientes, cómo trabajan los antropólogos, cuáles son sus grandes temas, quiénes son sus autores importantes, cuáles los capítulos centrales de la reflexión antropológica. Una introducción general abre un ancho y variado abanico de temas y problemas que serán tratados sin mayor profundidad. La pregunta principal para ustedes en cada una de las veinticuatro lecturas: ¿de qué se ocupan los antropólogos?
Si buscamos una imagen general de la antropología ¿dónde podemos encontrarla? En un conjunto de textos diversos escritos por autores de disímil manera de pensar. Aquí surge la necesidad de distinguir la lógica del autor y la lógica del lector. El autor o autora de un texto, de un libro, o un capítulo, o un artículo, responde a una motivación individual en algún punto del espacio y en algún momento del tiempo. Por otro lado está la lógica del lector, es decir, ustedes aproximándose a esos textos para buscar la imagen de la antropología que este curso desea ofrecerles en San Marcos en 1988. Hay una doble lógica explicable a través de una metáfora que encuentro sumamente feliz: un libro es como el mar y un lector como un pescador. En el mar hay miles de peces de todo tamaño y calidad, peces de superficie, de profundidad, de aguas frías, calientes, de peña, de playa, de mar adentro. Y el mar ofrece esa inmensa cantidad de peces a quienes se aproximen a pescarlos. El pescador llega al mar sabiendo con precisión qué va a pescar y para ello se aprovisiona adecuadamente con los instrumentos de trabajo necesarios para realizar su tarea. A ningún pescador se le ocurriría ir a pescar ballenas en agua dulce o usar una red para anchovetas si quiere capturas peces de peña. El mar contiene una diversidad notable de especies animales y el pescador conoce con certeza qué busca. El pescador obedece a su propia lógica. Como peces en el mar un libro contiene ideas de todo tipo, argumentos y propuestas múltiples. Cada autor trabaja con ideas y las ofrece en amplia variedad. Lo importante es definir con exactitud qué buscamos en un libro, para qué lo leemos. ¿Cómo pretendemos encontrar algo sino sabemos lo que buscamos? Están ustedes invitados a una primera lectura de diversos textos procurando hallar la imagen de lo que es la antropología. Esa será su principal preocupación. Sin embargo, los textos contienen mucho más que esa sola imagen. Fijar la atención en un punto y no perderse en el resto es la clave para el manejo académico de las ideas. No tiene sentido extraer cada una de las ideas que hay en un texto. Se trata simplemente de recoger textualmente (citar) lo que uno busca, lo cual supone un lector capaz de volver sobre un mismo texto tantas veces como sea necesario. Se vuelve siempre con nuevos ojos y se descubren nuevas ideas que pasamos por alto la primera vez. Luego de cinco años de formación, de muchísimas lecturas, volverán a los textos con otra visión, con otra experiencia.
II. EL Resumen-comentario crítico
El
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