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Diez Nuevas Competencias Para Enseñar.

moralesa189 de Junio de 2015

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Diez nuevas competencias para enseñar

Pihilippe Perrenoud

Este es un libro destinado a los maestros que busca se comprenda hacia dónde va enfocada la tarea de enseñar. En el autor hace referencia a las nuevas competencias que ayudan en la gran tarea contra el fracaso escolar y dan importancia a la práctica reflexiva.

Philippe Perrenoud, nació en (1944) es un destacado sociólogo suizo, doctor en Antropología y Sociología e investigador y profesor de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Ginebra. Fundó, junto con Mónica Gather, The Hurler, el laboratorio de investigación Innovation-Formation-Education (LIFE).

Es autor de varios títulos importantes en el área de la formación de profesores, la evaluación de los aprendizajes, la construcción del éxito y del fracaso escolar, la pedagogía diferenciada y las desigualdades sociales.

Perrenoud, cree que aspectos como la práctica reflexiva, el trabajo en equipos y por proyectos, tratamiento de la diversidad, autonomía y responsabilidad ampliada, y las situaciones de aprendizaje entre otras más conforman una gran gama para un nuevo oficio. Gama que aparece dentro de las prácticas del profesor y dan referencia de sus múltiples aptitudes en su ardua tarea en la que los alumnos se resisten a la responsabilidad como al saber.

La finalidad del texto es dar a conocer competencias profesionales y hacer énfasis en lo que cambia. En el texto se afirma que el individualismo de los docentes comienza con la impresión de que cada uno tiene una respuesta personal y original a preguntas como: ¿qué es enseñar?, ¿qué es aprender? Más sin embargo la profesión tiene sus transformaciones las cuales dan lugar a nuevas competencias, que pueden hacer frente a la heterogeneidad de nuestros alumnos y a la evolución de los programas.

Con el tiempo las prácticas cambian y la forma en cómo se conciben también se transforman.

Las competencias que el autor ha seleccionado las ha considerado como prioritarias dentro del nuevo papel del docente actual y de acuerdo a la evolución y a la formación continua o a las reformas y ambiciones educativas.

Las competencias son importantes en la práctica educativa, por lo tanto hay que movilizar los conocimientos cognitivos para resolver diversas situaciones.

Competencias:

1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje.

El autor comienza el texto preguntándose el por qué se presentan como algo nuevo estas competencias, acaso esta no es tarea de un profesor organizar su trabajo y contar siempre con las situaciones necesarias dentro de esa organización.

Estandarizar las clase no es tan adecuado ya que como estudiantes cada uno tiene una disposición, un estilo, un ritmo y un tiempo de aprendizaje, así como su concentración, su propio interés y lo que tiene sentido para él, además de su realidad y su contexto.

Como consecuencia el profesor tendrá que saber qué hacer y crear situaciones de aprendizaje que conozcan y sirvan a la diversidad de sus alumnos, sin embargo lo único que se hace es usar medios de disciplina clásicos, creyendo en apariencia que todos aprenden Saint-Onge (1996): <<Yo enseño, pero ellos, ¿aprenden?

Mientras que según Bordieu, (1996) aprenden los que disponen de los medios culturales para sacar provecho a una enseñanza que se dirige formalmente a todos. No obstante ha sido necesario un siglo de escolaridad obligatoria para comenzar a poner en cuestión este modelo, comparándolo con un modelo más centrado en los estudiantes, sus representaciones, su actividad, las situaciones concretas en las que les sumergimos y sus efectos didácticos.

En la perspectiva de una escuela más eficaz para todos, organizar y animar situaciones de aprendizaje, es necesario hacer hincapié en la voluntad de elaborar situaciones didácticas óptimas sobre todo para los alumnos que no aprenden escuchando lecciones y para alejarse de los ejercicios clásicos que sólo son una puesta en práctica de un conocimiento conocido por ser limitado a funciones precisas (Étienne y Lerouge, 1997 pág. 64).

A partir de los conocimientos previos de los alumnos y de los errores como parte del aprendizaje, se completa con la capacidad fundamental de saber comunicar implicando a los alumnos en actividades de investigación o proyectos.

¿Cómo?

• Conocer, a través de una disciplina determinada, los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje.

• Trabajar a partir de las representaciones de los alumnos.

• Implicar a los alumnos en actividades de investigación, en proyectos de conocimientos.

La verdadera competencia pedagógica tiene que ver con la relación de contenidos y objetivos, además de la relación de las situaciones de aprendizaje. Esto no parece tomar forma cuando el profesor se limita a pasar página por página.

2. Gestionar la progresión de los aprendizajes.

En una escuela no se puede programar los aprendizajes humanos como se programa la elaboración de algún objeto en las industrias. La escuela está organizada hacia los objetivos que se alcanzan al final del ciclo, los programas y los métodos de enseñanza son propuestos, existe una progresión en ellos, lo cual no exige ninguna competencia por parte del profesor, más bien la acción del profesor se decide en función de su contribución que se espera en la progresión óptima de los aprendizajes.

El texto hace mención a que los alumnos no afrontan las situaciones con los mismos medios y tampoco se encuentran con los mismos obstáculos por eso es necesario convertir la situación en algo heterogéneo y saber lo que se espera; de tal manera que Astolfi (1997, pp. 144- 145), definió 10 características de una situación problema:

La situación problema se organiza identificando precisamente el problema, se organiza de tal manera que puedan formular una hipótesis y hacer sus propias conjeturas, entonces la situación se convierte en un enigma que resolver en la cual hay que emplearse a fondo para que resulte la transmisión.

Los alumnos no cuentan con los medios para dar la solución y en su necesidad de hacerlo se apropian de instrumentos intelectuales para hacerlo, la resistencia de la situación conlleva a utilizar sus conocimientos anteriores y sus representaciones de tal manera que estos los lleven a conocimientos nuevos. Así que la actividad a trabajar se hace en una zona próxima que favorece la aprobación del desafío.

La anticipación de los resultados en una expresión de grupo antepone a la búsqueda de la solución, puede también darle solución mediante un debate científico para estimular los conflictos sociocognitivos potenciales.

La validez, es resultado del modo en que estructuraron la situación, revisar en grupo la progresión que se ha llevado es reflexionar, con carácter metacognitivo: esto les ayuda a concientizarse de las estrategias puestas en marcha. se diría que se trata de requerir a los alumnos en su zona de desarrollo próximo (Vigotsky, 1985), de proponer situaciones desafiadoras que empujan a cada uno a progresar, que estén a su alcance, por lo tanto, situaciones movilizadoras

¿Cómo?

• Concebir y hacer frente a situaciones problema ajustadas al nivel y a las posibilidades de los alumnos.

• Observar y evaluar a los alumnos en situaciones de aprendizaje, según un enfoque formativo.

3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.

Para que los pupilos avancen en los objetivos previstos es necesario que estén frecuentemente frente a situaciones de aprendizaje óptimas que los posicionen en su zona de desarrollo próximo ya que dentro de una situación estándar lo cual no es recomendable por no contar con el mismo nivel de desarrollo ni los mismos conocimientos previos, etc. Romper con la pedagogía frontal es diferenciar, pero sobre todo situar una organización del trabajo y de los dispositivos didácticos que colocan regularmente a cada uno en una situación óptima, y en primer lugar a los que tienen más que aprender. Saber elaborar y hacer evolucionar estos dispositivos es una competencia con la que sueñan y que construyen poco a poco todos los profesores que piensan que el fracaso escolar no es una desgracia, que cada uno puede aprender. «Todos capaces», afirma el GFEN y con él todos los que defienden el principio de educabilidad. ¡Ahora falta proponer situaciones de aprendizaje adecuadas!

Diferenciar la enseñanza no podría pues consistir en multiplicar los «cursos particulares ». Para encontrar un término medio entre una enseñanza frontal ineficaz y una enseñanza individualizada impracticable, hay que organizar el trabajo en clase de distinta forma, romper la estructuración en niveles anuales, facilitar la comunicación, crear nuevos espacios / tiempos de formación, jugar a una escala más amplia con las agrupaciones, las tareas, los dispositivos didácticos, las interacciones, las regulaciones, la enseñanza mutua y las tecnologías de la formación (Perrenoud, 19976; Tardif, 1998).

Esta competencia global no remite a un único dispositivo y todavía menos a métodos o a herramientas concretas. Esta consiste en utilizar todos los recursos disponibles, jugar con todos los parámetros para:

Organizar las interacciones y las actividades de manera que cada alumno constantemente o por lo menos muy a menudo se enfrente

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