Cuento preescolar.

Había una vez, en un castillo muy lejano una familia que pertenecía a la realeza; el rey  Arturo su reina Sofía y sus dos hijas, Rosa y Aurora.  Dentro de la casa una de las sirvientas tenía una hija de la misma edad de Aurora, llamada Dalia, ella era una niña soñadora que siempre había querido volar. Adoraba a las aves que en el castillo vivían, seguía a las mariposas que llegaban a comer a los rosales y les dejaba migas de pan a las palomas que llegaban a tomar agua en la fuente.

Una tarde las dos niñas decidieron hacer un par de papalotes para volarlos, la reina Sofía al ver que su hija tenía tan grande amistad con Dalia, se preocupó y le prohíbo volver a jugar con ella. Las dos niñas tristes tuvieron que verse a escondidas de la reina Sofía para poder volar su papalote y jugar juntas; pero Rosa la hermana mayor de Aurora no quería a Dalia, y al verlas jugar juntas corrió a decirle a su madre, la reina Sofía enojada llego y la regaño:

-Aurora te he prohibido jugar con la servidumbre, tu eres alguien que pertenece a la realeza y por eso no debes juntarte con esta niña.

Aurora enojada corrió a su cuarto, se molestó con Rosa y le dijo: - tu porque le dijiste a mama que yo estaba jugando con Dalia, ella es buena, nunca me a quitado nada. Rosa enojada le dijo: - tu no debes con ella, ella no tiene los mismos valores que tú, ellas es pobre y te puede robar tu juguetes.  – eso es mentira tu no la conoces y por eso no puedes decir como es, contesto Aurora.

Durante algunos días Aurora estuvo sin dirigirle la palabra a Rosa, entonces Rosa comenzó a pensar en que su hermana tenía razón

Días después el rey Arturo llego de su viaje y Aurora desconsolada le conoto a su padre que había pasado, el rey Arturo le dijo aurora, - no te preocupes yo hablare con tu mama.

En la cena de esa noche el rey Arturo le pidió a la mama de Dalia que cenaran con ellos porque tenían unas cosas que hablar sobre sus hijas.

-Mi hija Aurora es muy amiga de Dalia y por lo tanto yo no le veo nada de malo en que las niñas jueguen. La reina Sofía enojada contesto: - claro no!!!! Mi hija no debe jugar con esta niña ella es pobre y no pertenece a la sociedad a la que nosotros pertenecemos.

El rey enojado contesto, - no todos nacemos con las mismas facilidades, ellos son leales, han trabajado con nosotros durante muchas generaciones y no permitiré que una simple corona, le quiete una gran amiga a mi hija.

Al dia siguiente las dos niñas aquedaron de verse en el patio de los rosales porque querían volar sus papalotes junto a las mariposas de tan hermosos colores. Ese día la reina Sofía junto con su hija Rosa fueron a buscar a Aurora, al ver que estaba con Dalia se molestaron y se fueron, más tarde, Aurora y Dalia fueron a jugar en otro de los patios y dejaron sus papalotes. Rosa al darse cuenta corrió y se los llevo, se los entregó a su mama para que las niñas ya no tuvieran con que jugar.

Al regresar por sus papalotes se dieron cuenta que ya no estaban, Aurora corrió con su padre para decirle que el viento los había volado y que quería su ayuda para poder hacer otro y jugar con Dalia. El rey Arturo fue a buscar las cosas con las que aria el nuevo papalote, al entrar a la habitación se dio cuenta que los otros papalotes estaban allí.

-¿tú los escondiste? ¿tú se los quitaste verdad? Pregunto el rey Arturo a Sofía, ellas solo dijo que no.

Más tarde Rosa estaba jugando en la fuente  con una muñeca que su padre le había traído de su viaje, rosa tropezó y la muñeca callo a la fuente donde todas las palomas llegaban a tomar agua, Rosa grito, -mi muñecaaaaaaaaa, ni mi muñeca no!! Dalia al escucharlo corrió en su auxilio y le devolvió su muñeca mojada que había caído, Rosa agradecida por lo que Dalia había hecho, decidió decirle a su mama que Dalia era una buena niña y le conto que le había ayudado con su muñeca. Rosa pidió disculpas a Dalia por todo lo que le había dicho y hecho.

...