Deshidratacion

I.- INTRODUCCIÓN.

EFECTOS HORMONALES SOBRE EL EQUILIBRIO DE LOS FLUIDOS Y ELECTROLITOS DURANTE EL EJERCICIO.

El equilibrio de los fluidos durante el ejercicio es crítico para que haya una función cardiovascular y termorreguladora óptima. Al inicio del ejercicio, el agua es desplazada desde el plasma a los espacios intersticiales e intracelulares, este desplazamiento de agua esta relacionado con la masa muscular que es activa y con la intensidad del esfuerzo. Los productos metabólicos de desechos comienzan a acumularse en y alrededor de las fibras musculares, incrementando la presión osmótica allí, el agua es llevada a estas áreas. Asimismo, la mayor actividad muscular incrementa la tensión arterial que a su vez, retira agua de la sangre, además durante el ejercicio aumenta la sudoración. El efecto combinado de esta acción es que los músculos comienzan a ganar agua a expensas del volumen del plasma. Por ejemplo, correr aproximadamente al 75% del VO2 máximo, produce una reducción en el volumen del plasma de entre el 5% y el 10%. El volumen reducido del plasma disminuye nuestra tensión arterial y a la intensidad del flujo de sangre a la piel y a los músculos. Ambas cosas pueden dificultar seriamente el rendimiento deportivo (Wilmore y col, 1999).

El sistema endocrino desempeña un importante papel en el control de los niveles de fluido y en la corrección de los desequilibrios. Esto se logra junto con la regulación del equilibrio de los electrolitos, especialmente el del sodio (Wilmore y col, 1999). La función corporal normal depende del equilibrio entre el agua y los electrolitos, pueden verse alterados con rapidez. (Nilo 1999).

Las dos hormonas más importantes que intervienen en esta regulación son la Aldosterona y la Hormona Antidiurética, siendo los riñones sus objetivos principales, recordemos que la principal acción de la Aldosterona es estimular la reabsorción de sodio en los riñones, puesto que el agua sigue el sodio, esta conservación renal de sodio requiere que nuestro riñón retenga agua. El efecto neto es incrementar el contenido de fluidos de nuestro cuerpo, reponiendo así el volumen del plasma y elevando la tensión arterial aproximadamente a sus niveles normales.

La otra hormona importante que interviene en el equilibrio de fluidos es la hormona Antidiurética la cual es liberada como respuesta a la creciente concentración de solutos en la sangre. Durante el ejercicio, el desplazamiento del agua fuera del plasma deja la sangre más concentrada, y la sudoración favorece a la deshidratación, lo que a su vez produce la concentración del plasma. Esta concentración circula y llega al hipotálamo, que alberga osmoreceptores que controlan constantemente la osmoridad de la sangre, cuando esta aumenta, el hipotálamo activa la liberación de la hormona antidiurética desde la pituitaria posterior.

Las influencias hormonales de la aldósterona y de la antidiurética persisten entre 12 y 48 horas después del ejercicio, reduciendo la producción de orina y protegiendo el cuerpo de una mayor deshidratación (Willmore 1999).

EL HIPOTÁLAMO NUESTRO TERMOSTATO.

Los mecanismos que regulan la temperatura corporal son análogos al termostato que controla la temperatura del aire de nuestra casa, aunque los mecanismos de nuestro cuerpo funcionan de una forma más compleja y generalmente con más precisión que el sistema de calefacción y refrigeración de nuestra casa. Los sensorreceptores llamados termorreceptores, detectan los cambios de la temperatura corporal y transmiten esta información al termostato de nuestro cuerpo. El hipotálamo tiene una temperatura predeterminada, o punto fijo, que intenta mantener la más pequeña desviación; el cual en respuesta activa los mecanismos que regulan el calentamiento o el enfriamiento (Fox 1987).

EFECTORES QUE ALTERAN LA TEMPERATURA CORPORAL.

Cuando la temperatura corporal fluctúa, nuestra temperatura normal generalmente puede restablecerse por las acciones de cuatro efectores:

1.- las glándulas del sudor

2.- los músculos lisos sitos alrededor de las arteriolas.

3.- los músculos esqueléticos.

4.- varias glándulas endocrinas.

Las glándulas sudoríparas: Cuando piel y sangre se calientan, el hipotálamo envía impulsos a glándulas sudoríparas, ordenándoles que segreguen activamente sudor que humedece la piel, cuando más caliente estamos más sudor producimos.

Los músculos lisos alrededor de la arteriola: Cuando piel y sangre se calientan, el hipotálamo envía señales a los músculos lisos de la pared de las arteriolas que abastecen la piel, haciendo que se dilaten.

Músculos esqueléticos: Son puestos en acción, cuando necesitamos generar más calor corporal, en un ambiente frío, los termorreceptores de la piel, envía señales al hipotálamo; así mismo, siempre que la temperatura de la sangre descienda el cambio es advertido por los receptores centrales del hipotálamo.

Glándulas endocrinas: Los efectos de varias hormonas hacen que nuestras células incrementen sus ritmos metabólicos (Fox 1987).

MECANISMO DE REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL:

Los humanos somos homeotérmicos, lo cual quiere decir que la temperatura interna corporal se mantiene casi constante a lo largo de la vida; aunque nuestra temperatura varía de un día para otro e incluso de una hora a la siguiente, estas fluctuaciones no suelen ser superiores a 10°C, solamente durante la realización de ejercicios intensos prolongados , las enfermedades o las condiciones externas del calor hacen que la temperatura corporal se desvíe fuera de su intervalo normal de variaciones de entre 36,1 y 37,8°C. (Willmore 1999).

La temperatura corporal refleja la exigencia de un cuidadoso equilibrio entre la producción y pérdida de calor y la regulación de los líquidos o fluidos corporales, siempre que este equilibrio se altera, la temperatura de nuestro cuerpo cambia; recordemos que una gran parte de la energía que genera nuestro cuerpo se degrada en calor. Nuestra capacidad de mantener la temperatura interna constante depende de la capacidad para equilibrar el calor que se obtiene del metabolismo y del ambiente, con el calor que pierde nuestro cuerpo, examinemos ahora los mecanismos mediante los cuales se transfiere el

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