DE ORIENTACIÓN ALIMENTARIA PARA LAS ADOLESCENTES EMBARAZADAS, USUARIAS DEL SERVICIO DE GINECO - OBSTETRICIA DEL HOSPITAL "DR. VICTORINO SANTAELLA RUIZ" DE LOS TEQUES, ESTADO BOLIVARIANO DE MIRANDA

Planteamiento del Problema

Durante el embarazo, numerosos factores genéticos, ambientales, sociales y alimentario-nutricionales juegan un rol fundamental en el producto final de la gestación. Debido a esta compleja interacción, cada día aumenta el interés científico y de entes gubernamentales en la nutrición materna, no sólo considerando al neonato, sino también las condiciones sociales y de salud de la mujer en edad reproductiva. Los programas de apoyo a la mujer embarazada deben considerar dichos factores, los cuales varían según las condiciones físicas (edad, peso) y las condiciones sociales (índice de pobreza).

La alimentación cobra especial importancia durante el embarazo, pero más aún si éste se produce durante la adolescencia. Es un período en el que las demandas de energía y nutrientes son mayores que en otras etapas de la vida. La educación nutricional de la futura madre es siempre conveniente, pero imprescindible en una embarazada adolescente (Barrera, 1996).

Actualmente, la edad media de la menarquia o primera menstruación se sitúa entre los doce (12) y trece (13) años de edad. Normalmente, el crecimiento continúa durante cuatro (4) años más, aunque a un ritmo más lento que durante la etapa prepuberal. Asimismo, se considera que las chicas, durante la pubertad, aún son biológicamente inmaduras para quedar embarazadas. De hecho, si se produce un embarazo, los requerimientos nutricionales de estas adolescentes serán la suma de las necesidades necesarias para el embarazo más las que precisan para su propio crecimiento. Una vez completado el crecimiento (aproximadamente de cuatro a cinco años de post menarquia o hacia los diecisiete años de edad), las necesidades nutricionales de la adolescente embarazada serán similares a los de la mujer adulta embarazada.

En este sentido, Peña Nina y Miller (1998) señalan:

La orientación nutricional en las embarazadas juega un papel importante en el rol de los profesionales de la salud, ya que el mantenimiento del buen estado de los tejidos del cuerpo depende de nutrientes químicos específicos en los alimentos (p.143).

Para conseguir una correcta valoración y educación nutricional de la adolescente embarazada, se requiere asesoramiento continuo e individualizado. Esta valoración debe incluir un análisis del crecimiento, de la talla y peso y de la edad ginecológica (edad cronológica menos la edad de la menarquia), así como un interrogatorio sobre los hábitos dietéticos. En referencia a este último punto, es importante analizar los hábitos dietéticos antes del embarazo, los posibles trastornos dietéticos, número y horario de las comidas principales y suplementarias, tipos de comida y posible restricción calórica.

Las adolescentes embarazadas con edad ginecológica joven, en el momento de la concepción son las que tienen más necesidades nutricionales. Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre el máximo riesgo fisiológico y, a pesar del aumento de peso materno, los pesos de nacimiento de los neonatos se mantienen bajos.

Cabe destacar, que la adolescencia es considerada como un período de la vida libre de problemas de salud, pero desde el punto de vista de los cuidados de la salud reproductiva, el adolescente es en muchos aspectos un caso especial. Los adolescentes llegan a representar, en muchos países, del 20% al 25% de su población. La actividad sexual de los adolescentes va en aumento en todo el mundo, incrementando la incidencia de partos en mujeres menores de 20 años. (OMS, 2000).

La incidencia de embarazos precoces en Latinoamérica ha aumentado de manera proporcional con el empeoramiento de las condiciones sociales y económicas, lo que ha resultado en la necesidad afianzar los programas y políticas de salud reproductiva para las comunidades latinas. El embarazo en la adolescencia es considerado como un problema biomédico, con elevado riesgo de complicaciones durante la gestación y el parto, que conlleva un incremento en las tasas de morbilidad y mortalidad materna, perinatal y neonatal y cuyas implicaciones son además de carácter sociocultural, psicológico, personal, educacional y familiar (Molina, Ferrada, Pérez y García, 2003).

Venezuela no escapa de esta realidad; un alto índice de embarazos precoz preocupa enormemente a los entes sanitarios, un gran porcentaje de estos embarazos en adolescentes con problemas de nutrición ocasiona graves daños en los neonatos, que por una u otra razón nacen bajos de peso, talla, y tienen muy pocas posibilidades de vida, generando de esta manera un aumento considerable en el índice de mortalidad neonatal, según registros del Ministerio de Salud (2007- 2008). A pesar de que existen programas dirigidos a la alimentación muy pocas veces la información llega a su destino en forma adecuada.

En la Consulta de Gineco-Obstetricia del Hospital General “Dr. Victorino Santaella Ruiz”, ubicado en la población de Los Teques, Estado Bolivariano de Miranda, en la actualidad asisten alrededor de quince (15) a (20) adolescentes embarazadas mensualmente, de las cuales un alto porcentaje desconoce la importancia de una buena alimentación para su bienestar y el de su bebe.

Lo antes expuesto ha despertado preocupación e inquietud y por llevar a cabo estudios sobre la alimentación balanceada en las adolescentes embarazadas, por parte de los entes sanitarios, universidades y colegios de enfermería, los

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