Contrato Moral

INTRODUCCIÓN

Hoy en día la educación debe tener como prioridad fomentar en los educandos una educación en valores como parte esencial de la formación integral, que contribuya al rescate de hábitos y actitudes, para que los estudiantes puedan apreciar la importancia del respeto.

Por tal motivo la escuela tiene como misión brindar una educación de calidad, y por lo tanto, formar individuos que participen activa, critica y eficazmente dentro de la sociedad, siendo capaces de actuar de manera autónoma, pero, para lograr esto es necesario que el profesorado este consiente del compromiso social, ético y moral que engloba el campo educativo para ser realmente eficiente en su labor diaria.

Es por eso que en este pequeño ensayo se realiza un análisis del libro “El contrato moral del profesorado condiciones para una nueva escuela” tomando en cuenta los aspectos más importantes para que un docente pueda enriquecer su esencia profesional y empezar con un nuevo reto educativo que es el de educar en excelencia es decir todo lo que engloba una educación integral, te invito a explorar este pequeño viaje donde encontrarás cosas muy interesantes.

La lectura de esta obra permite aprender un conjunto de pautas y orientaciones que servirán a los equipos de profesorado y educadores para una mejor elaboración de sus proyectos educativos y en especial para la integración en los mismos de acciones sistemáticas sobre educación en valores.

DESARROLLO

En todos los años han sido muchas veces que se habla de cómo debe ser un docente para ejercer su profesión de manera excelente pero sin duda alguna con el paso del tiempo y por todos estos cambios que surgen en la esencia de las personas que integran nuestra sociedad y en la tecnología, nos exige ser auténticos en nuestra labor o simplemente no ser nadie.

Es importante tener presente que llegar a la excelencia no solo basta tener vocación, si no que es necesario el dominio de un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes. Es por eso que urge una nueva escuela, una nueva forma de entender y de ejercer el profesorado, es decir una escuela que debe ser garantía de reproducción cultural, de construcción de valores, de gestión de la información, de reproducción de conocimiento y de desarrollo personal y colectivo de los que en ella participan y de los que forman la sociedad.

Sin duda alguna debemos de entender que la calidad se lograra con una renovación en nuestras habilidades y las cuales ponemos en practica día a día y sobre todo una disponibilidad de cambio y la renovación como actitud básica para afrontar la función docente de forma eficaz. Todo por una sencilla razón, sin maestros cultos y preparados para ejercer su profesión será difícil construir sociedades cultas y sin sociedades cultas y preparadas, la sociedad de la información y de las tecnologías no podrá transformarse en la sociedad del conocimiento y de las comunicaciones a la que se aspira.

A continuación mencionare algunos indicadores que sin duda han tenido que ver en todo este cambio que se necesita con el profesorado.

Primeramente e el cambio social y los desarrollos humanos en el dominio de la tecnología y la ciencia están incidiendo a una velocidad muy superior a la del cambio en los currículos educativos.

*La rigidez de la administración en materia educativa, la lentitud en la puesta en práctica de innovaciones pedagógicas.

*La influencia de la familia en la dinámica escolar ha sido conservadora y perezosa ante la transformación de una educación basada en el aprendizaje de conocimientos y destrezas valoradas socialmente.

*La dinámica social: formas de vida actuales, relaciones afectivas.

Es por estas y otras más situaciones que la escuela y todo profesorado que esta inmiscuido en esta labor deben realizar un análisis a profundidad que conduzca a un estudio y evaluación de las funciones que cada elemento está realizando, esto nos lleva a ser un gestor del conocimiento y un mediador de conflictos y a si apreciar los valores.

Ante este panorama el profesorado debe estar preparado para ser gestor, es decir tener la humildad ante lo desconocido debe ser la primera virtud de un buen gestor del conocimiento y la curiosidad e interés por lo nuevo, actitudes y expectativas necesarias en todo profesional que incremente la calidad docente. Tener claro que las fuentes de aprendizaje también se derivan de lo no formal e informal que se presentan en las situaciones cotidianas que vive la sociedad.

Por lo tanto las relaciones con las familias, la acción tutorial y la atención a las dimensiones afectivas y de los sentimientos son ejes centrales para nuestra labor. Aspectos y dimensiones como el cultivo del esfuerzo, el de la expresividad en su sentido más amplio, el de la voluntad, tolerancia y respeto a las personas y el entorno, deben estar integrados en la acción que ejerce el docente.

Es por eso que considero importante que el docente debe ser un experto en los siguientes ámbitos:

-Contenidos y recursos necesarios para facilitar y activar el aprendizaje.

-Tecnologías de la información, documentación y comunicación.

-Contenidos y recursos necesarios para atender el desarrollo moral de sus alumnos y diseñar programas de educación en valores.

-Técnicas y recursos que contrarresten los efectos los efectos psicológicos de la actividad profesional.

-Técnicas y recursos de la entrevista.

Es necesario considerar que si educar en valores es crear condiciones para conseguir todo lo que hemos dicho hasta ahora, la función reguladora y de modelaje que ejerce el profesorado es clave. La formación de una ciudadanía activa precisa un profesorado eficaz en la defensa de principios como los apuntados y respetuoso con las distintas creencias de cada uno, formas de entender el mundo y formas de construirnos como personas, que respetando los principios de justicia enunciados conforman los diferentes modelos de vida buena de cada uno de nosotros.

Para ello, propongo tres criterios que tendrían que guiar

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