EL ESTADIO REINA DEL CISNE DE LOJA

EL ESTADIO “REINA DEL CISNE”.-

Anualmente, miles de fieles católicos de Loja y el austro ecuatoriano, comparten una de las demostraciones de fe de mayor raigambre, la devoción hacia la Virgen del Cisne. La imagen sagrada de la madre de Dios, en la advocación del Cisne, se la considera como la Matrona de la ciudad, la guardiana de nuestra tierra y de nuestras raíces, la generalísimas de militares y policías, la protectora de los deportistas, en fin la que hace que los lojanos, ecuatorianos y extranjeros se confundan en un solo pueblo, libre de egoísmos, de pugnas, de enfrentamiento.

La fiesta que trae la imagen del Cisne, va desde fines de agosto, hasta fines de octubre; y es época para visitarla, para homenajearla, para coronarla, para brindarle todo tipo de afecto y cumplido; y claro a su alrededor se realizan actos y eventos religiosos, comerciales, castrenses y del accionar deportivo.

Cuando se trata de acompañarla en su romería, muchos deportistas de nuestra ciudad y provincia se convocan para estar allí, en el camino, en su basílica, en sus descanso y entregarle su afecto y agradecimiento por tantos y tantos favores recibidos. A raíz de ello, es que se propició en nominarla como la Patrona del Deporte de Loja, dando inicio a su visita anual al principal escenario, conocido ancestralmente como el Federativo de Loa, principal centro de grandes y grandes hazañas de nuestros deportistas, que más de una vez expresan devoción a su patrona.

Juan Pineda Campoverde, un inclaudicable devoto de la “Churonita”, no deja de ir a su romería desde El Cisne, hasta Loja. En el año 1994, “Juanito” asume la presidencia de la Federación Deportiva de Loja y está en su agenda de trabajo, remodelar el estadio federativo, así como incentivar en los deportistas lojanos su afecto a la Virgen del Cisne, programando la visita de la imagen al estadio, a mediados del mes de octubre, contando con la anuencia de las autoridades clericales.

Coincidió que en el segundo período administrativo del ingeniero Pineda, año 2005, el deporte lojano contaba con los servicios espirituales del sacerdote argentino Fernando Careta, perteneciente a la congregación religiosa del Verbo Encarnado, quien las oficiaba de Capellán Deportivo, por autorización del obispo Hugolino Cerassuolo; un “cura” muy, pero muy futbolizado, toda vez que cuando asumió ese encargo, y siendo Rector de la comunidad afincada en el barrio Zamora Huaico, le pidió a su amigo “el Juanito”, lo invite a jugar en el estadio; la programación se dio, saliendo de ganador el equipo de los “curitas y seminaristas” ante un aguerrido representativo de la FDL.

Fue el año que LDU de Loja llegaba por primera vez al Fútbol de privilegio de Ecuador, ascendió a la serie “A” y Careta también se vinculó al equipo, como “Motivador”, pedido que lo hiciera su otro gran amigo, el doctor Max Gonzlaez, Rector de la U. Lojana y presidente del club.

Por los meses de agosto y septiembre, ya se conversaba para denominar al estadio lojano; se cruzaron y barajaron varios, pero más pudo la veneración hacia la sagrada imagen

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