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Diagnóstico Familiar Cuantitativo: Propuesta Metodológica


Enviado por   •  30 de Julio de 2021  •  Tutoriales  •  5.261 Palabras (22 Páginas)  •  82 Visitas

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Diagnóstico Familiar Cuantitativo: Propuesta Metodológica

Lic. Ana María Rovere Lic. María del Carmen Cornejo Lic. Cecilia Flavia Allende*

Este trabajo nace como respuesta a una necesidad sentida en el quehacer profesional del Trabajo Social. Diariamente se evidencia la falta de instrumentos para elaborar diagnósticos familiares que faciliten tanto la evaluación de los cambios que se operan durante el tratamiento, como la evaluación de los resultados finales.

Concretamente, se pretende proponer una metodología operativa a los asistentes sociales de terreno y a los docentes que supervisan alumnos en sus prácticas, para elaborar diagnósticos familiares que permitan:

a) Determinar aquellas áreas o aspectos familiares donde existen problemas que dificultan un adecuado funcionamiento de la familia, y donde el trabajador social deberá concentrar sus esfuerzos. Una situación puede ofrecer una amplia gama de dificultades, que es imposible abordarla en su totalidad. Ello obliga a hacer una jerarquización de los problemas y determinar los aspectos por los cuales comenzar el tratamiento familiar.

b) Determinar las áreas fuertes (que no ofrecen dificultades) para apoyarse y construir a partir de ellas. Conocer una realidad no es sinónimo de “enunciado de problemas”; se conoce cuando se han definido los problemas (dificultades) y también cuando se han descubierto los recursos (posibilidades) que presenta una determinada familia.

c) Determinar los cambios que se van operando como consecuencia del tratamiento realizado. Esto es necesario para ajustar el programa de acción y para examinar en qué medida la familia ha modificado sus patrones de comportamiento y está preparada para prescindir del agente externo- trabajador social (Evaluación en proceso).

d) Determinar en qué medida se lograron los objetivos del tratamiento (Evaluación de resultados).

Esta metodología debe conducir a incentivar a los profesionales del

servicio social –luego de su aplicación y sistematización de resultados- a la elaboración de tipologías de diagnóstico. Este objetivo se convierte así en un próximo desafío.

Greenwood define las tipologías como “un esquema clasificatorio en que cada categoría o tipo representa una constelación distinta de factores... En una tipología se encuentran dos clases de proposiciones: las prescriptivas y las

* Docentes Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional de Córdoba – Argentina.

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descriptivas; estas últimas hacen referencia a las variables que componen el tipo, mientras que aquellas determinan el proceso que se debe seguir para ubicar el fenómeno estudiando dentro de una determinada tipología.

Se puede plantear el interrogante de si las tipologías de diagnóstico y tratamiento nos llevarían a una exagerada estandarización de las situaciones que se quieren abordar; este peligro de simplificar, aparear u homogeneizar las situaciones, se obvia, si se tiene bien en claro que el diagnóstico supone descubrir las variables de la situación que permitan incluirla dentro del tipo; también implica, fundamentalmente, determinar, antes de iniciar el tratamiento, los aspectos peculiares, singulares y propios de la situación, que la hacen diferentes de las otras. Esto último es la razón que hace que la construcción de tipologías se convierta en un desafío válido para el servicio social, ya que ellas permitirán contar con patrones con los cuales poder comparar una situación familiar dada.

PROPÓSITOS

Se ha elegido trabajar sobre un instrumento que posibilite la elaboración de diagnósticos familiares, debido a que la experiencia profesional muestra que, a cualquier nivel de abordaje, el trabajador social –se lo proponga o no- debe trabajar con la familia como unidad de diagnóstico y tratamiento. Si bien en este caso la metodología está referida a la familia, ella puede ser fácilmente transferida al diagnóstico de otras realidades o niveles de intervención.

En la primera parte, este trabajo propone una breve conceptualización sobre FAMILIA a modo de marco orientador; posteriormente, se exponen los aspectos básicos que deben ser considerados en un diagnóstico familiar, y por último, se presenta un esquema metodológico para la elaboración de evaluaciones diagnósticas cuantitativas.

I. LA FAMILIA COMO SUJETO DE ACCIÓN DEL SERVICIO SOCIAL

En este contexto se define la FAMILIA como “un grupo de personas que conviven en una casa- habitación, durante un lapso prolongado, que están unidas o no por lazos consanguíneos y que se asisten recíprocamente en el cuidado de sus vidas”.

Grupo de personas: No hay familia si no existen dos o más personas que interactúan en relación a un objetivo común. La familia tiene siempre un objetivo, aunque no sepa expresarlo. El mismo se va conformando a través del tiempo, mediante un proceso de fusión de una serie de elementos: expectativas de los miembros de la pareja respecto a ellos mismos o a sus hijos, valores, aspiraciones, creencias de padres e hijos, influencia del medio sociocultural que rodea a la familia, etc.

Este objetivo se va gestando a partir de la iniciación de la familia –la pareja- y va variando en el tiempo de acuerdo con las distintas experiencias, realidades y ciclos vitales que ella debe enfrentar. Este proyecto, sea implícito

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o explícito, es lo que da origen a la identidad familiar y es la que hace que cada familia sea peculiar, tenga algo distintivo, propio e irrepetible que la distinga de las demás, no obstante compartir muchos rasgos comunes con otras familias.

Se quiere dejar sentado que, cuando se habla de “familia”, no siempre debe suponerse padre- madre- hijos. Se considera también como tal al grupo constituido por la madre sola y el hijo, padre e hijo, abuela y nieto, varios hermanos solos, etc.

Convivir: Esta palabra es un sinónimo de cohabitar. Es la convivencia la que posibilita a la familia el cumplimiento de sus funciones y es ella también, la que condiciona los roles que sus miembros van asumiendo en el seno de la misma. El tipo de roles y el modo de ejercitarlos varían en cada familia; la historia familiar exige determinados modos de desempeñarlos y asignarlos; asimismo, las expectativas de rol de cada familia cambian de acuerdo con el medio social, cultural, económico, político, geográfico, al que dicha familia pertenece.

Lapso prolongado: Para considerar a una persona integrante

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