DAVID RICARDO

David Ricardo

Procedía de una familia judío holandesa española, asentada en Londres. Durante su juventud se dedicó, como su padre, a ser agente de bolsa y en banca; después de haber ganado 40 millones en especulaciones bursátiles y negocios financieros, se hizo terrateniente y fue miembro del parlamento inglés. Ricardo se dedicó a la disciplina de la economía, mostrando un mayor énfasis en el funcionamiento del sistema económico; siendo considerado como el principal representante de la economía política clásica y por sus colegas, como la primara figura de la ciencia, pues continuó con el trabajo iniciado por Smith, con quien fundó el Club de Economía de Londres.

Tuvo obras muy importantes entre las que destaca “El alto precio del oro como prueba de la depreciación de los billetes” (1809), en el cual sostiene que el alza de precios y la depreciación de los billetes, provenía de una excesiva emisión de estos y que era necesaria la convertibilidad. En, “Propuestas para establecer una moneda económica y segura” (1816), Ricardo estima que los billetes de banco deben ser convertidos en lingotes de oro y no en moneda. Del mismo modo escribió “ Ensayo sobre la in

Asimismo, su obra más importante se tituló “Principios de Economía Política y Tributación” , la cual fue publicada por primera vez en 1817; se compone de 32 capítulos, donde trata acerca del comercio exterior e interior, dinero, bancos, subvenciones al valor y la distribución; en el prefacio afirma que “ se ha dado muy poca información acerca del curso natural de la renta, las utilidades y los salarios y que“ el principal problema de la Economía Política es determinar las leyes que regulan la distribución “; y es en este tema, así como en el análisis de las causas del valor, donde su contribución al pensamiento económico se hizo más apreciable.

Ricardo carecía de educación académica; como resultado de ello, el estilo de sus libros es más condensado y el lector debe prestar bastante atención, pues era un científico en sentido más estricto y escribía para sus colegas economistas; además posee un fuerte método deductivo, se habla mucho del supuesto del hombre economicus que lucha por lograr la mayor satisfacción posible, existen postulados acerca de la existencia de las competencias y sus ejemplos son hipotéticos y no históricos. Además, la estructura que ofrece Ricardo en su obra principal no está en concordancia y el razonamiento está mal ordenado, pues el interés estaba centrado en descubrir las relaciones existentes entre las diferentes clases sociales y la dinámica del sistema económico.

EL VALOR:

Ricardo diferenció el valor de cambio y el valor de uso, afirmando la importancia de este último. El valor de cambio dijo que era de dos tipos: valor natural, para el caso de que no variaran las condiciones de la demanda; y valor de mercado sujeto a las variaciones de la demanda y a la oferta del mercado, afirmando que el valor de cambio se deriva de la escasez y al trabajo, y que se relaciona con bienes que por su rareza o alguna cualidad tienen valor, como las estatuas, los cuadros y obras de arte que no se miden por la cantidad de trabajo que se empleó en ellas.

Ricardo no sostiene una teoría del valor de trabajo sino del costo de producción, ya que afirmó de una manera que los bienes tendrán valores relativos diferentes de sus costos de trabajo relativos; si en la producción de estos bienes, el trabajo y el capital se emplearon en proporción diferente; por lo tanto la calidad de trabajo del hombre y el tiempo que emplee en realizar el bien, no contribuyen como únicos factores para determinar el valor del bien. Así, concluyó que es la cantidad relativa de mercancías que produciría el trabajo lo que determina su valor relativo presente y pasado, y no las cantidades relativas de mercancías que se dan al trabajador a cambio de su trabajo.

Este economista no demuestra que las variaciones del valor tengan una relación con los cambios en los salarios; por el contario, demuestra que si se propone una tasa media de ganancias y un nivel medio de salarios, la existencia de proporciones desiguales de capital, llevará a la necesidad de modificar la ley del valor; es decir, unos bienes cambiarán a un valor mayor y otras a uno menor. Se puede decir, que el valor es igual a los salarios que paga el capitalista y a la tasa media de utilidades que debe ganar si sigue empleando su capital en el trabajo.

Se entiende que si la cantidad de trabajo realizada en las mercancías rige su valor de cambio, entonces todo aumento de la cantidad de trabajo tiene que incrementar el valor de las mercancías a las cuales se le aplique.

Para David la remuneración del trabajador no es siempre proporcional con lo que el trabajador, produce o llegara a producir, porque de ser asi la cantidad de trabajo gastada en un producto y a su vez la cantidad de trabajo que ese producto pudiera realizar, serian iguales; pero no lo son. Asimismo, se ve que el trabajo de distintas calidades recibe distinta remuneraciones pero esto no es una causa para la variación en el valor relativo del bien o servicio, es decir, según Ricardo el trabajo es el fundamento de todo valor, y la cantidad relativa de trabajo es la que determina en forma representativa el valor relativo de bienes y servicios.

En este orden, las diferentes circunstancias del bienestar afectando los salarios, como las utilidades, por lo que afectan a empleos diferentes, y así la proporción de las diferencias entre estos conceptos se mantiene igual. Así, Ricardo afirma que el valor de las cosas depende de la cantidad de trabajo necesario para fabricarlas y llevarlas al mercado, lo que incluye todos los trabajos necesarios desde el suelo hasta lograr producir el bien.

Por otro lado, un aumento en el salarios no quiere decir que aumente el valor de los bienes, pues el valor relativo de estos no se ve afectado; es decir, así aumente o disminuye la utilidad, y que este afecte los salarios; esto no quiere decir que aumente o disminuya el valor de los bienes. Un incremento

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