Condiciones Fundamentales Del Sialogo

Dialogar no es tarea fácil. Ponernos en comunicación con otras personas suele resultar complicado, porque no siempre los hablantes están dispuestos a dialogar, a cumplir con las reglas que permiten que el diálogo se lleve a cabo. Aquí veremos cuáles son esas reglas y cuán importante es cumplirlas.

El diálogo es algo más que un intercambio de frases entre dos personas. Es, además, una forma de encuentro del propio YO, en relación sincera y respetuosa con un TÚ, que siempre beneficia a ambas partes. Lo opuesto al diálogo es la manipulación: un intento de dominio sobre el otro, de modo tal de insertarlo en los propios planes.

Entonces, ¿cuáles son las condiciones necesarias para que un intercambio lingüístico pueda ser llamado diálogo? Dividiré estas condiciones en dos tipos para enumerarlas: por un lado, están las relacionadas con las actitudes de los hablantes, y, por otro lado, tenemos a las que regulan lo lingüístico, el contenido de lo dicho. Si alguna de ellas no se cumpliera, ya no habría diálogo, sino manipulación.

Las condiciones actitudinales del diálogo

1) Respeto:

La primera condición es EL RESPETO, es decir, la consideración del otro como un otro, por el hecho de que es persona y, por lo tanto, tiene dignidad. Se considera a la persona digna porque tiene inteligencia y voluntad libre, todo lo cual es suficiente razón para no tratarla como a un mero instrumento funcional a los propios planes.

2) Ayuda:

La segunda condición es LA AYUDA, es decir, propiciar el crecimiento y el bien del otro en tanto otro, ofreciendo la propia existencia. Es una donación de uno mismo al prójimo, mostrándole con franqueza y sencillez nuestra interioridad tal cual es, para que el otro alcance la plenitud de su ser. Por supuesto, requiere que el TÚ esté abierto a recibir la ayuda; de lo contrario la tomará a mal. Pero también requiere que previamente intentemos comprenderlo, para saber qué le hace falta o le viene bien en el momento del intercambio.

Las condiciones lingüísticas del diálogo: el lenguaje dialógico

1) Hablar de tal modo que el otro pueda tener un juicio crítico, tanto sobre lo que le decimos como sobre las condiciones en que se da el intercambio.

Esto nos obliga a desarrollar un modo de pensar y de hablar no represivo que, en lugar de avasallar (hacer vasallo) al otro, lo haga pensar y dé lugar a que exprese su desacuerdo. Estar abiertos a la interpelación es fundamental, porque denota la intención del YO de escuchar qué piensa el TÚ sobre lo que está diciendo. Si aceptamos que el conocimiento de todo hombre es limitado, y que el diálogo verdadero siempre es una posibilidad de perfeccionamiento, la posibilidad de disentir

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