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DIEZ NUEVAS COMPETENCIAS PARA ENSEÑAR - PERRENOUD


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2019  •  Resúmenes  •  6.063 Palabras (25 Páginas)  •  217 Visitas

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DIEZ NUEVAS COMPETENCIAS PARA ENSEÑAR (Invitación al viaje)- PHILIPPE PERRENOUD

Introducción: nuevas competencias para enseñar

Decidir en la incertidumbre y actuar en la urgencia es una forma de caracterizar la experiencia de los profesores, que Freud llama una de las profesiones imposibles, porque el alumno se resiste al saber y a la responsabilidad. El individualismo de los profesores empieza con la impresión de que cada uno tiene una responsabilidad personal y original a preguntas como: ¿qué es enseña?, ¿qué es aprender? Cualquier referencial tiende a pasar de moda porque las prácticas cambian y porque el modo de concebirlas se transforma. Hay un nuevo papel de los profesores compatible con los ejes de renovación de la escuela, que son: individualizar y diversificar los itinerarios de formación,  introducir ciclos de aprendizaje, diferenciar la pedagogía ir hacia una evaluación más formativa que normativa, dirigir proyectos de institución situar a los niños en el centro de la acción pedagógica.

Para comprender el movimiento de la profesión se presentan 10 familias de competencias. Competencia es una capacidad de movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de situaciones.

  1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje

Durante mucho tiempo el oficio del profesor ha sido identificado con el curso magistral. La figura del magister remite a la del discípulo que” bebe sus palabras”. Escuchar una lección, hacer ejercicios o estudiar en un libro pueden ser actividades de aprendizaje. Si el profesor piensa en estandarizar las actividades dará cuenta que existen tantas situaciones distintas como alumnos. Cada uno vive el curso en función de sus ganas y su disponibilidad, de lo que escucha y entiende según sus medios intelectuales, capacidades, etc.  Ha sido necesario un siglo de escolaridad obligatoria para empezar a poner en cuestión este modelo, comparándolo con un modelo centrado en los estudiantes, sus representaciones, su actividad y las situaciones concretas.

Organizar y animar situaciones de aprendizaje ya no es un modo a la vez banal y complicado de definir lo que hacen de manera espontánea todos los profesores. Este lenguaje hace hincapié en la voluntad de elaborar situaciones didácticas óptimas, que se alejan de los ejercicios clásicos que sólo exige la puesta en práctica de un procedimiento conocido. Esta competencia global moviliza varias competencias más específicas:

-Conocer a través de una disciplina determinada, los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje: conocer los contenidos que se enseñan en lo mínimo cuando se pretende instruir a alguien. En esta pedagogía los objetivos se definen en forma implícita por los contenidos. En resumen, se trata para el alumno de asimilar el contenido y hacer la prueba de esta asimilación en una prueba oral, un control escrito o examen.

La importancia de los objetivos ocupó en un primer plano durante los años 60 con la “pedagogía de control”, en la que Bloom, su fundador, aboga por una enseñanza orientada por criterios de control, regulada por una evaluación formativa.

Traducir el programa en objetivos de aprendizaje y estos últimos son situaciones y actividades posibles no es una actividad lineal que permitirá honrar cada objetivo por separado. Para organizar y favorecer semejantes situaciones de aprendizaje es indispensable que el profesor controle los conocimientos, que tenga más de una lección de ventaja respecto a los alumnos y sea capaz de encontrar lo esencial bajo múltiples apariencias en contextos variados.

-Trabajar a partir de las representaciones de los alumnos: la escuela no construye a partir de cero, el alumno no es una tabla rasa, una mente vacía, al contrario, sabe un montón de cosas. Ningún profesor pasa por alto que los alumnos creen saber una parte de lo que les queremos enseñar.

La didáctica de las ciencias ha demostrado que no nos libramos tan fácilmente de las concepciones previas de los alumnos, forman parte de un sistema de representaciones que tiene su coherencia y sus funciones de explicación del mundo. Trabajar a partir de las representaciones de los alumnos no consiste en hacer que se expresen para despreciar los inmediatamente, lo importante es interesarse por ellos.  Para el profesor un número, una resta, una fracción son conocimientos adquiridos y triviales. El profesor que trabaja a partir de las representaciones de los alumnos trata de ponerse en el lugar de los alumnos. La competencia del profesor es esencialmente didáctica.

-Trabajar a partir de los errores y de los obstáculos en el aprendizaje: esta competencia se basa en el simple postulado de que aprender, no es primero memorizar, almacenar la información sino, más bien reestructurar su sistema de comprensión del mundo. El obstáculo se convierte entonces en el objeto del momento, un objeto obstáculo.

Afrontar el obstáculo es afrontar el vacío, la ausencia de toda solución incluso cualquier pista o de cualquier método. La didáctica de las disciplinas se interesa cada vez más por los errores e intenta comprenderlos. Astolfi propone considerar el error como un instrumento para enseñar, un revelador del mecanismo del pensamiento del alumno. Para desarrollarla el profesor debe interesarse por los errores, identificarlos y superarlos.

-Construir y planificar dispositivos y secuencias didácticas: secuencias y dispositivos didácticos incluyen a su vez en un pacto pedagógico y didáctico, reglas de funcionamiento instituciones internas de la clase. Además hacen hincapié en el hecho de que una situación de aprendizaje no se produce al azar, sino que la genera un dispositivo que sitúa los alumnos ante una tarea que cumplir un proyecto a realizar.

Cuando más nos adherimos a una conducta constructivista, más importante resulta concebir las situaciones que estimulan el conflicto cognitivo entre alumnos o en la mente de cada uno.

Todo dispositivo se fundamenta en hipótesis relativas al aprendizaje y en relación con el conocimiento, el proyecto, la acción, la cooperación, el error, la incertidumbre, el éxito y el fracaso, el obstáculo y el tiempo.

-Implicar a los alumnos en actividades de investigación en proyectos de conocimiento: implicar a los alumnos en actividades de investigación y en proyectos de conocimiento pasa por una capacidad fundamental del profesor, hacer accesible y deseable su propia relación con el saber y con la investigación, encarnar un módulo plausible de alumno. Para fomentar abiertamente un proyecto de conocimiento ay que ser capaz de suscitar una pasión desinteresada por el conocimiento, por la teoría sin tratar de justificarla. Para que el conocimiento sea apasionante por sí mismo se trata de una cuestión de identidad y de proyecto personal del profesor. Su pasión personal no basta si el profesor no es capaz de establecer una complicidad y una solidaridad creíbles en la búsqueda de conocimiento, debe buscar con sus alumnos.

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