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EDUCACION EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO


Enviado por   •  2 de Marzo de 2013  •  1.436 Palabras (6 Páginas)  •  310 Visitas

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EDUCACION EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Frente a los desafíos planteados, en el siglo XXI con el proceso de transición entre la era industrial a la era de la información, por la globalización y por los vertiginosos avances del conocimiento y las tecnologías que han sido capaces de cambiar los perfiles del ser humano, se ha dado una transformación en diversos ámbitos.

Se ha hecho evidente la aplicación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), y la transformación económica, en donde los bienes fundamentales dejan de ser bienes de capital para transitar a capital intelectual, es decir, el conocimiento y la información hoy en día han logrado convertirse en uno de los principales capitales y recursos productores de riqueza.

Ante esto, grandes organizaciones internacionales han propuesto promover “la sociedad del conocimiento”, término que involucra no sólo la respuesta a los fenómenos que están aconteciendo y que sucederán en los próximos años sino que también nos habla de la formación y perfiles de los ciudadanos de dicha sociedad.

El cambio tecnológico acelerado de las últimas dos décadas, ha obligado a las organizaciones a impulsarse con herramientas que anteriormente eran desconocidas o que al menos no se instrumentaban de manera consciente por parte de ellas. En esas condiciones, no hay duda acerca de la importancia que representa el conocimiento como recurso indispensable, único, para el éxito sostenible en cualquier organización. Ahora bien no solamente se trata del acceso que se tiene a esta cantidad exhorbitante de información sino al uso que se hace de ella, que actualmente es tanta que se ha planteado desde hace algunos años lo que algunos llaman gestión del conocimiento.

La Gestión de Conocimiento se ha convertido en una necesidad de las organizaciones debido a la conversión del conocimiento en el recurso productivo determinante para diferenciar a las organizaciones y esto ha impulsado la búsqueda de instrumentos que permitan su detección, captación, transferencia y gestión.

La llamada “sociedad del conocimiento”, se compone de un conjunto de información, inteligencia y experiencia práctica que, gestionado constituye la base de las cualidades diferenciadoras de las organizaciones de hoy.

Por ello, la posibilidad de no sólo adquirir información sino de transformarla en conocimiento, compartirlo e integrarlo a las prácticas cotidianas de la organización, constituye la capacidad organizativa más importante para enfrentar el entorno que caracteriza la dinámica organizacional.

Todo ello requiere de la instauración de condiciones de gestión adecuada que sea capaz de integrar de manera consciente prácticas cotidianas orientadas a fomentar factores e instrumentos que faciliten la generación, transferencia, integración y utilización del conocimiento.

Esta llamada gestión de conocimiento trae asociada casi por necesidad la discusión acerca del papel de los Equipos de Trabajos

Un equipo de trabajo “es un número pequeño de personas con habilidades complementarias que están comprometidas con un propósito común, con metas de desempeño y con una propuesta por la que se consideran mutuamente responsables”. (Katzembach y Smith, 1995)

La formación de equipos de trabajo está directamente relacionada con la necesidad de compartir conocimientos y colaborar entre los miembros de una organización para potenciar el resultado final.

Los equipos de trabajo son parte de la esencia misma de la gestión de conocimiento y por consiguiente, contribuyen a la realización más plena de los objetivos de ésta.

Esta contribución se realiza en dos planos (Franco y Velázquez, 2000). Uno, desde la perspectiva individual y otra desde la perspectiva organizacional.

En el primer caso, trabajar en equipo se justifica por razones de seguridad, autoestima, de beneficios

mutuos y de sociabilidad. En el segundo, se argumenta la posibilidad de reunir habilidades más allá de las que un individuo puede adquirir, se crea sinergia, un mayor compromiso y desarrollo de los trabajadores, se genera aprendizaje organizacional y se incrementa la creatividad.

Ahora bien existen dos tipos de conocimiento: el explícito –aquel que puede ser estructurado, almacenado y distribuido– y el tácito –aquel que forma parte de las experiencias de aprendizaje personales de cada individuo y que, por tanto, resulta sumamente complicado, si no imposible, de estructurar, almacenar en repositorios y distribuir. Por lo que respecta al conocimiento explícito, queda claro, pues, que es posible y conveniente almacenarlo en bases de datos, bases documentales, y sistemas de información.

Sin embargo, dado las características del conocimiento tácito no resultará factible estructurarlo y almacenarlo, por lo que la mejor estrategia para gestionarlo será fomentando la creación de equipos de trabajo, de redes de colaboración entre las personas que componen la organización e incluso con personas externas a la misma y la elaboración de mapas de conocimiento al que todo el mundo pueda

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