“EL RELATO DE MI HISTORIA”

“EL RELATO DE MI HISTORIA”

   Hoy me toco escribir un poco de mí y empezare por lo básico….

   Mi nombre es Joksan Hazael Garcia Arredondo, nací en el año de 1989, un día 17 del mes de febrero, en una familia muy única, conformada por papá Juan Garcia, mamá Lourdes Arredondo y 2 hermanos, Erik y Lizette, dicen que fui un bebe muy inquieto, lindo y curioso, dormía mucho como todos los bebes pero, tenía algo que no es tan común, la maña de dormir totalmente estirado, mi madre Lulú decía que parecía estrella por la forma en la que dormía, fui creciendo, me volvía más inquieto, mi hermano mayor Erik, suele contarme que a duras penas podía gatear y yo ya quería caminar, cuando di mis primeros pasos mi padre y mi madre, se emocionaron tanto que le presumían a todos los amigos y conocidos que ya había dado mis primeros pasos.

   Febrero 17, 1990, mi primer año, la verdad yo no recuerdo nada, pero gracias a las fotos que mis padres tomaron, tengo recuerdos de ese día y al ver cada foto siento como si estuviera ahí, el sabor de las gelatinas, el olor del pastel, las risas de mi familia, la emoción que tenía al abrir los regalos, todo eso vuelve a mí, como si lo estuviera viviendo de nuevo. Creo que disfrutaba la celebración de mi primer año.

   Pasaron los años y yo seguía creciendo, aprendiendo a decir palabras nuevas, a comer diferentes platos de comida, a llorar más fuerte, creo que a veces me volvía un dolor de cabeza para mi madre, pero ella siempre encontraba la forma de calmarme, tal vez con una sonaja, un muñeco, la famosa “teta” que solo era nuestro biberón con leche o simplemente mi madre tenía la magia de cantarme y poder dormirme.

   Entre a la escuela, de ahí tengo mis propios recuerdos, recuerdo que el kínder quedaba solo a unas calles de donde era nuestra casa, mi mamá solía llevarme todas las mañanas, me despertaba y recuerdo muy bien que yo aún dormido ella me peinaba, me vestía, incluso me preparaba mi vaso de leche con chocolate, salíamos de casa y al llegar a la escuela, me daba un beso, me decía que me portara bien y que me comiera mi desayuno que estaba en mi lonchera, el cual yo siempre le pedía rollitos de jamón con mayonesa, ¡estaban deliciosos!

   Seguían pasando los días, mi padre, madre y mi hermano mayor solíamos salir a caminar, jugar, ir al parque, ver televisión, comer sentados, todos juntos, mi hermano Erik que es 4 años mayor que yo, solía hacerme reír mucho, ver caricaturas conmigo, aunque a él no le gustaban.

   En 1993 nació una integrante más de la familia, mi hermana menor Yatzin, la consentida, la niña de papá, la más traviesa, la más bonita y si yo de bebe fui muy llorón, ella me quito el puesto del primer lugar. Y así fuimos creciendo juntos como hermanos, con peleas, enojos, juegos, risas.

   En 1995 aproximada mente mi padre Juan, compro nuestra casa, nos mudamos por primera vez, entramos a la primaria mi hermano Erik y yo, estábamos en la misma escuela y un edificio atrás Yatzin, mi hermana menor. Erik salió de la primaria, me quede solo hasta que mi hermana entro a la misma escuela, en la primaria, recuerdo que en una ocasión ahorramos todo nuestro dinero que nos daba nuestro padre para gastar en la hora del recreo y lo habíamos ahorrado porque fuera de la escuela se habían puesto unos juegos mecánicos, al finalizar la semana, un día viernes, mi hermana y yo corrimos a formarnos al famoso “dragón” es el juego mecánico que da una vuelta de 360º y hacia una pausa estando todos de cabeza, en ese momento y cuando el dragón hizo esa pausa, mi hermana y yo empezamos a escuchar como algo caía sobre la lamia del juego, jugando le dije que eran los tornillos del juego, pero en un segundo recordamos que el dinero que habíamos ahorrado, yo lo había puesto en el bolsillo de mi pantalón y esos ruidos que escuchamos no eran tornillos, era nuestro dinero, al terminar el tiempo del juego ya no teníamos dinero. Ese día mi hermano fui por nosotros a la escuela y al no encontrarnos le llamo por teléfono a mi madre y ella fue a buscarnos a la escuela, ella y mi hermano llegaron justo cuando, Yatzin y yo íbamos bajando del dragón, le contamos lo que paso con nuestro dinero y mi mama nos invitó unas golosinas.

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