Distribución De Poder
carlos66evaristo1 de Mayo de 2014
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Rutas de la conquista española
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Sebastián de Belalcazar Fuente: Historia de Colombia, Salvat editores, Tomo III,p.408
CARTA DE BELALCÁZAR AL REY
“Luego como llegué a esta tierra de las provincias de Quito, de aquella jornada que en servicio de Vuestra Majestad hice con el Licenciado Vaca de Castro para aviamiento y despacho suyo, hallé una provincia de los Timbas que es de los términos y repartimiento de la ciudad de Cali, alzada y rebelada del servicio de Vuestra Majestad, y muerto en ella un Capitán con veintidós españoles, que habían salido a visitarla, que no poco escándalo y desasosiego puso naturales comarcanos y a mí no menos cuidado y mucho gasto de mi hacienda en allegar y juntar gente y comprar las armas y pertrechos para la expedición de la guerra necesarios; y así junta, despaché un capitán con noventa hombres arcabuceros y ballesteros”.
Cespedesia. Vol. XIV. Cali, Enero-Diciembre de 1985, Nos. 51-52.
Al llegar Colón con su grupo de españoles a territorios americanos, en 1492, se procedió a explorar las Antillas y a reconocer las costas del nuevo continente para desarrollar un proceso de conquista. En esta etapa inicial se aseguró el Caribe como una especie de mare nostrum para los españoles, lo que desde la perspectiva naval se constituyó en el corazón de la expansión del imperio español en América. Desde el avistamiento del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa en 1513 y la fundación de Panamá en 1519, las expediciones iniciadas en el Istmo tendieron a incrementar las exploraciones del Darién y el Atrato, otras se dirigieron a Nicaragua y Centro América y otras hacia zonas costeras que hoy pertenecen al Departamento del Chocó.
Francisco Pizarro, en su ruta expedicionaria hacia el Perú, navegó frente a la Costa Pacífica, hizo un alto en la isla de Gorgona y en la isla del Gallo frente al actual Tumaco. Continuando con su viaje, llegó a Tumbes y, desde allí, penetro hacia el Cuzco conquistando el imperio Inca, ruta en la que realizó varias fundaciones. Después encomendó a Sebastián de Belalcazar reprimir el levantamiento indígena del cacique Rumiñahui; campaña militar que aprovechó Belalcazar para fundar la ciudad de Quito en 1534.
A partir de la fundación de Quito, Belalcazar marcho hacia el norte buscando tierras propicias para construir su propia empresa conquistadora y, así, separarse del dominio de Francisco Pizarro. Precedido siempre por avanzadas de soldados, comandadas por Pedro de Añasco y Juan de Ampudia, esta campaña militar pasó por el altiplano de los Pastos, el valle del Patia y el valle de Pubenza, hasta llegar al sur del valle geográfico del río Cauca, desde donde se realizaron expediciones exploratorias y de toma de posesión, siguiendo informaciones que hablaban de territorios ricos en oro y con población indígena numerosa. Inmediatamente después, Belalcazar regreso a Quito no sin antes dejar la orden de fundar las ciudades de Popayán, Cali y Anserma.
Este proceso de ocupación territorial se caracterizó por una expansión radial, producto de las rutas de conquista, y la fundación de ciudades que, simultáneamente, se convirtieron en origen de nuevas expediciones y nuevas fundaciones; al mismo tiempo se desarrolló una campaña militar de expansión que consolidó la conquista y dio comienzo a la colonización mediante establecimientos civiles permanentes, las ciudades.
EXPANSIÓN RADIAL
El proceso de ocupación española del territorio americano fue determinado por la necesidad de ejercer territorialidad y soberanía sobre un espacio tan amplio que no era posible ejercer presencia inmediata en todos los lugares. Por esta razón, y por la relativa dificultad en encontrar tropas y financiación para campañas de conquista simultáneas, sobre una extensión de la cual se desconocía sus verdaderas magnitudes, fue necesario propiciar formas de penetración que, aun dejando áreas interiores sin presencia del conquistador, pudieran incorporarse bajo el manto de la soberanía territorial de los reyes. Esta forma propició expediciones singulares que, como flechas, penetraron en el territorio ejerciendo y llevando adelante, en términos más jurídicos y conceptuales que materiales, la presencia del rey. La toma de posesión se podía hacer bien por sometimiento en batalla, bien por ocupación del territorio (real o aparentemente) deshabitado, o bien por correría y/o cabalgada. Estas expediciones finalizaban al fundar una ciudad, desde la cual surgían nuevas expediciones similares a las que la originaron y, como estrellas, fueron formando una telaraña que garantizó la cobertura rápida y total sobre el territorio.
LA CAMPAÑA MILITAR
Las campañas militares, en el proceso de conquista, fueron el objeto y finalidad de una empresa en la que se comprometieron inversionistas y soldados para someter un territorio a nombre del rey, mediante una ocupación militar y sujeción de los grupos humanos que lo habitaban. Generalmente la empresa se organizó garantizando a los inversionistas la participación en los beneficios materiales inmediatos de la expedición, principalmente parte del oro producto del saqueo a las comunidades indígenas. El cabecilla militar contrataba los soldados que componían el ejercito (hueste) y garantizaba la ocupación del territorio a cambio de participación -con sus hombres- en el botín; y obtenía, por parte de la Corona, el reconocimiento personal, a través de posiciones de gobierno, generalmente el título de “Adelantado” y Gobernador. Títulos y poder para ejercer en la sociedad civil que se constituiría con la fundación de ciudades; así, se produjo el efecto jurídico de desaparición de la hueste o ejército y, en su reemplazo, la instauración de la ciudad como ente civil permanente. Es necesario advertir que en la época colonial el término ciudad aludía, no solamente a un área urbana sino también al territorio rural sobre el cual ejercía jurisdicción.
ESTABLECIMIENTOS CIVILES
Dos acciones marcan el fin de la actuación militar de una hueste de conquista en la fundación de una ciudad: la delimitación de los territorios ocupados y la demarcación del área urbana, con el consiguiente señalamiento de su centro, simbólicamente representado por el rollo jurisdiccional o picota pública.
La definición de los términos de la ciudad legitimaba la ocupación de un amplio territorio y el comienzo de un proceso de colonización sobre él. Generalmente se utilizó en esta operación una delimitación de linderos naturales -llamados arcifinios- señalando un área del territorio dentro del cual se debía escoger un lugar que, cumpliendo las condiciones recogidas en las ordenanzas del rey Felipe II, sirviera para el establecimiento urbano, cabecera del territorio. Este debería tener suficiente disponibilidad de agua, buen clima, espacio adecuado para construir una iglesia desde cuya torre pudieran dominarse los alrededores, y ubicación estratégica que permitiera organizar fácilmente la defensa. Reconocidos estos factores se procedía a realizar el trazado urbano siguiendo un modelo en cuadricula, heredado de la tradición romana, en el cual se señalaba un centro para la plaza en cuyos costados se destinaban lotes para la iglesia, las edificaciones del cabildo y los lugares destinados para la administración del gobierno; a renglón seguido se procedía a distribuir solares (cuatro por manzana) entre los hombres, asignando los solares de la plaza y los inmediatamente adyacentes, primero a los miembros más importantes de la hueste manteniendo la jerarquía hasta entonces reconocida.
Fundación de ciudades.
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Acuarela elaborada por Arturo Silva de un fragmento del mapa antíguo "de todo el curso del río Magdalena y trozos de Nueva Granada en el Pacífico"( Aprox. 1575
LAS CIUDADES MILITARES
“El sitio donde primitivamente fue fundada Guadalajara de Buga era muy inconveniente: tierra de páramos, los españoles evitaban residir en ella; su excéntrica posición topográfica la alejaba de las vías ordinarias del comercio; edificada sobre la cordillera, carecía de terrenos para ejidos y de tierras fáciles para la labor agrícola. La escogencia de ese sitio apenas es explicable por razones militares: los españoles quisieron hacer de ella un punto de apoyo para la conquista de las numerosas tribus indígenas que poblaban su territorio”. Citado en: Tascón, Tulio Enrique. Historia de la Conquista de Buga. Alcaldía de Buga, Buga, 1991, P.39.
ACTA DE CABILDO DE LA TRASLACIÓN MATERIAL DE LA CIUDAD DE BUGA
“Y después de lo susodicho en cuatro días del mes de marzo de mil quinientos y setenta años los dichos señores Justicia y Regimiento, es a saber el Capitán Luis Velásquez Rengifo, Teniente Gobernador y Justicia Mayor y el Capitán Melchor Velásquez, Alcalde ordinario, y el Capitán Joan López de Gamboa y Lope Osorio y Joan Alonso de Castro, Regidores, habiendo llegado todos juntamente con otras personas y vecinos de la dicha ciudad de Guadalajara de Buga a este asiento y sitio del río de las Piedras (hoy río Guadalajara) donde fue señalado por el dicho señor Gobernador para la fundación y población de la ciudad de Guadalajara de la Victoria (de Buga), habiendo trazado y señalado plaza y calles y solares según y por la orden que está mandado por el dicho señor Gobernador dijeron que en nombre de Su Majestad ponían y pusieron, fijaban y fijaron el rollo donde se ha de ejecutar la real justicia en el medio de la dicha plaza y mandaban y mandaron que los vecinos de la dicha ciudad y demás personas
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