ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Derecho “Tratado de los delitos y de las penas”


Enviado por   •  3 de Abril de 2016  •  Resúmenes  •  14.035 Palabras (57 Páginas)  •  307 Visitas

Página 1 de 57

INTRODUCCIÓN

El siguiente trabajo es un resumen del libro de “Tratado de los delitos y de las penas” escrito por Beccaria en el año de 1764. Está considerado como uno de los libros más influyentes en la reforma del derecho penal europea de inspiración ilustrada. Este libro no ataca de ninguna manera la forma de legislar y tampoco pide que se haga un cambio en esta, sino presenta la realidad de la mayoría de las leyes penales que estaban vigentes en los Estados europeos de aquel siglo. Lo hace con crudeza y gran realismo. Las define como la mezcla de restos de leyes de un antiguo pueblo conquistador con recopilaciones de un príncipe que doce siglos antes reinaba en Constantinopla, habla acerca de la injusticia que sufre el pueblo por parte de su mandatario. Y nos hace reflexionar en el hecho que la obra fue escrita en 1764 y se podría decir que sigue vigente en la actualidad del derecho. Habla acerca de los orígenes de la pena, del delito, de las sanciones, y de la forma en cómo beneficiarte de ellas aunque se vean como malas. También trata de exponer una solución para que ya no se realicen los delitos aunque esto sea un tanto idealista por el hecho de que sea como sea seguirán. Explica que las leyes son necesarias para asegurar al hombre una vida de libertad y lograr sutranquilidad sacrificando para ello una fracción de su libertad al celebrar el contrato social que consiste en ceder una porción de esa libertad para constituir el poder soberano, que se deposita en el legislador,que representa toda la sociedad unida por el contrato social y solo es este quien puede decretar lasleyes penales y prescribir las penas a los delitos, y ningún magistrado puede imponer o decretar penas que no estén señaladas en la ley ,ni exceder el limite señalado por la ley bajo el pretexto de celo o de bien público No es en ningún caso la voluntad del juez, sino las leyes, lo que puede dictar las penas.

"Algunos restos de leyes de un antiguo pueblo conquistador, recopiladas por orden de un príncipe, que doce siglos hace reinaba en Constantinopla, mezcladas después con ritos Lombardos, y envueltas en inconexos volúmenes de privados y oscuros intérpretes, forman aquella tradición de opiniones que en una gran parte de la Europa tiene todavía el nombre de leyes: y es cosa tan común como funesta ver en nuestros días, que una opinión de Carpzovius, un uso antiguo, señalado por Clarus, un tormento sugerido con iracunda complacencia por Frinaccias,sean las leyes obedecidas con seguridad y satisfacción de aquellos, que para regir las vidas y fortunas de los hombres deberían obrar llenos de temor y desconfianza."

Hablamos pues del hombre su comportamiento y si forma de ayudar en este mundo , abandonando el ser inadaptado sin una sociedad, para lograr convertirse en un ciudadano de un estado donde ellos opinan y viven en igualdad, entonces surge la ley , no para reprimir si no para lograr un comportamiento humano y así cada quien hacer y tener lo suyo , sin el temor de perderlo o ser lastimado en el honor.

.

HIPOTESIS SECUNDARIA

Si las leyes son las condiciones con la que los hombres vagos e independientes se unieron en sociedad, cansados de vivir por que estaban en un continuo mundo de guerras y de gozar una libertad que les era inútil en la incertidumbre de conservarla. En ese aspecto la creación de las leyes fue de gran ayuda, ya que en las leyes deben estar fijadas de manera minuciosa y comprensible las normas de convivencia. Con el obetivo de unir a la sociedad para que estas se elaboraran para vivir de forma pacifica y que aquel que abusara de estas, es decir que no las cumpliera tendría un castigo. Por que cualquier persona debe poder saber de antemano si sus actos son constitutivos de delito o no, y cuáles son exactamente las consecuencias de los mismos, y las penas deben ser proporcionales a la gravedad de los delitos. En base al derecho de castigar las penas nos dice que toda pena que no se deriva de la absoluta necesidad es tiránica, es decir una proposición que puede hacerse mas general, como por ejemplo, todo acto de autoridad de hombre a hombre que no se derive de la absoluta necesidad.

CAPÍTULO I

ORIGEN DE LAS PENAS

Las leyes son las condiciones con que los hombres vagos e independientes se unieron en sociedad, cansados de vivir en un continuo estado de guerra, y de gozar una libertad que les era inútil en la incertidumbre de conservarla. Sacrificaron por eso una parte de ella para gozar la restante en segura tranquilidad. Llámalos motivos sensibles, porque la experiencia ha demostrado que la multitud no adopta principios estables de conducta, ni se aleja de aquella innata general disolución, que en el universo físico y moral se observa, sino con motivos que inmediatamente hieran en los sentidos, y que de continuo se presenten al entendimiento, .para contrabalancear las fuertes impresiones de los ímpetus parciales que se oponen al bien universal: no habiendo tampoco bastado la elocuencia, las declamaciones, y las verdades más sublimes a sujetar por mucho tiempo las pasiones excitadas con los sensibles incentivos de los objetos presentes.

CAPÍTULO II

DERECHO DE CASTIGAR

Toda pena que no se deriva de la absoluta necesidad, es tiránica. Proposición que puede hacerse más general de esta manera: todo acto de autoridad de hombre a hombre, que no se derive de la absoluta necesidad, es tiránico. Veis aquí la base sobre que el Soberano tiene fundado su derecho para castigar los delitos: sobre la necesidad de defender el depósito de la salud pública de las particulares usurpaciones; y tanto más justas son las penas, cuanto es más sagrada e inviolable la seguridad, y mayor la libertad que el Soberano conserva a sus súbditos. Cualquiera ley que se separe de éstas, encontrará siempre una resistencia opuesta que vence al fin; del mismo modo que una fuerza, aunque pequeña, siendo continuamente aplicada, vence cualquier violento impulso comunicado a un cuerpo. Ningún hombre ha dado gratuitamente parte de su libertad propia con solo la mira del bien público: esta quimera no existe sino en las novelas. Estas primeras uniones formaron necesariamente otras para resistirlas, y así el estado de guerra se transfirió del individuo. a las naciones. Fue, pues, la necesidad quien obligó a los hombres para ceder parte.de su libertad propia: y es cierto que cada uno no quiere poner en el depósito público sino la porción más pequeña que sea posible, aquella

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (82 Kb)   pdf (376.3 Kb)   docx (44.9 Kb)  
Leer 56 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com