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Distribución De Poder


Enviado por   •  1 de Mayo de 2014  •  3.129 Palabras (13 Páginas)  •  182 Visitas

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Rutas de la conquista española

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Sebastián de Belalcazar Fuente: Historia de Colombia, Salvat editores, Tomo III,p.408

CARTA DE BELALCÁZAR AL REY

“Luego como llegué a esta tierra de las provincias de Quito, de aquella jornada que en servicio de Vuestra Majestad hice con el Licenciado Vaca de Castro para aviamiento y despacho suyo, hallé una provincia de los Timbas que es de los términos y repartimiento de la ciudad de Cali, alzada y rebelada del servicio de Vuestra Majestad, y muerto en ella un Capitán con veintidós españoles, que habían salido a visitarla, que no poco escándalo y desasosiego puso naturales comarcanos y a mí no menos cuidado y mucho gasto de mi hacienda en allegar y juntar gente y comprar las armas y pertrechos para la expedición de la guerra necesarios; y así junta, despaché un capitán con noventa hombres arcabuceros y ballesteros”.

Cespedesia. Vol. XIV. Cali, Enero-Diciembre de 1985, Nos. 51-52.

Al llegar Colón con su grupo de españoles a territorios americanos, en 1492, se procedió a explorar las Antillas y a reconocer las costas del nuevo continente para desarrollar un proceso de conquista. En esta etapa inicial se aseguró el Caribe como una especie de mare nostrum para los españoles, lo que desde la perspectiva naval se constituyó en el corazón de la expansión del imperio español en América. Desde el avistamiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa en 1513 y la fundación de Panamá en 1519, las expediciones iniciadas en el Istmo tendieron a incrementar las exploraciones del Darién y el Atrato, otras se dirigieron a Nicaragua y Centro América y otras hacia zonas costeras que hoy pertenecen al Departamento del Chocó.

Francisco Pizarro, en su ruta expedicionaria hacia el Perú, navegó frente a la Costa Pacífica, hizo un alto en la isla de Gorgona y en la isla del Gallo frente al actual Tumaco. Continuando con su viaje, llegó a Tumbes y, desde allí, penetro hacia el Cuzco conquistando el imperio Inca, ruta en la que realizó varias fundaciones. Después encomendó a Sebastián de Belalcazar reprimir el levantamiento indígena del cacique Rumiñahui; campaña militar que aprovechó Belalcazar para fundar la ciudad de Quito en 1534.

A partir de la fundación de Quito, Belalcazar marcho hacia el norte buscando tierras propicias para construir su propia empresa conquistadora y, así, separarse del dominio de Francisco Pizarro. Precedido siempre por avanzadas de soldados, comandadas por Pedro de Añasco y Juan de Ampudia, esta campaña militar pasó por el altiplano de los Pastos, el valle del Patia y el valle de Pubenza, hasta llegar al sur del valle geográfico del río Cauca, desde donde se realizaron expediciones exploratorias y de toma de posesión, siguiendo informaciones que hablaban de territorios ricos en oro y con población indígena numerosa. Inmediatamente después, Belalcazar regreso a Quito no sin antes dejar la orden de fundar las ciudades de Popayán, Cali y Anserma.

Este proceso de ocupación territorial se caracterizó por una expansión radial, producto de las rutas de conquista, y la fundación de ciudades que, simultáneamente, se convirtieron en origen de nuevas expediciones y nuevas fundaciones; al mismo tiempo se desarrolló una campaña militar de expansión que consolidó la conquista y dio comienzo a la colonización mediante establecimientos civiles permanentes, las ciudades.

EXPANSIÓN RADIAL

El proceso de ocupación española del territorio americano fue determinado por la necesidad de ejercer territorialidad y soberanía sobre un espacio tan amplio que no era posible ejercer presencia inmediata en todos los lugares. Por esta razón, y por la relativa dificultad en encontrar tropas y financiación para campañas de conquista simultáneas, sobre una extensión de la cual se desconocía sus verdaderas magnitudes, fue necesario propiciar formas de penetración que, aun dejando áreas interiores sin presencia del conquistador, pudieran incorporarse bajo el manto de la soberanía territorial de los reyes. Esta forma propició expediciones singulares que, como flechas, penetraron en el territorio ejerciendo y llevando adelante, en términos más jurídicos y conceptuales que materiales, la presencia del rey. La toma de posesión se podía hacer bien por sometimiento en batalla, bien por ocupación del territorio (real o aparentemente) deshabitado, o bien por correría y/o cabalgada. Estas expediciones finalizaban al fundar una ciudad, desde la cual surgían nuevas expediciones similares a las que la originaron y, como estrellas, fueron formando una telaraña que garantizó la cobertura rápida y total sobre el territorio.

LA CAMPAÑA MILITAR

Las campañas militares, en el proceso de conquista, fueron el objeto y finalidad de una empresa en la que se comprometieron inversionistas y soldados para someter un territorio a nombre del rey, mediante una ocupación militar y sujeción de los grupos humanos que lo habitaban. Generalmente la empresa se organizó garantizando a los inversionistas la participación en los beneficios materiales inmediatos de la expedición, principalmente parte del oro producto del saqueo a las comunidades indígenas. El cabecilla militar contrataba los soldados que componían el ejercito (hueste) y garantizaba la ocupación del territorio a cambio de participación -con sus hombres- en el botín; y obtenía, por parte de la Corona, el reconocimiento personal, a través de posiciones de gobierno, generalmente el título de “Adelantado” y Gobernador. Títulos y poder para ejercer en la sociedad civil que se constituiría con la fundación de ciudades; así, se produjo el efecto jurídico de desaparición de la hueste o ejército y, en su reemplazo, la instauración de la ciudad como ente civil permanente. Es necesario advertir que en la época colonial el término ciudad aludía, no solamente a un área urbana sino también al territorio rural sobre el cual ejercía jurisdicción.

ESTABLECIMIENTOS CIVILES

Dos acciones marcan el fin de la actuación militar de una hueste de conquista en la fundación de una ciudad: la delimitación de los territorios ocupados y la demarcación del área urbana, con el consiguiente señalamiento de su centro, simbólicamente representado por el rollo jurisdiccional o picota pública.

La definición de los términos de la ciudad legitimaba la ocupación de un amplio territorio y el comienzo de un proceso de colonización sobre él. Generalmente se

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