Compromiso De La Profesion Docente En La Articulacion Curricular De La Educacion Basica
pedromalo18 de Agosto de 2011
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En la tarea educativa, ese "valor de algo" se refiere a los niveles de aprendizaje adquiridos por los educandos. En cambio, la calificación es una parte de la evaluación que pretende transformar y traducir la evaluación en una medición cuantitativa y jerarquerizable de sus resultados. Es, además, una instancia transitoria en que, usando un código determinado y estandarizado, se clasifica el rendimiento de los alumnos después de la exposición de los contenidos.
Es un instrumento tan poderoso que tenemos en nuestra manos del proceso enseñanza – aprendizaje, es necesario que reconozcamos sus dimensiones éticas y pedagógicas. Al calificar... es otorgar un valor numérico al desempeño que ha logrado el alumno en los propósitos ya planteados, también se puede decir que es anti-pedagógico ya que todos los alumnos tienen capacidades diferentes.
Evaluar significa medir cualitativamente el aprendizaje o también puede ser la enseñanza de algo, es decir conocer a que nivel se llegó o no de lo que se quiere enseñar o aprender. También se realizan evaluaciones del tipo diagnóstico para saber lo previo a la enseñanza, o evaluaciones de proceso o sea como marcha tal o cual aprendizaje etc
Debe ser un instrumento de impulso y ser percibida por los estudiantes como una ayuda para tomar conciencia de sus propios avances y por el profesor como una ocasión para adecuar mejor el proceso de enseñanza a las características de los estudiantes.
Ha de contemplar todos los aspectos relevantes para un aprendizaje significativo: conceptual, procedimental y actitudinal. Debe basarse en unos criterios claros conocidos por el profesor y los alumnos, sin caer en reduccionismos operativos.
Tiene que realizarse a lo largo de todo el proceso del enseñanza - aprendizaje, debe de ser formativa, global, democrática, continua, pero no podemos decir lo mismo de procedimientos y prácticas acordes con ese cuerpo de conocimientos, bien contextualizados que ayuden a los profesores a desarrollar una práctica evaluadora diferente de la habitual, en muchos casos muy alejada de las características expuestas.
No podemos decir lo mismo sobre la calificación; Nuestra opinión es, que esto ocurre porque el concepto de evaluación subsume en la mayoría de los casos al de calificación: ¿Qué se hace en las “sesiones de evaluación” de nuestras escuelas?, ¿se evalúa o se califica?, cuando se entrega a los alumnos los exámenes “corregidos” con una nota numérica en cada uno ¿qué se ha hecho evaluar o calificar? Desde nuestro punto de vista la mayoría de los procesos de evaluación se convierten en procesos de calificación y sin embargo la ley no obliga a “clasificar” a los alumnos continuamente, sólo tres o cuatro veces cada curso. Parece claro que debemos comenzar distinguiendo claramente entre evaluación y calificación.
La evaluación de aprendizajes debe ser formativa, es decir, debe servir, como ya se ha dicho, fundamentalmente para que evaluador y evaluado ajusten el proceso de enseñanza aprendizaje, nos sirven para esto, seguramente es mucho más útil constatar lo que se ha aprendido y lo que no se ha aprendido, es decir, de los objetivos propuestos cuáles han sido alcanzado y cuáles no por un determinado alumno y empezar a diseñar procesos para conseguirlos. Además la calificación continua fomenta la competitividad y genera en muchos casos actitudes de rebeldía que pueden romper todo un proceso de enseñanza-aprendizaje que pretendía ser cooperativo, participativo, etc. Aceptemos pues, en todo caso, la calificación como un “mal necesario” para poder resumir de cara a la sociedad, administración, etc. todo un complejo
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