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EL TRABAJO DOMESTICO


Enviado por   •  16 de Febrero de 2014  •  2.376 Palabras (10 Páginas)  •  247 Visitas

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EL TRABAJO DOMÉSTICO

PRESENTACIÓN

No podremos imaginarnos una sociedad donde las labores domésticas no se realicen, hacen parte de la cotidianidad de mujeres y hombres . Nos vestimos, comemos, aseamos el sitio de habitación, cuidamos los menores y personas mayores, es decir éstas actividades son absolutamente necesarias para la subsistencia humana y social. Podremos vivir siglos sin carros o sin televisión, pero no podremos vivir aún sin alimentos preparados.

Desde que conocemos la historia de la humanidad éstas actividades fueron realizadas por mujeres, asignándoselas como parte de su rol reproductivo. En la esclavitud la realizaron las mujeres, ya no para su propio núcleo familiar sino para otros y otras.

Una vez que termina la esclavitud, éstas labores realizadas para otros y otras por las mujeres más pobres de la población, tienen una compensación, caracterizada por el intercambio en beneficios; por la comida, la vivienda, el vestido y considerando a la mujer que las desarrollaba una persona no productiva a la que se hacia un “favor “ dejándola realizar labores domésticas para poder subsistir. De esta manera va naciendo la mujer que hoy denominamos TRABAJADORA DOMÉSTICA.

Aún sin la esclavitud, las mujeres que desarrollaban las labores domésticas para terceros, fueron durante cientos de años tratadas como esclavas, sin horarios definidos, sin horas de descanso, sin remuneración en dinero. Sin educación y con exigencias por parte de los terceros de colocar su cuerpo como objeto de servicio.

Este sector de trabajadores surge en el país, por la facilidad para los sectores femeninos de la élite y de la clase media para dedicarse a otras actividades por fuera del hogar; tenían la facilidad de proveerse de servicio doméstico. Hogares de clase media que sostienen costurera, lavandera, sirvienta y niñeras. . Aun entre los sectores medios no era extraño contar con cocinera, dentrodera, y hasta con una carguera, que tenía bajo su completa responsabilidad al recién nacido. Además semanalmente se contrataban los servicios de lavandera, aplanchadora y lavadora de pisos.

El incremento significativo de la población urbana durante las primeras décadas del siglo XX se debió, en gran parte, a la migración campesina de las áreas más cercanas a las ciudades. Muchas de estas migrantes fueron mujeres solas que no encontraban ninguna actividad productiva dentro de la pequeña propiedad campesina o en las grandes haciendas, que privilegiaban el trabajo masculino. Algunas de estas mujeres, menos desafortunadas, encontraron empleo en los nuevos establecimientos fabriles o en talleres artesanales, pero la gran mayoría de ellas debió emplearse en el servicio doméstico.

CONTEXTO ESTADÍSTICO

La población económicamente activa en Colombia es de veinte millones sus edades oscila entre 12 a 65 años en la zona urbana, en la zona rural es de 10 a 65 años.

El total de la población ocupada informal es de diez millones quinientos mil, de los cuales seis millones son mujeres trabajadoras entre 12 y 56 años ( 62,82%).

El total de la población desempleada es de dos millones ochocientos mil. (14.2%) El total de la población subempleada en trabajos formales e informales es de seis millones doscientos cincuenta mil (36.4%)

NORMATIVIDAD

Muy recientemente en Colombia se empieza a considerar la actividad doméstica realizada para terceros, como un trabajo remunerado se tiene en cuenta en datos estadísticos como población económicamente activa y aparecen las primeras legislaciones que lo regulan.

Según el código laboral.“Se considera servicio doméstico a las personas (hombres o mujeres) que a cambio de una remuneración prestan servicios personales en forma directa, en un hogar o casa de familia, de manera habitual, bajo su subordinación o dependencia, residiendo o no en el lugar de trabajo, en ejecución de tarea de aseo, cocina, lavado planchado y cuidado de niños, entre otras labores”.

Muchos Colombianos y Colombianas, sin darse cuenta, son empleados y a la vez empleadores. Esta figura se da en los hogares donde se tienen contratadas a una o varias personas para que realicen los oficios domésticos; siendo las mujeres las mayores empleadoras. En la actualidad existen en Colombia, 170.000 mujeres que trabajan en el servicio doméstico, según un estudio de la OIT, el servicio doméstico, en América Latina representa para el año 2004 el 18% de la ocupación femenina.

En marzo de 1988 se realizó el Primer Encuentro de Trabajadoras del Servicio Doméstico en Bogotá, Colombia, cuando se instituyó el 30 de marzo como el Día Internacional de las Empleadas del Hogar. Una de las conquistas más significativas que han tenido las trabajadoras domésticas en Colombia, ha sido la ley 11 de 1988 y sus decretos reglamentarios. Conquista que lograron después de duras y heroicas batallas en el Congreso de la República. Humildes, sin padrinos políticos, con poca o ninguna formación académica, pero con el coraje que da el sufrimiento acumulado en años de explotación, alcanzaron con su unión y su lucha, el derecho a ser reconocidas como trabajadoras formales.

Esta ley les permitió tener acceso a la seguridad social integral, a través de un subsidio que el estado les otorga y que les cubre hasta el cincuenta por ciento, del valor del aporte que deben hacer para tener plenos derechos dentro del sistema de seguridad social integral, es decir tener acceso a una pensión, a estar protegida contra cualquier accidente laboral y estar protegidas ellas y su núcleo familiar en el sistema general de seguridad social en salud, como cualquier trabajador-colombiano.

Pero cuando nace la Ley 100 de 1993 y se privatiza el sistema de seguridad social integral, comienza el calvario para este sector de la población. Las EPS privadas, las ven como un mercado no rentable, y les ponen todas las trabas posibles de acceso, la mayoría de las veces con la permisividad de las entidades de-control-y-vigilancia.

Aún han logrado mantener el subsidio que les otorgó la ley 11 de 1988, a pesar de que en el gobierno de Pastrana, se suprimió por tres meses a través del Decreto 047, hasta que el Consejo de Estado se pronunció en derecho y suspendió el artículo 12 de dicho Decreto. En ese lapso de tiempo, obligaron a las trabajadoras a cotizar sobre un salario mínimo legal mensual vigente.

La ley expresa claramente que ninguna trabajadora del servicio doméstico, puede laborar por debajo del salario mínimo legal establecido por el Gobierno Nacional, pero para el servicio doméstico hay un aparte

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